NOTICIAS

Septiembre 2022

Como parte del ciclo de Lectura y Escritura en Humanidades de la UNIPE (Universidad Pedagógica Nacional), Jacintho Brandao, filólogo, escritor y traductor brasileño, brindó una interesante conferencia.

En primer lugar, se refirió al ensayo del filósofo alemán Walter Benjamin sobre la obra “Las afinidades selectivas” de Johann Volfgang Von Goethe, donde propone una distinción entre filología y crítica literaria. El filólogo asumiría la postura de alguien que ante un fuego en llamas vivas tiene como objeto de análisis sólo la madera y las cenizas. En cambio, el crítico busca el contenido de verdad:  cual alquimista, ante el mismo fuego para él las llamas en sí mismas guardan el enigma de lo vivo.

Brandao retomó esa comparación, para reflexionar sobre la tradición cultural y la imaginación crítica, dos modos legítimos de abordar los textos. De acuerdo a Benjamin, una ley fundamental de la escritura para todo tipo de obras, es que resultan más duraderas aquellas cuya verdad está profundamente incrustada en su contenido fáctico.

En la presentación, el especialista explicó: “la analogía entre el químico y el alquimista implica una valoración según su punto de vista. En nuestro campo la lingüística sería más científica que los estudios literarios. Pero se podría interpretar también que el comentario literario es más científico que la crítica, ya que el químico se considera dentro de la ciencia y el alquimista no”.

Y agregó: “En el otro extremo, que infunde valor a la alquimia, centrarse en la madera y las cenizas podría verse como algo peyorativo, por considerar solo el enigma que conserva la llama misma, aquello que está vivo. Esto situaría a la crítica en un plano superior al comentario filológico, por la grandeza y dificultad de lo que busca”.

La tarea del filólogo

Jacyntho Brandao señaló que la filología tal como fue concebida desde la antigüedad griega hasta el Siglo XIX o el XX, pretendía asumir la tarea del químico, como una ciencia capaz de hacer aparecer la verdad del texto, recuperando su dimensión fáctica mediante procedimientos rigurosamente controlados.

Sin embargo, aclaró, “no debe pensarse que el filólogo moderno actúa de manera ingenua; por el contrario, siempre ha buscado enfrentar los problemas que los textos plantean desde una posición casi humilde, considerando que la mayoría de ellos admiten solo una solución parcial en el campo de la crítica textual”. Esta sería la rama más legítima de la ciencia filológica, encaminada a recuperar el contenido fáctico del propio texto como algo que en el proceso de su transmisión manuscrita o impresa es sometida a todo tipo de vicisitudes por los propios instrumentos que se utilizan. Así los problemas no se resuelven, sino que se agudizan. “La tarea primordial del filólogo es -entonces- confrontar texto con texto”, añadió.

A fin de abordar el tema de forma más clara, Brandao recurrió -a modo de ejemplo- a textos que provienen en su origen de una larga tradición oral y escrita, con varios siglos de antigüedad. Por un lado, abordó la Teogonía de Hesíodo, en la narración del surgimiento de los primeros dioses griegos. Aún con diferentes versiones, la mayoría de los escritos anteriores al siglo XIX mencionan que primero surgió Caos, luego Tierra, Tártaro y Eros. Pero Platón y Aristóteles al mencionar esos versos no hacen referencia a Tártaro; por lo que -en general- luego los editores comenzaron a colocar ese apartado entre corchetes. Admitiendo así que podría ser una interpretación posterior de los códices.

Textos sensibles que imponen creencias

Para Brandao, hay casos que “subyacen en nuestro sistema de creencias, por lo que adquieren más relevancia. Los textos cristianos presentan los mismos problemas de transmisión en el tiempo, y su vulnerabilidad como documentos es mayor porque se consideran textos sensibles”.

