Por Claudio Campanari
Afrontar el dilema de restaurar la escuela prepandemia o rediseñarla de acuerdo a criterios humanistas o mercantiles será el principal desafío de la educación una vez que se supere la suspensión de clases presenciales por el coronavirus, aseguró hoy el investigador y escritor Emilio Tenti Fanfani, quien destacó que mientras las instituciones escolares estén cerradas "todo lo que se puede hacer es minimizar las pérdidas".
Consultor de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), profesor e investigador en la Universidad Pedagógica Nacional (Unipe) y titular de Sociología de la Educación en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, Tenti Fanfani destacó en una entrevista con Télam que no hay soluciones a la mano ni recetas mágicas, a lo que calificó como "catástrofe educativa" y dijo que dotar de conectividad es equiparable ahora a lo que antes era "construir escuelas".
Telam: ¿Cómo están afrontando los sistemas educativos del mundo y el argentino en particular que millones de alumnos no estén en la escuela?
Emilio Tenti Fanfani: Todo lo que se hace en este contexto de pandemia tiene como objetivo minimizar las pérdidas. No he visto que haya un gran esfuerzo que se traduzca en una inversión educativa importante. Creo que se usaron los recursos que había en forma más racional tratando de llegar a todos, en especial a los más desfavorecidos, que son los que están menos equipados y con menos tecnología en sus hogares.
T: ¿Qué rol y valor adquieren la tecnología y la conectividad en este contexto de cierre de escuelas?
E.T.F: Hoy en día la conectividad tiene casi el mismo valor que lo que era la construcción de escuelas en otra época. Antes un gobierno decía invierto en educación y construía escuelas, hoy es dar conectividad, especialmente en los sectores más desfavorecidos. Sabemos que hay un cuarto de la población que no tiene conectividad ni acceso a herramientas tecnológicas; no se si hubo una inversión fuerte en este aspecto. Hoy tener derecho a la educación es tener conectividad; dejemos las obras públicas, hay otras cuestiones que son fundamentales como invertir en educación y salud.
T: ¿Qué relación encuentra entre la pandemia y las desigualdades que surgen con la educación a distancia ?
TF: Las desigualdades no son algo particular de esta circunstancia, sucede en todas las catástrofes que tienen consecuencias sociales, pierden siempre los que ya eran perdedores antes. En una inundación los más perjudicados son los pobres que tienen sus casas precarias en el barro. En las catástrofes, se acentúan estas desigualdades que son estructurales en nuestra sociedad, tanto sociales, como territoriales, por género, por etnia. Las mujeres son las que llevan la mayor carga porque tienen que sostener la educación de sus hijos en sus hogares.
T: ¿Cómo será la escuela pospandemia? ¿Qué tipo de instituciones serán las que reciban a los alumnos en las aulas?
TF: En la escuela pospandemia hay dos escenarios generales. Uno, probable, es la restauración de la vieja escuela prepandemia, están los pupitres, los directivos, los reglamentos y, si hay una vacuna, en dos o tres meses volvemos a la vieja escuela de antes. Pero hay que aprovechar el terremoto para diseñar otra escuela, este es el segundo escenario, no restaurar sino rediseñar la escuela.
T: ¿Cómo se efectuaría este rediseño de la escuela?
TF: En el rediseño se enfrentan dos intereses, la escuela tal cual está es una institución vetusta y criticada por todos y es muy probable que haya una lucha para rediseñarla. Se enfrentarán dos grandes alternativas: una es adoptar un modelo tecnocrático-mercantil que propone reemplazar la vieja escuela con sus edificios y millones de maestros en una inversión en autopistas informáticas, para que la educación se convierta en un gran negocio con mucha plata invertida en donde a través de la tecnología se pueda lograr por ejemplo que la UBA pueda competir con la universidad de Oxford o la de Harvard. Esta alternativa no es nueva, está desde hace 30 años. Las otra opción es convertir a la escuela en función de un humanismo igualitario.
T. ¿Cómo sería esta segunda opción?
TF: Es poner al día esta vetusta organización escolar y sintonizarla con los grandes problemas que enfrenta la sociedad como el desarrollo descontrolado de las tecnologías sin límites políticos ni éticos, la concentración de la riqueza, las crisis de la democracias, las nuevas formas de nacionalismos. Construir una escuela que no reniege de la tecnologías pero considerando que hay funciones que no se pueden efectuar sólo con tecnología. La escuela no es sólo aprender, es un lugar donde se hacen amigos, es el lugar del encuentro, del cara a cara, del cuidado del niño, la relación cuerpo a cuerpo en el mismo tiempo y espacio. Una escuela híbrida que va a preservar esa inevitable presencialidad. Este es un segundo proyecto en Argentina y América Latina y habrá una lucha y el desenlace entre las dos opciones dependerá de las estrategias que adopte cada jugador.
