UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL

Abril 2022

De forma virtual y vía streaming, se desarrollará el XX Congreso de la Asociación Mundial de Ciencias de la Educación (AMCE) desde el 6 hasta el 9 de junio próximo, convocado bajo el título "La educación y la formación ante los grandes desafíos de nuestra época: migraciones, sociedad digital y desarrollo sostenible".

El encuentro, que se desarrollará en tres lenguas -español, inglés y francés-, tendrá lugar en la Universidad Pedagógica Nacional (Unipe) y se transmitirá a través de https://www.youtube.com/c/unipear.

Durante el congreso se presentarán las contribuciones de más de 500 docentes investigadores residentes en 31 países, aprobadas por el comité científico internacional, a través de mesas y simposios.

Además, el evento -que durará cuatro días- contará con actividades plenarias, que serán el panel de apertura institucional, el panel de apertura académica y la conferencia de clausura de carácter abierto a la comunidad educativa.

La apertura del Congreso tendrá lugar el lunes 6 de junio a las 9 con la presencia del rector de la Universidad Pedagógica Nacional (UNIPE), Adrián Cannellotto; el rector de Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), Carlos Greco; el presidente de la Asociación Mundial de Ciencias de la Educación (AMCE), Gilles Baillat; y la presidenta honoraria del Congreso, Ana Pereyra.

Luego, a las 9:30 se realizará la apertura académica encabezada por Marguerite Altet, de la Université de Nantes (Francia); Robert White, de la Queen Margaret University (Escocia); Adela Franze, de la Universidad Complutense de Madrid (España); y Alice Baillat, de la Organization Internacional para las Migraciones (OIM).

Por último, la conferencia de clausura, titulada "Escuelas y docentes frente a los desafíos de la digitalidad", se desarrollará el próximo jueves 9 de junio a las 12 y estará a cargo de la profesora investigadora del Departamento de Investigaciones Educativas (DIE) Cinvestav, Inés Dussel.

(Télam)

Fuente: https://www.grupolaprovincia.com/sociedad/con-eje-en-desafios-se-realiza-el-xx-congreso-de-la-asociacion-mundial-de-ciencias-de-la-educacion-945671

Cronista, ensayista y poeta, Osvaldo Aguirre revisa en Contraseñas cómo el crimen configura la trama cultural argentina y es también configurado por ella.

“Socialmente marginal, el hecho policial es revalorado para la comprensión de la época en que transcurre; no es un relato folclórico, y mucho menos una pieza que interesa por curiosidad o por su presunto carácter insólito, sino un documento cargado de significación. El delito, según la enseñanza de Hans Magnus Enzensberger, ‘se asemeja a una contraseña que, una vez descifrada, delata algo del total de la sociedad en la que sucedió, y en esa perspectiva traté de escribir”, dice Osvaldo Aguirre en la introducción de Contraseñas, el crimen en la cultura argentina, editado por Unipe y señala la clave en la que suena, no solo esta obra, sino su mirada, una de las más sólidas, totalizadoras y formadas del país, sobre el delito. En esta entrevista con Ñ, recorre esa manera de mirar, narrar y analizar el mundo del hampa.

En el principio de todo, Aguirre soñó con la carrera académica. Y dicen que fue Horacio González, que iba a ser el director de su investigación, quien le aconsejó otros rumbos. “En ese momento, me sentí desanimado. Pero González me dijo que podía desarrollar aquel proyecto que había presentado a través de artículos, con el transcurso del tiempo”, recuerda.

A la manera de una tesis de doctorado

De alguna manera, Contraseñas reúne esos artículos que funcionan como ensayos autónomos, pero también como una aproximación total al objeto de estudio. “Fue una propuesta, un estímulo muy fuerte, no un consuelo, –retoma Aguirre– y se convirtió para mí en un método de trabajo tanto para hacer periodismo como para pensar en libros. También fue tomar al pie de la letra el lugar común según el cual el periodismo escribe el borrador de la historia, aunque tengo mis reparos al respecto porque generalmente sostiene una idea trivial del periodismo”.

En Rosario, a Aguirre le dicen ‘El mosca’ y, como todo rosarino de ley, nació en otro lugar: Colón, provincia de Buenos Aires. Si algo lo define, además de la seriedad de su trabajo (y de su trato), es la capacidad de alimentar una obra prolífica, desbordante, que parece levar sin freno entre la poesía, la ficción y el periodismo.