Esto sucede con el famoso relato de la mujer adúltera que iba a ser apedreada y fue salvada por Jesús, quien pronuncia la famosa frase “el que esté libre de pecado, que arroje la primera piedra”. Según se consideren las versiones de la Biblia actuales, los manuscritos griegos y las traducciones, este episodio se encuentra en distintos capítulos del Evangelio de San Juan; y en algunos casos aparece en el Evangelio de Lucas. Inclusive, en textos más antiguos el pasaje directamente no existe.

Por eso se considera que es una interpretación añadida, tal vez con origen en otras colecciones de textos sobre los hechos y dichos de Jesús, o recogiendo algún tipo de tradición oral. San Agustín, que la considera auténtica, supone que la pericopa fue eliminada de una parte de los códices del Nuevo Testamento para no señalar que Jesús sancionaba el adulterio.

En definitiva, dijo Brandao, “así se subraya el dilema del filólogo, que a partir de un texto muy sensible para el occidente cristiano pretende recuperar su mejor forma. Si queremos acercarnos lo más posible a lo que podría haber sido el original, que no conocemos, la opción sería borrar ese pasaje. Pero no es una decisión fácil, se trata de uno de los episodios más conocidos de la vida de Jesús y uno de sus dichos más célebres, que conformó una determinada ética moral y cosmovisión. Cualquiera hoy entiende lo que significa la expresión tirar la primera piedra”.

¿Por qué son errantes los textos? Se equivocan, y andan sin rumbo.

La responsabilidad del filólogo podría expresarse a modo de interrogante: ¿Qué es lo más importante en un texto, su forma original o cómo se lee? ¿Su producción, o su recepción? El escritor y traductor mencionó en su conferencia un proverbio que dice “las palabras vuelan, las escrituras quedan”. Aunque suele interpretarse como que lo escrito es permanente, cuestionó: “con frecuencia se ve cómo, al igual que las palabras, la escritura también es errante”.

“Errante en el sentido de equivocarse -expresó-, de no acertar; porque los errores parecen debidos a una especie de demonio, que barajaba las letras en manos del tipógrafo para confundirlo, o nublaba la vista de los copistas antiguos y medievales. Ese mismo demonio ahora llega a las computadoras disfrazado de corrector o traductor automático; adaptado a las innovaciones tecnológica hoy también hace inimputable el error, para atribuirlo al propio texto”.

Al mismo tiempo, el texto es errante en el sentido de andar sin rumbo, está en un continuo ir y venir. “Es un buen criterio para pensar el texto en su duración, entendida en dos sentidos: duración de la producción, y de la acción de recepción”, agregó Brandao.

Dos dioses que son uno solo

Finalmente, en su conferencia el filólogo brasileño hizo referencia al episodio bíblico del Diluvio Universal, con especial atención a la alternancia entre las dos formas de mencionar a Dios, como Elohin y Yahveh, en la traducción de la Biblia de Jerusalén. “Es un buen caso para ejercitar la visión del químico que, al ir más allá de lo que aparece en la superficie, busca lo aparentemente invisible”, enfatizó.

En ese episodio se plantea un problema entre las órdenes y recomendaciones de Elohin y Yahveh, dos nombres de una misma deidad, que se repiten en el texto sin ninguna aclaración. El primero aparece más cerca de Noé, le da explicaciones, le dice cómo construir el arca, declara que hará una alianza con él, determina cuál será la familia del patriarca y le hace subir a la embarcación una pareja de animales de cada especie. En cambio, Yahveh es más duro y tajante, sólo le anuncia la medida extrema que va a tomar, le ordena que entre al arca y lleve consigo siete parejas de pájaros y animales puros (destinados al sacrificio).

En ese punto, Jacintho Brandao propuso un ejercicio: imaginando a un filólogo muy competente en el análisis de textos antiguos, pero que no sabe nada sobre religiones o el monoteísmo judío, ¿qué vería en este pasaje?, interrogó. “Que hay dos dioses diferentes, y cada uno tiene un carácter marcado: el segundo es más vehemente porque habla de cómo borrará de la faz de la tierra a todos los seres vivos y se arrepiente de haberlos creado; mientras que el primero actúa como si no quisiera provocar eso, se preocupa más por la humanidad y toda la creación”, aseguró. Y agregó: “Elohin se mantiene inactivo durante el diluvio, en tanto Yahveh es el que entra en escena después de cerrar la puerta del arca por fuera y borra toda la existencia del mundo. Por lo tanto, le diríamos a ese filólogo que sólo ve maderas y ceniza, pero él podría respondernos: yo soy químico, no alquimista”.

