UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL

Presentación del libro Néstor Kirchner, la educación y la ciencia en el Instituto Patria

Por: Ange Gancedo Igarza.

El pasado jueves 1º de septiembre se presentó en el Instituto Patria el libro de la editorial UNIPE Néstor Kirchner, la educación y la ciencia. Discursos y políticas para democratizar el conocimiento, de Daniel Filmus con la colaboración de Inés Tenewicki. La jornada de aquel jueves de arranque de mes fue una de esas que quedan empapadas de tanta lluvia. El espacio necesitó de varios calefactores para poder aclimatarse, por suerte una sala colmada abrazó a los asistentes y amainó esa humedad que se cuela por las ranuras de la Ciudad de Buenos Aires. El Instituto Patria, dedicado a promover el pensamiento latinoamericano, investigar los procesos políticos de la región y contribuir al desarrollo de políticas inclusivas, fue fundado en 2016 por Cristina Kirchner. Ubicado en el corazón de la ciudad, a pocas cuadras del Congreso, se trata de una antigua casona que casi pareciera un pequeño museo: la foto de una Cristina ovacionada en un campo de fútbol abarrotado; una pintura que calca su perfil, atrapa su mirada. Un lienzo con el ícono del sol del Frente de Todos bajo el techado acristalado.

A esas horas de la tarde nadie se imaginaba que esa misma noche la vicepresidenta sufriría un intento de asesinato con un arma de fuego gatillada a centímetros de su cabeza. Esto sucedió a la vista de una multitud que desde hacía días se agolpaba en señal de apoyo a las puertas del edificio donde vive en el barrio de la Recoleta Si algo brilló durante la hora que duró la presentación del libro fueron los halagos, las palabras de apoyo y recuerdos que su gobierno y el de Néstor despertaron en el público.

Y brillaba, con la luz del ejemplo que nos transmiten cada madre y cada abuela de Plaza de Mayo, Taty Almeida, sentada en primera fila: mientras se acomodaba en la butaca, agarraba su pañuelo y en un gesto delicado a la par que militante se lo colocaba sobre la cabeza.

Daniel Filmus, autor (en colaboración con Inés Tenewicki) del libro homenaje Néstor Kirchner, la educación y la ciencia. Discursos y políticas para democratizar el conocimiento, actual ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación y ministro de Educación, Ciencia y Tecnología de Argentina durante la presidencia de Néstor Kirchner, no dudó en agradecer especialmente su presencia. “Me llena de orgullo que estés acá”, recalcaba. Y añadía que es un ejemplo para todas, todos, todes. Y ese todes, Taty lo gritó y acompañó con un saltito desde su asiento.

Teresa Parodi, ex ministra de Cultura, en su papel de presentadora o maestra de ceremonia, aludió en primer lugar a la situación que rodeaba a la presidenta del Instituto, la posición judicial tras el pedido de condena e inhabilitación. Entre ovaciones y aplausos de apoyo, reivindicó su inocencia y su importancia capital: “su fuego no se apaga, se aviva”.

También refirió a la trascendencia del Instituto, un espacio que consideró como un refugio para compañeras y compañeros en los cuatro años de macrismo.

Tras sus palabras, un vídeo con palabras e imágenes de Néstor Kirchner inundó de palmas y emotividad el espacio.

En la mesa, la primera en tomar la palabra fue Gabriela Morgade. Morgade, decana de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, subsecretaria de Participación y Democratización Educativa (Ministerio de Educación de la Nación) desde diciembre de 2019, habló desde un lugar feminista. Se centró en lo que generaron las políticas educativas en la época de Néstor, tanto en la legislación como en las cuestiones de género que se deducen de los discursos que encontramos en el libro.

Recordó la Ley 26.061 de 2005 que dictó la protección integral de los derechos de las niñas, niños y adolescentes, con énfasis en la eliminación de la discriminación de género. Morgade insistió en esa referencia a la palabra “género”, una mirada casi visionaria en aquel momento en que no se registraba tal distintivo en el discurso, apenas difundido en la vida.

Recordó por supuesto la Ley de Educación Sexual Integral (ESI), una ley fundamental, sancionada en octubre de 2006, durante el gobierno de Kirchner.

Morgade subrayó ese marco habilitado por Néstor acerca los derechos sexo-genéricos de la argentina. Y puntualizó que “la mejor ley es la que se vota”.