Contraseñas salió a la calle casi en simultáneo con una notable biografía de Francisco "Paco" Urondo (Francisco Urondo. La exigencia de lo imposible), un ensayo sobre bandidos sociales (La bolsa y la vida) y la reedición de un libro que aborda a Rodolfo Walsh a través de entrevistas (Un periodismo literario. Conversaciones con Rodolfo Walsh).

En el espejo del crimen

“Los grandes crímenes funcionan como productores de discursividad. Son casos que no concluyen, en el sentido de que retornan a través de la prensa más allá de los pronunciamientos judiciales –que en general no nos inspiran confianza, por convicciones arraigadas en nuestra sociedad– y producen nuevos relatos que irradian desde la crónica hacia otras formas como las investigaciones científicas o los estudios culturales”, dice Aguirre parafraseando al poeta y ensayista Enzensberger, uno de los representantes más importantes del pensamiento alemán de la posguerra, a quien cita para explicar el lazo entre el delito y su tiempo.

Y como ejemplo, vuelve a la historia de Cayetano Godino, ‘el Petiso Orejudo’: “Lo que hoy sabemos al respecto es revelador de los prejuicios y las representaciones de la criminología y el periodismo de la época sobre cuestiones como los menores delincuentes, la inmigración desclasada y la sexualidad. Y mientras tanto Godino mantiene un margen insondable, que habilita nuevas exploraciones”, recuerda.

Otro caso memorable fue el asesinato de Norma Penjerek: “Son versiones que patentizan creencias y sentimientos de cada época respecto al delito y al poder”, apunta.

Aguirre estudió Letras en la Universidad Nacional de Rosario y sus artículos aparecen en medios nacionales desde hace décadas. Fue cronista de policiales durante dos décadas en La Capital de Rosario y es autor en el Diario de Poesía.

En Rosario, a Aguirre le dicen ‘El mosca’ y, como todo rosarino de ley, nació en otro lugar: Colón, provincia de Buenos Aires. Si algo lo define, además de la seriedad de su trabajo (y de su trato), es la capacidad de alimentar una obra prolífica, desbordante, que parece levar sin freno entre la poesía, la ficción y el periodismo.

Contraseñas salió a la calle casi en simultáneo con una notable biografía de Francisco "Paco" Urondo (Francisco Urondo. La exigencia de lo imposible), un ensayo sobre bandidos sociales (La bolsa y la vida) y la reedición de un libro que aborda a Rodolfo Walsh a través de entrevistas (Un periodismo literario. Conversaciones con Rodolfo Walsh).

Otro caso memorable fue el asesinato de Norma Penjerek: “Son versiones que patentizan creencias y sentimientos de cada época respecto al delito y al poder”, apunta.

Como autor, reunió sus tres primeros libros en El campo (2014) y también publicó varias novelas como Todos mienten, El año del dragón y La deriva; los ensayos Historias de la mafia en la Argentina, La Chicago Argentina: crimen, mafia y prostitución en Rosario y La conexión latina, entre otros; y los poemarios Las vueltas del camino, Lengua natal, Campo Albornoz y muchos más.

Contraseñas, el crimen en la cultura argentina
Osvaldo Aguirre
UNIPE
336 págs.

Fuente: https://www.clarin.com/revista-enie/ideas/espejo-malandras-asesinos-ladrones_0_aGHe2NUOsk.html

El ministro de Ciencia y Tecnología, Daniel Filmus, destacó que el expresidente Néstor Kirchner “puso en el centro a la educación, la ciencia y la tecnología” durante su gestión, porque “tenía la conciencia de que sin educación no había posibilidad de crecimiento ni de desarrollo”, al presentar su último libro ‘Néstor Kirchner, la educación y la ciencia. Discursos y políticas para democratizar el conocimiento’ en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.

Filmus presentó su libro-homenaje a Kirchner, que realizó junto a Inés Tenewicki, en el que recopila los discursos en los que el expresidente “dejó plasmada una plataforma de gobierno sustentada, por una parte, en un nuevo plexo normativo que proveyó al sistema de un corpus de leyes fundamentales, además de un núcleo de valores a favor de una sociedad más justa, más próspera y soberana, que comienza a cimentarse en el acceso universal al conocimiento”.