T: ¿Cómo analiza las marchas y contramarchas en el proceso de reapertura de escuelas?
TF: La responsabilidad de los ministros en este momento es enorme porque será criticado si abre y también lo será si no abre. No hay soluciones a la mano, en el mundo hay idas y vueltas. En Italia está precisamente esta discusión, compraron bancos especiales para garantizar el distanciamiento y aún no los distribuyeron, no saben bien que hacer. Hay lugares que abrieron y volvieron a cerrar y otros se abrieron por partes, es una situación muy compleja porque no hay recetas y no se pueden copiar modelos de otros países. A esto se suma el estado edilicio de las escuelas. Todo es ensayo y error para todos los países y está atravesado profundamente por intereses políticos.
T: ¿En qué sector de la enseñanza piensa que va a repercutir más la suspensión de clases?
TF: En los adolescentes hay un peligro de desenganche fuerte, va a costar hacer volver a estos chicos a las aulas, ya que en su mayoría van a perder el ritmo escolar en una edad muy compleja. Volver después de tanto tiempo, de tanto esfuerzo pedagógico "light" puede traducirse en un efecto negativo para muchos. Habrá que ir a buscarlos, protegerlos y procurar volver a los niveles de escolarización que había antes. Antes se criticaba que sólo se ponía el foco en la matrícula y no en los aprendizajes, ahora habrá que volver desde cero a recomponer la matrícula.
T: ¿Cómo se puede manejar la heterogeneidad que plantea estudiantes que tienen conectividad y Zoom todos los días con los que no pueden conectarse con su docente?
TF: Habrá una elite de alumnos que pertenecen a escuelas privadas no subvencionadas por el Estado que cobran miles de pesos la matrícula, que pasan esta situación y no perdieron sus rutinas. Ellos tienen reuniones de Zoom todos los días de dos horas de duración y sus escuelas tienen herramientas tecnológicas para darles. Pero incluso en las escuelas privadas que son subvencionadas por el Estado sus alumnos tendrán problemas. Entre esta elite y el resto habrá una brecha muy grande, por lo que todo lo que se realiza ahora, el esfuerzo de los docentes que se arremangaron sin saber de tecnología y los programas de estudio, son para minimizar las pérdidas que habrá tras la pandemia.
Fuente: https://www.telam.com.ar/notas/202009/515700-entrevista-tenti-fanfani-consultor-de-la-organizacion-de-estados-iberoamericanos.html
Myriam Southwell (directora)
UNIPE Editorial Universitaria
Las investigaciones en educación se enfocaron en la manera en cómo repercuten en los y las jóvenes las transformaciones sociales ocurridas en Argentina y su vinculación con las distintas instituciones con las que toman contacto. La escuela secundaria quedó atrapada en ese proceso y ha sido objeto de estudio por el rol central que ocupa. Los seis estudios presentados en el libro son el resultado de investigaciones sociológicas y educacionales recientes en la provincia de Buenos Aires y se centran en las políticas de inclusión, las revisiones de formato escolar, los vínculos intergeneracionales, la incorporación de tecnologías, las regulaciones sobre las maneras de estar y vivir en la escuela y la dimensión de los afectos. Los conceptos de crisis o transformación aluden con frecuencia a las situaciones que transitan la escuela y sus poblaciones a partir de cada hito social o político que implique alguna incidencia mayor en ellas.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/292544-hacer-posible-la-escuela
El ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, conformó la mesa intergubernamental e intersectorial del programa Acompañar: Puentes de Igualdad. La iniciativa propone asociar los esfuerzos de las distintas áreas del Gobierno, y potenciar de manera articulada iniciativas de los actores y sectores sociales identificados con el derecho a la educación para que, en cada territorio, se dé un acompañamiento integral a las trayectorias escolares de niños, adolescentes y jóvenes.
El programa Acompañar consta de diversas acciones, dentro de las cuales se destacan:
1) Codiseño de las políticas con cada jurisdicción educativa: dirigido a complementar iniciativas existentes y generar diferentes solidaridades territoriales concretas atendiendo a las necesidades y realidades de cada territorio para concretar el derecho a la educación de todos.
2) Identificación y geolocalización de los estudiantes que han interrumpido el contacto con la escuela. Fortalecer o crear redes existentes de acompañamiento de niñas, niños y adolescentes que han interrumpido su escolaridad.