A su lado se encontraba la pedagoga, política y escritora Adriana Puiggrós. “Hoy volví a ver el libro. Uno puede volverlo a ver muchas veces. Hay imágenes que nos remontan, nos remontan no sólo a Néstor, a Filmus, nos remontan al Peronismo”, explicaba nada más comenzar. Puiggrós, que fue viceministra de Educación de la Nación hasta su renuncia a fines de 2019 y cuenta con una impecable participación en la política argentina, afirmó que fue la gestión del gobierno de Néstor la de mayor importancia en cuanto a la política educativa desde Perón. Ensalzó además su compromiso con la justicia social, con la soberanía. “Las leyes dictadas durante el gobierno de Néstor son el sustento de muchas leyes posteriores, algunas ya dictadas, otras que están ahora en el Congreso”, afirmó quien fuera también directora de Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires entre 2005 y 2007.

En una intervención concisa, pero siempre lúcida e incisiva, Puiggrós advirtió que la educación es un derecho, es un derecho universal. Para la pedagoga, la Ley de Educación Nacional 26.206 de 2006 puso todos los instrumentos para logar el derecho universal de la educación: “esa ley es un programa”, precisó.

Para finalizar, indicó la importancia de conocer las leyes, de difundirlas y militarlas. Ante esa mirada, nada como un libro que recoge los discursos claves que resumen los valores a favor de una sociedad más justa, más próspera, más soberana, y cuyos cimientos versan sobre el acceso universal al conocimiento. “Usemos el libro de Daniel Filmus para militar esa educación en Argentina”, defendió.

Daniel Filmus habló en último lugar. Tras los agradamientos reconoció que con Inés Tenewicki querían hacer un libro “lindo”. Sobre el origen, afirmó que este libro fue fruto casi del azar, algo inesperado. Originalmente, estaban buscando un discurso donde Néstor hablara sobre educación. Cuando realizaron el pedido a la Casa Rosada, la respuesta los sorprendió. “Nos enviaron no uno sino cuarenta discursos. Eso marcaba un pensamiento que valía la pena rescatar”, explicó como si se tratara de una confesión.

Para Filmus, trabajar con Néstor suponía no tener ningún límite: “es lo que transforma las cosas. No pensábamos que en 2003 íbamos a poder hacer todos esos cambios”, afirmaba con esa voz grave a la vez que templada desde la que habla. Según Filmus, en Néstor, la educación pasó a tener una prioridad estratégica, una mirada que entendía que una ley educativa es un plan de gobierno. Partía de una conciencia que sabe que sin educación no hay desarrollo, ni crecimiento. Ni tampoco igualdad. Tal y como escribe en la Introducción del libro, “le asignó un valor prioritario a la función de la educación como factor de inclusión y cohesión social sobre la base de su posibilidad de favorecer la igualdad de oportunidades y de acceso a saberes socialmente necesarios para todos y todas, sin distinción”.

“No llegamos para hacer lo mismo que hicieron todos porque fracasaron”, parecía decirle Néstor, y es detrás de esa voluntad que se despliegan sin duda las tantas políticas educativas de su gestión. Filmus intentó un pequeño recordatorio de algunas de las leyes y propuestas educativas, como la Ley de Educación Técnico Profesional. Asimismo rescató la Ley de Matrimonio Igualitario, absolutamente polémica en ese momento, o la ESI ya resaltada por Morgade.

Con cierto orgullo sobre este libro homenaje que firma con su autoría, confesaba que en las fotos que componen el libro se identifica la transformación enorme que estaba ocurriendo.

“El plan eran 700 escuelas, salieron 2.200. 12 años, casi una escuela por día. Da miedo y desafío trabajar con alguien que no pone límites. Sólo un Presidente que tiene esa mirada lo logra”, concluyó.

Caída la noche, la lluvia parecía contenerse. Algunos compraban el libro, otros ante la situación financiera de fin / comienzo de mes aseguraban que lo compararían más adelante; otros se reunían a conversar, otros hojeaban el libro, sonreían ante las fotos de Néstor, ante aquella época; todos salían con esa sensación purificadora de haber pasado un tiempo de justicia, de compartir tiempos de bonanza entre colegas. Hubo también quien, al cruzar la puerta de salida, encargó al custodio del Instituto dar recuerdos “a la Jefa”.

Esta nota debería haber sido muy diferente. Pero el giro copernicano modificó cualquier apunte. A partir de ahora, veremos cómo sigue.

   

Créditos fotografía: Prensa MINCyT.