La presentación se realizó en la Sala Julio Cortázar, en el pabellón amarillo de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires 2022, y asistieron la subsecretaría de Participación y Democratización Educativa del Ministerio de Educación, Graciela Morgade; la doctora en pedagogía y asesora presidencial, Adriana Puiggrós; y el rector de la Universidad Pedagógica Nacional (UNIPE), Adrián Cannellotto.

“Néstor tenía la conciencia de que sin educación no había posibilidad de crecimiento ni de desarrollo”, dijo Filmus durante la presentación.

En referencia al contenido del libro, dio como ejemplo el discurso de Néstor en la huelga docente en Entre Ríos en 2003: “Yo lo conocí un viernes y ya el lunes estaba viajando con él hacia allá, decididos a destrabar este conflicto. Estamos hablando del 26 de mayo, y a esa altura del año todavía no habían comenzado las clases”.

Y continuó: “Era un momento en donde dos de cada tres chicos eran pobres y la escuela hacía las veces de comedor, porque la situación que habíamos heredado de los ‘90 había dejado al margen a buena parte de la población”.

Sobre cómo surge esta obra, contó que “el libro se me ocurrió al pedir una parte de un discurso de Néstor para otro libro que estaba escribiendo, y desde la Casa Rosada me enviaron 44. Es decir, un Presidente que estuvo cuatro años hizo nada menos que 44 discursos –sobre educación- solo en la Casa de Gobierno”.

“Empecé a ver esos discursos y me di cuenta de que había un pensamiento denso y especialmente importante para docentes y para padres con respecto a la educación que parecía importante compilar”, consideró Filmus.

En ese sentido, agregó: “Este libro es un homenaje a Néstor, a un hombre que colocó a la educación en el centro, y también le dio a la ciencia y a la tecnología un lugar central” porque “no hay posibilidad de que un país tenga un desarrollo autónomo y soberano que agregue valor a su producción sin ciencia y tecnología”.

Desde la editorial Unipe señalaron que el libro -que tiene prólogo de Alberto Fernández– representa «un trabajo clave de recopilación y presentación de los discursos en los cuales Kirchner dejó plasmada una plataforma de gobierno sustentada”.

“Este recorrido por las disertaciones de un líder nacional y regional como Néstor Kirchner, trazado con rigurosidad y respeto, es acompañado por textos que incluyen tanto las anécdotas y recuerdos de su ministro como el relato de la circunstancia de cada intervención”, detallan desde la editorial.

Fuente: https://infoarenales.com/2022/05/06/filmus-presento-un-libro-sobre-el-legado-de-nestor-kirchner-en-educacion-y-ciencia/

Por Víctor Furci*

La Ley de Educación Ambiental Integral ( Ley N° 27621) promulgada el 3 de Junio de 2021 recupera debates iniciados por los movimientos ambientalistas en las últimas décadas. La norma instala algunas preguntas y desafíos a las prácticas de enseñanza vinculadas a temáticas ambientales, promueve la reflexión sobre el rol del Estado en relación a los conflictos ambientales y, especialmente, permite poner en cuestión el rol docente frente a la crisis ambiental global que, según datos de los expertos, se acelera y complejiza de manera preocupante y, quizás, terminal.

Según el 6° informe del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático es “extremadamente probable” ( 95 a 100 por ciento de probabilidad) que el calentamiento global cruce la peligrosa marca de 2 grados Celsius para fines de este siglo, con altas posibilidades de alcanzar 1,5 en los próximos 20 años, si las emisiones de carbono se mantienen en su nivel actual. El documento también afirma que “Es inconfundible que la influencia humana ha calentado la atmósfera, el océano y la tierra”, dejando fuera de dudas el origen antropocéntrico de esta crisis ambiental.

La Ley de Educación Ambiental Integral (LEAI) recupera, describe, conceptualiza y toma posición frente a problemáticas, tensiones y conflictos ambientales que la sociedad experimenta y manifiesta desde hace años. Pero como toda Ley, por si misma, por su sola promulgación, no promoverá cambios en la sociedad si no es impulsada, implementada y puesta en práctica con la mediación de ciudadanos comprometidos con sus objetivos. El mismo texto de la ley promueve la necesidad de participación y mediación docente para su cumplimiento, señalando algunos instrumentos de participación jurisdiccional y nacional. Sin embargo, considero que la motivación generada por el cumplimiento de la ley no es suficiente, es necesario actuar como respuesta al estado de crisis ambiental global del que somos parte como individuos adultos y responsables. Esta conciencia implica un compromiso y participación del docente como ciudadano, mas allá de su rol dentro de las instituciones escolares.

