En la dimensión de lo no cognitivo, lo emocional, la capacidad de ponerse en lugar del otro, quedaron muchas dificultades que siguen retrasando y van en contra del aprendizaje.
El profesor e investigador de la Universidad Pedagógica Nacional (Unipe), Emilio Tenti Fanfani, formó parte del trabajo "Pensar la educación en tiempos de pandemia", publicado por la editorial de esa casa de estudios. Además de sus lecturas y reflexiones, se mantiene en contacto "con 200 docentes por cada una de las charlas que doy", de donde recoge que la escuela sigue muy impactada por la pandemia.
-¿Es difícil recuperar contenidos perdidos de los dos años de pandemia?
-Converso mucho con los docentes y me sorprende la huella que dejó la pandemia en las instituciones escolares. En mi casa, en mi agenda personal, la pandemia desapareció. En la fábrica también se retomó la actividad. Pero en la escuela quedó la huella en la subjetividad de los chicos. Son impresionantes los testimonios de los docentes, en Buenos Aires, en el interior del país, en todas las clases sociales. La mayoría de los sectores populares no tuvo la suerte que tuvieron los hijos de los sectores más privilegiados que tienen computadoras en su dormitorio o de la escuela privada que todos los días les mandaba actividades. Para muchos fue un parate de dos años en su proceso de enseñanza-aprendizaje. ¿Te imaginás qué pasa con un jugador de fútbol que durante dos años lo tenés parado y no hace ejercicios? Lo mandás a jugar al otro día y es un desastre.
Bueno, estos chicos luego de dos años de parate volvieron a las aulas con problemas de conducta. Han perdido la sociabilidad, cierta autoestima, empatía, al no ponerse en lugar del otro, al no haber convivido con otros. La civilización, los modales, surgen de la necesidad de convivir con otros. Los docentes señalan que llegan y pegan a otro porque los miró mal, que están agresivos, que ellos tardan la mitad de tiempo para lograr que los chicos se callen, se ordenen. En esta dimensión de lo no cognitivo, lo emocional, la capacidad de ponerse en lugar del otro, han quedado muchas dificultades que siguen retrasando y van en contra del aprendizaje.
-¿Qué es más urgente de recuperar: los contenidos que se dejaron de dar o esta otra dimensión emocional?
-Si no lográs que los chicos se sienten, no hay contenidos que puedas dar. Ahí creo que la pandemia tuvo algún efecto positivo que es obligar a los directivos y docentes a ver, en el poco tiempo que queda, qué es lo esencial, qué ejercicios tendríamos que sí o sí hacer. Yo tengo la hipótesis de que el currículum está sobrecargado; están los contenidos tradicionales, más la educación para la ciudadanía, para el medio ambiente. No alcanza el tiempo.
-¿Cómo hay que hacer esa revisión? Porque cada escuela o cada docente también puede llevarla adelante por sí mismo.
-Hay mucha autonomía en las escuelas: si hay un director importante y un equipo que responda, si se discute lo fundamental de este año. Del tema del lenguaje, la expresión oral y escrita se tiene que ocupar no sólo la señorita de lengua, sino el de física, el de química; la competencia expresiva es lo más importante en la educación básica, junto con el cálculo. Pero si vos tenés un montón de objetivos y les apuntás a todos, te podés perder en el bosque de los contenidos. Después resulta que viene el Estado y no te evalúa en solidaridad, conciencia crítica, sino en saber leer y escribir, y en cálculos. Hace años que vengo insistiendo en esto y ahora me da gusto escuchar que el ministro actual insiste en hacer foco en lengua.
Fuente: https://www.ellitoral.com/educacion/emilio-tenti-fanfani-pandemia-coronavirus-covid-unipe-universidad-pedagogica-nacional-argentina-docentes-alumnos_0_4RYguMn7C4.html