UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL

Oportunidades y desafíos de la comunidad educativa en la nueva etapa

Por Dr. Norberto Ignacio Liwski, profesor-investigador Universidad Pedagógica Nacional, miembro vicepresidente Comité de Derechos del Niño de Naciones Unidas (2003-2007), presidente de Codesedh – Comité para la Defensa de la Salud, la Ética y los Derechos Humanos y presidente de DNI – Defensa de Niños y Niñas Internacional, sección Argentina.

 

El inicio del ciclo educativo 2022 se presenta bajo la característica de la presencialidad plena, tal como lo resolvieran las autoridades nacionales y de las respectivas jurisdicciones del país.

Luego de dos años de complejos condicionamientos generados por los diferentes momentos de evolución de la pandemia, surge la necesidad de detenernos a reflexionar sobre algunos desafíos que debe atender la comunidad educativa, distinguiendo los diferentes niveles, modalidades, como así también la diversidad geográfica, cultural, socio-económica, entre otras variables que componen el escenario de la educación.

Una primera consideración común a todos los establecimientos educativos es garantizar las medidas de protección sanitaria, evitando confundir presencialidad plena con desprecio por las pautas dictadas con validación científica, ética y de respeto por la salud colectiva.

Aclarado este aspecto esencial, me permito orientar la reflexión sobre la pregunta que nos formulamos en relación al sector adolescente y de la cual la escuela secundaria constituye el espacio institucional prevalente.

En una apretadísima síntesis sugiero examinar los desafíos de la comunidad educativa en tres ejes de análisis: a) Desarrollo de los contenidos curriculares, b) Fortalecimiento de los vínculos, c) Aprendizajes de las buenas experiencias construidas durante la pandemia y en particular en el período del ASPO.

A) Los cuerpos docentes en la medida que afirman sus respectivas disciplinas y competencias deberán avanzar en un conocimiento cercano a la realidad cotidiana de sus alumnas/os, buscando reducir las brechas que fueron profundizadas durante la pandemia y generar un campo de trabajo integrador, con espacios de acompañamiento y ayuda mutua. La Universidad Pedagógica Nacional y otros centros de estudio han efectuado importantes aportes que ponen en evidencia que el reconocimiento del alumno/a como sujeto de derechos contribuye a un mejor aprendizaje y a una buena convivencia.

B) Al referirnos al fortalecimiento de los vínculos, una primera preocupación es reconocer el valor de la palabra de las y los estudiantes, sus experiencias y creatividad para lograr en períodos de aislamiento de mayor intensidad la construcción de diferentes estrategias de vínculos personales y grupales por las redes virtuales. Esta realidad se pudo identificar en una amplia heterogeneidad socio-económica, unos con disponibilidad tecnológica y un alto porcentaje de nuestros adolescentes, aproximadamente el 50% por debajo de la línea de pobreza con limitadísimas oportunidades de comunicación virtual.

En uno y otro sector los/as adolescentes no resignaron su construcción de vínculos, por el contrario se observó la multiplicación de los mismos. La escuela en esta etapa debe tomar nota con gran preocupación, de aquellos/as que en ese contexto se alejaron de la continuidad educativa, las razones son amplias pero sin duda el mayor factor determinante se relaciona con las condiciones socio-económicas familiares. El esfuerzo de revinculación constituye un componente de la actual estrategia socio-educativa.

C) Destacar y potenciar los aprendizajes de las buenas experiencias, significa poner en valor aquello que no siempre ha sido visibilizado suficientemente. Sería una gravísima omisión desconocer que miles de educadores, en zonas urbanas, urbano periféricas o rurales, e incluso en zonas remotas, extendieron su tarea habitual para recrear y sostener vínculos socio-pedagógicos de nuevo tipo.

También las familias, dentro de complejidades diversas se sintieron protagonistas de ese original vínculo, y posiblemente no querrán interrumpirlo en esta etapa que se inicia.

La propia escuela cuando debió desocupar las aulas abrió espacios de contención, apoyo y acompañamiento, desde distribución de alimentos hasta constituirse en centro vacunatorio. Se podría seguir enumerando experiencias, parte de ellas pueden ser fundamento para una deconstrucción de la estrategia educativa destinada a adolescentes y jóvenes, en la cual reconozcamos que educadores, estudiantes, familia y comunidad necesitan sostener un vínculo de cooperación y confianza recíproca.

Fuente: https://www.grupolaprovincia.com/sociedad/oportunidades-y-desafios-de-la-comunidad-educativa-en-la-nueva-etapa-890486