Editores y traductores, intérpretes en la recepción

Más allá del deambular de todo texto, una vez que se establece como tal y se le atribuye cierta autoridad, con el contenido fáctico desvaneciéndose durante el período de lectura, “allí le toca al químico alejarse y darle lugar al alquimista. De ese modo, se llega a la imaginación critica, cuyo interés está en el contenido de verdad del texto”, dijo Brandao.

Siguiendo el propio camino del texto, se pasa de la duración de la producción a la de la recepción, con la dificultad del propio objetivo de alcanzar su sentido y esencia. “Una cosa es confrontar texto con texto -tarea del filólogo-, y otra distinta es confrontar el texto consigo mismo, obra de la imaginación critica que cree que hay un contenido de verdad en él. El texto, en el fuego de la recepción siempre será múltiple, no tiene nunca un único sentido, porque está compuesto de varias capas”, explicó el especialista.

También hizo alusión a dos temas importantes al trabajar con cualquier tipo de texto: la edición y la traducción. El editor hace siempre una interpretación, cuando realiza elecciones que no son objetivas, para determinar partes principales y cuáles, por ejemplo, irán a pie de página. “Por lo tanto, hay que pensar el texto como una tradición, no como algo fijo y las traducciones también forman parte de ella”, afirmó. Para concluir: “Pocas personas deben haber leído a Homero en griego, desde la época romana se lee en latín, luego en francés, también en inglés y español. Sin embargo, esa recepción de la obra de Homero es tan autentica como en la lengua original. No es algo incompatible, aunque el traductor también debe ser considerado un intérprete”.

En octubre de 2006 fue sancionad en Argentina la Ley 26150 para garantizar el derecho a recibir Educación Sexual Integral (ESI) en todos los establecimientos educativos del país, de gestión estatal y privada, en todos los niveles y modalidades.

Por eso, el segundo encuentro de una propuesta formativa que realiza la Universidad Pedagógica Nacional (UNIPE) y el Ministerio de Educación de la provincia de La Pampa, se enfocó en ese tema bajo el título “El devenir de la ESI: Balances y nuevos temas de agenda”.

El ciclo “El abordaje de la Educación Sexual Integral desde la perspectiva Institucional”, se orienta puntualmente a estas cuestiones. Y en la ocasión, la invitada fue Eleonor Faur, Socióloga por la Universidad de Buenos Aires, Doctora en Ciencias Sociales por FLACSO, investigadora en relaciones de género, familia y políticas públicas, y autora de numerosos libros y artículos.

Su disertación se desarrolló a modo de entrevista, con Denise Fridman, Coordinadora de los Programas de Género y Diversidad Sexual de la UNIPE, quien formuló una serie de interrogantes que sirvieron de disparadores. ¿Cuáles eran las condiciones socio políticas de aquel momento, que permitieron la sanción de la ley?”, fue la primer pregunta.

Para contextualizar, Faur respondió: “en 2006 veníamos de una gran crisis sociopolítica y económica, con un gobierno -el de Néstor Kirchner- enfocado en la ampliación de derechos en varios campos”. Dos años antes la Ciudad de Buenos Aires intentó una iniciativa similar, que no pudo concretarse por la fuerte oposición de la Iglesia Católica.

Luego se inició un proceso de construcción política para generar consenso, a través de diversas instancias de diálogo y negociaciones. Se sentaron a la mesa los distintos actores de la sociedad, a fin de trabajar en conjunto para llegar a un acuerdo y sancionar la ley; y el ministro de Educación de la Nación, Daniel Filmus, aprovechó ese impulso con el objetivo de llegar a todo el territorio nacional. “Fue un trabajo muy arduo en el que primó la voluntad política. Y hubo negociaciones que son fáciles de detectar en el texto final”, explicó la socióloga.