Si consideramos la situación actual de abordaje de las cuestiones ambientales en la escuela, reconocemos un camino recorrido en la presentación y sensibilización de estas problemáticas, pero es necesario complejizar las propuestas didácticas. Superar, por ejemplo, las simplificaciones excesivas que justifican los conflictos aplicando conceptos difusos y sin profundidad discursiva (los incendios forestales ocurren “por el calentamiento global”), avanzar mas allá de ofertas didácticas ingenuas y romantizadas (“tirar papelitos dentro de los cestos”, “reutilizar plásticos”, “clasificar residuos”) . Proponer problematizar e investigar qué hay en el origen de los conflictos ambientales en términos de disputas territoriales, apropiación desigual y extractivista de recursos (o bienes comunes), creciente inequidad en la distribución de los beneficios, supremacía conceptual del modelo de organización general del sistema de producción, acumulación y consumo que genera cada vez mayor pobreza, riqueza y desigualdad.

En este marco, es fundamental revisar el rol de la ciencia, la tecnología y la educación. El 6° informe del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático refiere además que "El éxito y la importancia de los recientes movimientos climáticos también aportan elementos para repensar el papel de la ciencia en la sociedad". En este sentido, es cada vez más numeroso el grupo de científicos y científicas de todo el mundo que proponen replantear su rol, llegando a promover iniciativas como huelgas climáticas

Creo que la LEAI no debería impulsarnos, solamente, a mejorar la potencialidad didáctica de nuestras propuestas de enseñanza, sino a repensar y potenciar nuestra participación y posicionamiento político frente a la crisis ambiental global. Conocer, participar y accionar en relación a los conflictos ambientales locales, con una perspectiva global, compleja, instruida y actualizada, es un requisito de base para la construcción de un rol docente acorde a las demandas de la sociedad de nuestro tiempo.

*Profesor Investigador, coordinador de la Licenciatura en Enseñanza de las Ciencias Naturales en Educación Primaria, con orientación ambiental de la Universidad Pedagógica Nacional (UNIPE).

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/419647-ley-de-educacion-ambiental-integral-desafios-y-mediaciones-d?ampOptimize=1

Por Daniel Filmus*.

El objetivo del presente libro es recuperar y poner en valor la actualidad del pensamiento y la acción educativa de Néstor Kirchner. La fortaleza de sus ideas, la presencia permanente de los logros que se obtuvieron durante su presidencia y los desafíos que nos presentan las asignaturas pendientes respecto del modelo de país y del proyecto educativo transforman este libro en un texto de asombrosa vigencia.

Hemos seleccionado y ordenado los discursos en torno a la educación durante los más de cuatro años que duró su gestión al frente del gobierno argentino (2003-2007). Deberíamos remontarnos muchas décadas atrás para encontrar otro presidente argentino que haya realizado tantas y tan profundas propuestas y reflexiones acerca de la temática educativa y su relación con el modelo de sociedad. Los casi cuarenta discursos que presentamos hilvanan las acciones de una intensa gestión en el área educativa. Los acompañamos con fotografías y con el relato de momentos vividos con él que nos ayudan a tenerlo más presente.

En el año 2003 se vivían las consecuencias de la profunda crisis socioeconómica y política desencadenada como resultado de los procesos neoliberales que se habían aplicado en el país en las décadas anteriores. La pobreza y la indigencia, la desigualdad en la distribución de ingresos, la exclusión social, el debilitamiento de las instituciones, la crisis de representación política y el descreimiento en la función pública daban cuenta de los procesos de concentración de la riqueza, dependencia externa y ausencia del Estado. El sistema educativo no estuvo ajeno: la desigualdad de oportunidades, la fragmentación del sistema, el deterioro de condiciones laborales de los docentes, la precariedad de su salario y el malestar en las instituciones fueron algunas de las consecuencias de un proceso que también redujo fuertemente la inversión educativa.

