Al correr de los días, escuchamos y leemos por los medios a nuestro alcance, la trágica situación humana que vivimos en esta pandemia. Nos asusta y nos paraliza muchas veces, lo sabemos.Pero también y especialmente a los que somos educadores, nos vuelve a conectar con la realidad de nuestras comunidades.
Están quienes desde la “trinchera territorial” colaboran en los comedores, organizan los libros para los chicos, atienden consultas que llegan (en sintonía con los trabajadores esenciales los cuales reconocemos).
Otros, desde su casa conectados con pares y estudiantes, intentando recrear el vínculo -necesariamente dialógico y pedagógico- desde diversos soportes tecnológicos o explorándolos como quien se acerca a lo novedoso y desafiante. Transitamos por dichos entornos sociotécnicos con curiosidad ingenua que va tornándose “curiosidad epistemológica”. Y en este universo, creemos que tod@s estamos “haciendo”, somos ante todo “educadores” y por eso nunca mejor binomio para definirnos. “Educador haciendo escuela” debería ser el lema de este tiempo. “Educador haciendo con y entre Otr@s” nuestro norte convocante.
Elegimos la Vida antes que cualquier otra condición pues entendemos que la Educación es justamente eso, la gran oportunidad de conectar con la Vida. Esta necesaria fraternidad ciudadana, empática y pensante - tal vez nunca antes experimentada- que produce subjetividad. Y si de experiencia subjetiva se trata, es el momento de ponerla en valor.
P. Freire nos alienta a pensar - en tiempos de aprendizaje global-, ese “inédito viable” esta vez en un contexto distinto y difícil. Nos vuelven a resonar sus palabras sobre el aprendizaje y la enseñanza, sus “sentidos” -aquellos que nos hace sentir Acompañados-. Nos dice “que todos nosotros sabemos algo, que también ignoramos algo y que justamente por eso, Aprendemos Siempre”.
Tal vez esta afirmación se nos presenta como un motor pujante para preguntarnos ¿Creemos en esta aseveración? ¿Estamos abiertos a creer que nuestras comunidades -la de jóvenes y adultos- también están aprendiendo? ¿Cómo podemos objetivar desde los deseos y el trabajo intencionalmente pedagógico a valorarlos? ¿De qué manera? ¿Estamos dispuestos a considerar esos saberes nacidos en defensa de la Vida para acreditarlos como saberes socialmente productivos?
Las tecnologías de la comunicación e información en este tiempo se desnudan ante nuestra percepción para enseñarnos algo: la construcción de la subjetividad ciudadana en términos de experiencia colectiva se ha vuelto puro reconocimiento para cuidar la condición humana. Nosotros la traducimos como la justicia social y educativa de pie, por el derecho inalienable para Tod@s.... Y creemos, para siempre.
Te invitamos a que recorras esta propuesta pensada como aquella donde la pedagogía se presenta como del territorio y donde los saberes que se van construyendo en esta etapa se develan como la didáctica integrada de los contenidos/ saberes, a ser aprehendidos por Tod@s. Su nivel de concreción no nace de asignaturas aisladas sino desde el corpus epistemológico de las ciencias fácticas y formales. Las juntamos y les propusimos entrar en diálogo.
El convite está hecho y sus metas refieren a:
- Tener un espacio donde compartir nuestras voces y experiencias.
- Guardar memoria de nuestras producciones colectivas.
- Socializarlas en nuestras comunidades desde el imperativo categórico del “cuidado solidario” en las trayectorias de sujetos aprendientes y enseñantes” factibles de constituirse plafón para iniciar -en algún momento- los espacios presenciales.
Prof. Patricia Corzo. Lic./Prof. Universitaria en Ciencias de la Educación. Especialista en Gestión Educativa.
Ha desempeñado diversos cargos en la Administración Pública Provincial desde su trabajo docente como Secretaria, Directora e Inspectora de la Modalidad de Jovenes y Adultos, entre otros.. Es co autora del Libro "Pedagogía y Didáctica en la Educación Jóvenes y Adultos", publicado en 2019 por la Editorial Novedades Educativas.