Para Elonor Faur lo más importante de la ley es “que en su primer artículo garantizaba el derecho a la ESI para todos los niños y niñas estudiantes, desde el nivel inicial hasta el terciario. Lo fundamental era establecer y proteger un derecho”.

Los aportes de una ley fundamental

Durante la conferencia, se profundizó en los aportes que hizo la ley. Por un lado, generó una obligación para el estado, y una responsabilidad para escuelas, docentes e instituciones. Y en cumplimiento del derecho que creaba, determinaba los mecanismos para hacerlo real. “La ley que crea la ESI establece una política clara, institucionalizándola en el ministerio de Educación, y modifica la burocracia estatal. Además, en términos de contenidos era muy novedoso pensar que la educación sexual debía comenzar en el nivel inicial, porque es más difícil hablar esos temas en la primera infancia”, explicó Faur.

Por otra parte, se jerarquizó el rol de los y las docentes, detallando los mecanismos para impartir ESI en las escuelas, y darle continuidad a la iniciativa; ya que anteriormente a veces solo se hacían talleres aislados. La investigadora señaló: “estos mecanismos requieren un compromiso, sostenido en el tiempo. Nadie tiene mejor acceso a las vivencias y experiencias de les pibes que quienes están todos los días con elles. Por eso, es fundamental el papel del cuerpo docente”.

¿Cómo podemos repensar desde el rol docente los carteles vistos en las calles en su momento, que decían “Con más ESI, no hay Ni una menos”?, preguntó Denise Fridman. Y Eleonor Faur respondió: “la ESI también contribuye a prevenir violencias, no es lineal o causal porque siempre hay mediaciones; pero tiene incidencia para modificar o reflexionar sobre cuestiones de género. Para despegarnos de normas sociales en relación al sometimiento femenino, estereotipos masculinos, y relaciones jerárquicas de poder que siguen existiendo”.

Asimismo, es importante el modo en que los chicos y chicas transmiten en sus hogares mensajes que les llegan desde la escuela, muchas veces haciendo tomar conciencia a sus madres que son víctimas de violencia: “se genera una caja de resonancia que va más allá de lo que pasa en el aula. Es bueno pensar las distintas capas que existen entre la ESI y Ni una menos”, agregó.

Nuevos temas para incorporar al marco jurídico

Desde 2006, se fue ampliando el marco jurídico que amplia derechos para mujeres y diversidades sexo-genéricas: desde el matrimonio igualitario, a la identidad de género, entre otras leyes aprobadas. Y siguen apareciendo más temas en la agenda, como las nuevas masculinidades o los eco-feminismos. Todo se puede pensar desde la perspectiva de la ESI.

Como expresó la socióloga, “surgen constantemente nuevas cuestiones, como sucedió con la Ley de interrupción voluntaria del embarazo. Ampliar derechos es un horizonte al que nunca se llega, siempre hay algo más para hacer. En ese tipo de contenidos es posible hacer grandes aportes. Compartiendo información, estadísticas científicas, y con debates en distintos ámbitos, como el parlamento”. Y añadió: “impulsar la ESI no es bajar línea, es ayudar a reflexionar, poner a circular temas, escuchar lo que preocupa a les jóvenes y dar respuestas”.

Por: Ange Gancedo Igarza.

El pasado jueves 1º de septiembre se presentó en el Instituto Patria el libro de la editorial UNIPE Néstor Kirchner, la educación y la ciencia. Discursos y políticas para democratizar el conocimiento, de Daniel Filmus con la colaboración de Inés Tenewicki. La jornada de aquel jueves de arranque de mes fue una de esas que quedan empapadas de tanta lluvia. El espacio necesitó de varios calefactores para poder aclimatarse, por suerte una sala colmada abrazó a los asistentes y amainó esa humedad que se cuela por las ranuras de la Ciudad de Buenos Aires. El Instituto Patria, dedicado a promover el pensamiento latinoamericano, investigar los procesos políticos de la región y contribuir al desarrollo de políticas inclusivas, fue fundado en 2016 por Cristina Kirchner. Ubicado en el corazón de la ciudad, a pocas cuadras del Congreso, se trata de una antigua casona que casi pareciera un pequeño museo: la foto de una Cristina ovacionada en un campo de fútbol abarrotado; una pintura que calca su perfil, atrapa su mirada. Un lienzo con el ícono del sol del Frente de Todos bajo el techado acristalado.