Al asumir Kirchner la presidencia argentina, la mayor parte de las escuelas públicas se habían transformado en comedores, y los y las docentes, en trabajadores sociales que debían contener el conjunto de carencias que presentaban sus alumnos, alumnas y sus familias. El viaje inicial de Néstor a resolver el conflicto gremial docente en Entre Ríos desnudó la gravedad de la crisis y puso de manifiesto la sensibilidad con la que el presidente encararía la temática educativa.

Durante la presidencia de Kirchner, nuestro país comenzó a transitar un proceso de recuperación de esa crisis. La educación, la ciencia y la tecnología fueron componentes fundamentales en ese camino, y en este sentido Néstor marcó un rumbo claro porque era consciente de que se necesitaba un nuevo proyecto educativo para un nuevo modelo socioeconómico. Se requería una honda transformación del modelo educativo, cuya prioridad tenía que apuntar a recolocar la enseñanza como estrategia integral de desarrollo. Un proyecto en el cual la educación tenía una función trascendente en la formación de ciudadanos que debían poseer iguales condiciones para integrarse, tanto al mundo del trabajo como a la esfera de la participación política. Por otra parte, Néstor estaba convencido de que la escuela y la universidad no solo debían jugar un rol fundamental en torno al proceso económico. Retomando las mejores tradiciones de nuestra escuela, propuso para la educación también el objetivo de consolidar la soberanía cultural, la democracia participativa y la identidad nacional.

Los textos que ponemos a disposición son piezas de oratoria que revelan el riguroso conocimiento de un presidente sobre un tema que le preocupaba centralmente. Pero, además, pueden leerse como el marco conceptual de un programa educativo a mediano y largo plazo, formulado con lucidez y claridad, con objetivos estratégicos y etapas para cumplirlos. Néstor construía, paralelamente a sus palabras, acciones plurales junto con científicos, docentes, sindicalistas, escritores, deportistas, artistas, chicos y chicas.

El lanzamiento del Canal Encuentro, el Plan Nacional de Lectura, los programas de inclusión, la formación docente, la educación técnica, el Plan 700 Escuelas, el Plan de Alfabetización Digital, la jerarquización de la actividad científico-tecnológica y las indispensables nuevas leyes que modificaron en forma total el plexo normativo fueron, entre otros, objeto de sus reflexiones y propuestas.A partir de la asunción de Alberto Fernández como presidente de la Nación, estamos en condiciones de retomar la senda abierta por Néstor.

Como tenemos la oportunidad de relatar en el libro, conocí personalmente a Néstor Kirchner apenas un día antes de que asumiera la presidencia. En las conversaciones previas que mantuve con quien sería su jefe de Gabinete y actual presidente, Alberto Fernández mencionó varias veces la necesidad de recuperar la centralidad que le dio Sarmiento a la educación en la Argentina de fines del siglo XIX. Esta invocación me dio lugar a hacerle una pregunta: “¿Estamos frente a un presidente electo que sabe que no hay futuro para el país si no logramos una educación de calidad para todos y todas? Porque ser consecuente con ese objetivo fue lo que permitió que Sarmiento fuera tan recordado hasta nuestros días”. La respuesta afirmativa a mi pregunta fue fundamental para que aceptara el ofrecimiento y asumiera como ministro de Educación, Ciencia y Tecnología. Alberto no se equivocó. No podemos terminar esta introducción sin afirmar que gran parte de los docentes e investigadores argentinos estamos enormemente agradecidos a los aportes que Néstor realizó a la educación, la ciencia y la tecnología de nuestro país. También lamentamos profundamente que nos haya abandonado en forma temprana. Lo extrañamos y sentimos su ausencia. Pero sabemos que el mejor recuerdo y homenaje que podemos rendirle es mantener vigentes su pensamiento y sus utopías.

*Autor de Néstor Kirchner, la educación y la ciencia. Discursos y políticas para democratizar el conocimiento, con colaboración de Inés Tenewicki, editado por la UNIPE (fragmento).

Fuente: https://www.perfil.com/noticias/domingo/la-educacion-la-ciencia-y-la-tecnologia.phtml

Por Milena Heinrich, Telam S. E.

El escritor y periodista presenta su libro de crónicas “Contraseñas”, una recopilación de artículos escritos desde 1993.

