Llegamos a Misiones con una misión: visitar la casa de Horacio Quiroga en el medio de la selva en San Ignacio. El avión se posa en Posadas que será nuestra posada durante los próximos días en Misiones. No una misión sino misiones. Suena en el nombre de la provincia todavía hoy la disgregación de la misión jesuítica en muchas misiones.

Caminar acá es como recorrer una cancha de tenis de polvo de ladrillo. Esto que pienso cuando llegamos, le voy a comentar después a Dominique, una amiga psicoanalista que dejó hace años la ciudad, se fue a vivir a la selva peruana y actualmente vive en Oberá. Hace mucho que no nos vemos, reencontrarnos, entender su fuga a la naturaleza, es una misión oculta en estas múltiples misiones.

La tierra colorada, que se trepa y salpica nuestros borcegos y zapatillas, nos explicará Néstor, es óxido de hierro de formación volcánica. Un largo camino meandroso como el cuerpo de una víbora desemboca en la casa. Una casa a la deriva. En la casa todo es réplica. La casa misma es una réplica de la casa de Quiroga con techo de tablillas de incienso. Fue reconstruida para un registro audiovisual con las medidas exactas. Rodeada de palmeras mbocayás, parece que llegamos el día después de un ritual, donde quedó encendida en el centro del parque una casa que es espejismo de otra casa. Algo de esto conversaremos por la noche con Victoria, guía de la casa museo, quien nos hospeda en su casa.

Con revirado de porotos y sopa paraguaya, nos reciben en la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Misiones. Es inevitable no atribuir semejante generosidad al pueblo misionero entero, los viajes nos entusiasman con rápidas generalizaciones. La conversación con su decano Cristian y equipo, Lore, la Secretaría de Extensión e investigación, Natalia, gira alrededor del mate que estamos tomando. Y se mueve en ronda hacia la cultura del pueblo guaraní. Por la tarde, Natalia nos lleva al Museo Regional Aníbal Cambas.

Los interlocutores de Quiroga en la selva fueron otros, los destierrados: peones o colonos. Movidos por promesas de tierra se alejaron de su tierra natal. ¿Quién es el mensú? El mensualero. El que llevado por la esperanza a la cosecha de yerba mate, la tarefa, machete en mano va degollando sueños en la planchada. Personaje atravesado por la desigualdad social y explotación campesina sobre el que han puesto la mirada directores de cine como Mario Sofici, Hugo del Carril, Armando Bo. Cuando las ilusiones explotan como burbujas en el aire, encuentran en el boliche sus miradas vidriosas de alcohol.

De fondo suena en el boliche o en sus cabezas, que respiran agitadas como el fuelle de un acordeón, las polkas rurales del yerbatal. Cada casa museo que visitamos, el archivo y patrimonio que es en definitiva cada escritora o escritor, nos revela algo acerca de qué es este podcast, qué trazan estos itinerarios en el territorio literario. Quiroga nos devuelve nuestra forma más geológica de concebir o conseguir la literatura. Es una fuerza que nos saca fuera de ella. Esta vez, a la selva.

En este viaje nos guiaron Néstor y Delia Ríos, y María Victoria Cardozo de la Casa Museo Horacio Quiroga; Lorena Gutierrez, Natalia Brueguel, y todo el equipo de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Misiones; Dominique Kahanoff al volante; las locuciones de Horacio Quiroga y Alfonsina Storni son de Dolores Mussari, el equipo de investigación de la materia Patrimonio Literario y Memoria Cultural de la UNIPE trabajó en la documentación, Juan Carrique en la producción, Diego Skliar en la edición sonora y Marcos Perearnau en voz y guión. ITINERARIOS LITERARIOS es una producción para el Departamento de Humanidades y Arte y la Secretaría de Extensión y Bienestar de la Universidad Pedagógica Nacional.