A esas horas de la tarde nadie se imaginaba que esa misma noche la vicepresidenta sufriría un intento de asesinato con un arma de fuego gatillada a centímetros de su cabeza. Esto sucedió a la vista de una multitud que desde hacía días se agolpaba en señal de apoyo a las puertas del edificio donde vive en el barrio de la Recoleta Si algo brilló durante la hora que duró la presentación del libro fueron los halagos, las palabras de apoyo y recuerdos que su gobierno y el de Néstor despertaron en el público.

Y brillaba, con la luz del ejemplo que nos transmiten cada madre y cada abuela de Plaza de Mayo, Taty Almeida, sentada en primera fila: mientras se acomodaba en la butaca, agarraba su pañuelo y en un gesto delicado a la par que militante se lo colocaba sobre la cabeza.

Daniel Filmus, autor (en colaboración con Inés Tenewicki) del libro homenaje Néstor Kirchner, la educación y la ciencia. Discursos y políticas para democratizar el conocimiento, actual ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación y ministro de Educación, Ciencia y Tecnología de Argentina durante la presidencia de Néstor Kirchner, no dudó en agradecer especialmente su presencia. “Me llena de orgullo que estés acá”, recalcaba. Y añadía que es un ejemplo para todas, todos, todes. Y ese todes, Taty lo gritó y acompañó con un saltito desde su asiento.

Teresa Parodi, ex ministra de Cultura, en su papel de presentadora o maestra de ceremonia, aludió en primer lugar a la situación que rodeaba a la presidenta del Instituto, la posición judicial tras el pedido de condena e inhabilitación. Entre ovaciones y aplausos de apoyo, reivindicó su inocencia y su importancia capital: “su fuego no se apaga, se aviva”.

También refirió a la trascendencia del Instituto, un espacio que consideró como un refugio para compañeras y compañeros en los cuatro años de macrismo.

Tras sus palabras, un vídeo con palabras e imágenes de Néstor Kirchner inundó de palmas y emotividad el espacio.

En la mesa, la primera en tomar la palabra fue Gabriela Morgade. Morgade, decana de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, subsecretaria de Participación y Democratización Educativa (Ministerio de Educación de la Nación) desde diciembre de 2019, habló desde un lugar feminista. Se centró en lo que generaron las políticas educativas en la época de Néstor, tanto en la legislación como en las cuestiones de género que se deducen de los discursos que encontramos en el libro.

Recordó la Ley 26.061 de 2005 que dictó la protección integral de los derechos de las niñas, niños y adolescentes, con énfasis en la eliminación de la discriminación de género. Morgade insistió en esa referencia a la palabra “género”, una mirada casi visionaria en aquel momento en que no se registraba tal distintivo en el discurso, apenas difundido en la vida.

Recordó por supuesto la Ley de Educación Sexual Integral (ESI), una ley fundamental, sancionada en octubre de 2006, durante el gobierno de Kirchner.

Morgade subrayó ese marco habilitado por Néstor acerca los derechos sexo-genéricos de la argentina. Y puntualizó que “la mejor ley es la que se vota”.

A su lado se encontraba la pedagoga, política y escritora Adriana Puiggrós. “Hoy volví a ver el libro. Uno puede volverlo a ver muchas veces. Hay imágenes que nos remontan, nos remontan no sólo a Néstor, a Filmus, nos remontan al Peronismo”, explicaba nada más comenzar. Puiggrós, que fue viceministra de Educación de la Nación hasta su renuncia a fines de 2019 y cuenta con una impecable participación en la política argentina, afirmó que fue la gestión del gobierno de Néstor la de mayor importancia en cuanto a la política educativa desde Perón. Ensalzó además su compromiso con la justicia social, con la soberanía. “Las leyes dictadas durante el gobierno de Néstor son el sustento de muchas leyes posteriores, algunas ya dictadas, otras que están ahora en el Congreso”, afirmó quien fuera también directora de Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires entre 2005 y 2007.