 

En su libro Contraseñas, el escritor y periodista Osvaldo Aguirre compila crónicas y artículos que viene escribiendo desde 1993, en los que ubica al delito y al crimen como prisma para pensar la sociedad desde una perspectiva alejada de los discursos punitivos y morbosos, aproximando una lectura que deviene condición de posibilidad para “acceder al conjunto de lo social”, en palabras del autor.

A tono con el híbrido de registros que marcan la obra de Aguirre (Colón, 1964), en la que confluye la indagación en el lenguaje con el cuestionamiento del sentido común, los textos reunidos en este volumen abordan el crimen en la cultura argentina: desde bandidos rurales, pistoleros y santos criminales, hasta la presencia de lo policial en la literatura argentina con Borges a la cabeza y las búsquedas narrativas que ponen en jaque a los estereotipos.

Detrás de una pesquisa que reconoce que en el desplazamiento del punto de vista se nutre la comprensión y la riqueza de lo que se quiere atrapar, Aguirre a través de estas entrevistas, crónicas y artículos introduce nombres, casos e historias para resituar “los consensos en torno a la ley y al castigo”, como adelanta en Contraseñas (Unipe), porque reconoce que en esa disputa de sentidos hay también una intervención social y una explicación del tiempo que vivimos. Lo ilustra con un caso que estos días reedita la atención de los medios a propósito de su tratamiento en los tribunales: “Es posible que las circunstancias en que fue asesinada Nora Dalmasso permanezcan en el misterio, pero ese crimen, a partir de su múltiple repercusión social, no deja de ser revelador de comportamientos de la Justicia y del periodismo y de representaciones sobre las mujeres y la sexualidad”.

A pesar de cierta fugacidad del periodismo, los textos escapan al registro de la caducidad, y eso que algunos datan de casi tres décadas, cuando el autor empezó a trabajar en la sección Policiales. Para este proyecto, que nació cuando terminó la carrera de Letras en una conversación con Horacio González, reescribió y corrigió: “Cuando escribo para la prensa, no me resigno a que esa producción quede agotada en el día. Muchas veces me parece que se puede hacer más, que hace falta profundizar”, dice.

El proyecto de escritura de Aguirre se bifurca en literatura, poesía, periodismo, investigación y edición; hace poco meses presentó una biografía sobre Francisco Urondo, un libro sobre bandidos sociales y también reeditó un volumen de entrevistas a Rodolfo Walsh. Su interés órbita en torno a temas del género policial, a partir de una premisa que se vislumbra en Contraseñas cuando entiende que el hecho policial “no es un relato folclórico” ni “una pieza que interesa por curiosidad o por su presunto carácter insólito, sino un documento cargado de significación”.

—¿Qué fuente inagotable se aloja en lo policial?

—Hay una idea de Hans Magnus Enzensberger que justifica el título del libro: el delito es una especie de contraseña, permite un acceso particular al conjunto de lo social; en la investigación del crimen, la sociedad se investiga a sí misma aunque no lo advierta o no lo quiera advertir. Eso es lo que me interesa del crimen, el modo en que permite reflexionar, comprender o por lo menos observar las circunstancias históricas y sociales de la época en que ocurre. También lo pienso como una especie de intervención social, porque muchas veces vemos que los relatos periodísticos contribuyen y dan forma al sentido común punitivo, a los estereotipos que sostienen políticas de mano dura o prácticas represivas e incluso a los discursos de odio.

—¿Cómo concebís esa contraseña del crimen en la cultura argentina?

—La crónica y la literatura policial se conforman tempranamente en nuestra cultura. En 1873 ya aparece una publicación específica, la Revista Criminal, y como demostró Álvaro Abós otros episodios como la historia de Clorinda Sarracán –condenada primero a muerte y después a prisión por el crimen de su esposo Jacobo Fiorini en 1856– habían sido narrados a través de la prensa de un modo que anticipa coberturas posteriores.