En una intervención concisa, pero siempre lúcida e incisiva, Puiggrós advirtió que la educación es un derecho, es un derecho universal. Para la pedagoga, la Ley de Educación Nacional 26.206 de 2006 puso todos los instrumentos para logar el derecho universal de la educación: “esa ley es un programa”, precisó.

Para finalizar, indicó la importancia de conocer las leyes, de difundirlas y militarlas. Ante esa mirada, nada como un libro que recoge los discursos claves que resumen los valores a favor de una sociedad más justa, más próspera, más soberana, y cuyos cimientos versan sobre el acceso universal al conocimiento. “Usemos el libro de Daniel Filmus para militar esa educación en Argentina”, defendió.

Daniel Filmus habló en último lugar. Tras los agradamientos reconoció que con Inés Tenewicki querían hacer un libro “lindo”. Sobre el origen, afirmó que este libro fue fruto casi del azar, algo inesperado. Originalmente, estaban buscando un discurso donde Néstor hablara sobre educación. Cuando realizaron el pedido a la Casa Rosada, la respuesta los sorprendió. “Nos enviaron no uno sino cuarenta discursos. Eso marcaba un pensamiento que valía la pena rescatar”, explicó como si se tratara de una confesión.

Para Filmus, trabajar con Néstor suponía no tener ningún límite: “es lo que transforma las cosas. No pensábamos que en 2003 íbamos a poder hacer todos esos cambios”, afirmaba con esa voz grave a la vez que templada desde la que habla. Según Filmus, en Néstor, la educación pasó a tener una prioridad estratégica, una mirada que entendía que una ley educativa es un plan de gobierno. Partía de una conciencia que sabe que sin educación no hay desarrollo, ni crecimiento. Ni tampoco igualdad. Tal y como escribe en la Introducción del libro, “le asignó un valor prioritario a la función de la educación como factor de inclusión y cohesión social sobre la base de su posibilidad de favorecer la igualdad de oportunidades y de acceso a saberes socialmente necesarios para todos y todas, sin distinción”.

“No llegamos para hacer lo mismo que hicieron todos porque fracasaron”, parecía decirle Néstor, y es detrás de esa voluntad que se despliegan sin duda las tantas políticas educativas de su gestión. Filmus intentó un pequeño recordatorio de algunas de las leyes y propuestas educativas, como la Ley de Educación Técnico Profesional. Asimismo rescató la Ley de Matrimonio Igualitario, absolutamente polémica en ese momento, o la ESI ya resaltada por Morgade.

Con cierto orgullo sobre este libro homenaje que firma con su autoría, confesaba que en las fotos que componen el libro se identifica la transformación enorme que estaba ocurriendo.

“El plan eran 700 escuelas, salieron 2.200. 12 años, casi una escuela por día. Da miedo y desafío trabajar con alguien que no pone límites. Sólo un Presidente que tiene esa mirada lo logra”, concluyó.

Caída la noche, la lluvia parecía contenerse. Algunos compraban el libro, otros ante la situación financiera de fin / comienzo de mes aseguraban que lo compararían más adelante; otros se reunían a conversar, otros hojeaban el libro, sonreían ante las fotos de Néstor, ante aquella época; todos salían con esa sensación purificadora de haber pasado un tiempo de justicia, de compartir tiempos de bonanza entre colegas. Hubo también quien, al cruzar la puerta de salida, encargó al custodio del Instituto dar recuerdos “a la Jefa”.

Esta nota debería haber sido muy diferente. Pero el giro copernicano modificó cualquier apunte. A partir de ahora, veremos cómo sigue.

   

Créditos fotografía: Prensa MINCyT.