La historia policial nos presenta acontecimientos que son grandes condensaciones no solo de ideas en torno al crimen sino de concepciones políticas en pugna, de fenómenos sociales y culturales que están en proceso. Por ejemplo: la producción discursiva, los estudios, las sentencias, las crónicas alrededor de los crímenes del Petiso Orejudo, no nos hablan tanto de él como de los médicos, los periodistas, los inmigrantes, los policías, las personas que construyeron esa enorme conversación social, de sus ideas sobre el castigo, la inmigración, la pobreza, la sexualidad... O para tomar un episodio actual: es posible que las circunstancias en que fue asesinada Nora Dalmasso permanezcan en el misterio, pero ese crimen, a partir de su múltiple repercusión social, no deja de ser revelador de comportamientos de la Justicia y del periodismo y de representaciones sobre las mujeres y la sexualidad.

—¿Y lo literario alumbra otras rendijas para reflexionar sobre esa contraseña?

—La ficción no es una mentira y además no se agota en una cuestión de contenidos. Es una forma de ordenar ciertos hechos y, sobre todo, como efecto de esa misma forma, de dar sentido, de producir interpretaciones. Mi referencia es esta idea de John Berger: “Sean cuales sean los motivos personales o políticos que me llevan a escribir algo, en cuanto empiezo la escritura se convierte en una lucha por dar significado a la experiencia”. La ficción nos permite comprender y pensar, y su aporte es todavía más importante cuando la crónica policial suele estar infestada de estereotipos y lugares comunes.

—¿Cómo correr al crimen de su bagaje moral si desde su idiosincrasia se supone asociado a la ruptura de un código?

—Las historias de bandidos sociales y de santos criminales cuestionan esas representaciones sobre el crimen. Hugo Chumbita examinó de modo ejemplar, en Jinetes rebeldes y en su libro sobre Vairoletto, el modo en que figuras como Mate Cosido o la saga de gauchos correntinos alzados contra el orden liberal en el siglo XIX tuvieron un fuerte respaldo de las sociedades en que actuaron. Hay un sentido de reparación de injusticias en la aprobación que recibieron estas figuras. Pero lo que hoy vemos en relación al neoliberalismo y sus efectos es distinto. Estos días leí una crónica sobre un grupo de vecinos que enfrentó a la policía para proteger a una persona que había infringido su prisión domiciliaria por robos. No se trata de justificar pero sí de comprender aquello que sostiene ese tipo de solidaridades y que tiene que ver con la exclusión sostenida, la pobreza creciente, la violencia cotidiana en la que viven tantas personas.

Periodismo y literatura, dos registros para rastrear la cara social del delito

Entre el periodismo y la literatura, Osvaldo Aguirre despliega en Contraseñas un registro coral que cruza fuentes históricas, judiciales y de los medios de comunicación y también incorpora voces que disputan sentidos a los relatos “autorizados” sobre el delito y el crimen.

—En estos textos se ofrecen perspectivas distintas de las que se suelen ver en los medios, ¿qué voces te interesa rescatar en la complejidad que supone el delito o lo criminal?

—A poco de empezar con la crónica policial, me llamó la atención el hecho de que había voces autorizadas y voces a las que no se concedía ningún crédito. Todavía hoy escuchamos con desconfianza las historias que cuentan personas cuyas vidas están atravesadas por el delito o que viven en la marginalidad, como si no hubiera nada de verdad en esas historias. Inversamente, estamos dispuestos a creer sin mayores reparos en las versiones de la policía y de la Justicia, cuando tenemos múltiples demostraciones de su falsedad o del modo en que encubren los hechos. Entonces, mi interés es por un lado trabajar contra los consensos que rodean a estas versiones –que además operan para sostener políticas represivas– y por otro escuchar esas voces desautorizadas, sin los prejuicios habituales.

—Posicionás tu práctica como periodista en contra del orden establecido ¿cómo ha sido tu experiencia en los medios?

—Como periodista recibí a veces indicaciones sobre no mencionar a tal o cual persona o empresa involucrada o investigada en hechos policiales, o la orden de pasar en limpio escritos que ya venían redactados, en el mejor de los casos, desde alguna dependencia de gobierno u oficina de prensa. Por supuesto que estas cosas producen bronca, pero también aprendí que hay formas de gambetear estas interferencias y sobre todo cuando uno apuesta a los sobreentendidos y a la inteligencia del lector y cuando toma distancia del medio para el que trabaja. Por otra parte me parece que hoy es más difícil para los grandes medios ejercer ese poder de censura y silencio, por la presión de las redes sociales y por la proliferación de medios alternativos.

Fuente: Télam S. E.