3) Constitución de Mesas de articulación local: impulsar la co-participación activa de todos los representantes locales, distritales y provinciales con el objetivo de aunar esfuerzos e ir a buscar a las y los estudiantes que las escuelas hayan identificado como aquellos que han visto interrumpida su escolaridad por motivos multicausales.
4) Acompañar, mediante distintos recursos, el diseño y puesta en marcha en la escuela de proyectos institucionales y diversificación de propuestas pedagógicas para la revinculación de los y las estudiantes.
5) Programa de acompañamiento sociocomunitario: equipo de referentes territoriales abocado a acompañar a cada estudiante para revincularlo con la escuela y ofrecer “puentes” durante el verano, durante el tiempo extraescolar y a distancia en los territorios en los que aún no pueda retomarse la presencia física.
6) Proyecto de creación y fortalecimiento de centros educativos y recreativos comunitarios que promuevan la continuidad o reestablezcan trayectorias educativas a través de redes territoriales que aporten materiales y recursos de las experiencias comunitarias por medio del arte, la ciencia, la tecnología, el deporte, entre otros.
7) Acompañar a los que acompañan: formación y acompañamiento a docentes, equipos pedagógicos escolares, equipos de orientación, tutores, equipos directivos y supervisores, dispositivos de formación y capacitación para los y las referentes y articuladores territoriales que trabajarán en el territorio como vínculo entre estudiantes y sus escuelas. Referentes de organizaciones sociales, de las universidades y en convenio con el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.
8) Programa de Terminalidad de la escuela secundaria: tutorías semipresenciales y ampliación del Sistema de Educación a Distancia.
9) Propuestas de formación laboral y acompañamiento para realizar una primera experiencia profesional para quienes terminen la escuela secundaria. Se contempla el desarrollo de mecanismos de certificaciones para que los y las jóvenes puedan tener una salida laboral inmediata en coordinación con el Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET).
10) Mesa Nacional de Transformación de la Escuela Secundaria, multisectorial, para diseñar una mejor escuela que aloje a todos y todas y 24 mesas jurisdiccionales de la secundaria, con todos los actores de la comunidad educativa para garantizar la vuelta y /o continuidad de los estudios.
11) Foros de jóvenes para que puedan actuar como referentes de otros jóvenes, en coordinación con el INET, el Instituto Nacional de Formación Doente (Infod) y las universidades nacionales.
Las líneas prioritarias de esta iniciativa articularán con los programas de becas, comedores e infraestructura que ya están en marcha. También se generarán nuevas líneas de formación docente continua, en servicio, tanto para directivos como para docentes, cuyo diseño y realización estará a cargo de Infod, la Universidad Pedagógica Nacional (Unipe) y otras universidades.
En el encuentro virtual participaron, entre otros, los ministros nacionales de Salud, Ginés González García; de Desarrollo Social, Daniel Arroyo; de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, Claudio Moroni; de Justicia y Derechos Humanos, Marcela Losardo; de las Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta; y de Cultura, Tristán Bauer.
“La iniciativa busca ofrecer herramientas para que todos los niños y adolescentes reanuden su vínculo con la escuela, que por diversas razones se ha visto complejizado por la pandemia. La conformación de la mesa tiene como objetivo disponibilizar y articular los programas, proyectos y recursos existentes en cada dependencia de Gobierno y en cada territorio”, dijo Trotta.
Fuente: https://www.lagacetasalta.com.ar/nota/143162/actualidad/educacion-nacion-lanza-programa-acompanar-para-quienes-interrumpieron-sus-estudios.html
Por Adrián Cannellotto*
Desde el WhatsApp al Zoom, pasando por las aulas virtuales, una parte de la experiencia educativa universitaria en la pandemia estuvo atravesada por las tecnologías. Esa experiencia -que es a la vez un experimento de alcance mundial con final incierto- tiene la fragilidad de lo se denominó la “educación remota de emergencia” y que, entrelazada con otras desigualdades, trajo aparejados los consabidos problemas de acceso, conectividad y uso de las herramientas tecnológicas tensionando el derecho a la educación universitaria.
Tres momentos
Del lado de las instituciones, la desorientación de los primeros días, producto de la velocidad que impuso la emergencia, fue dando paso progresivamente a la reorganización de las condiciones administrativas y académicas. Nuevamente las respuestas fueron muy variadas. El tamaño de la universidad, su nivel de organización administrativa, la versatilidad tecnológica y pedagógica de sus profesores y las condiciones de su población estudiantil fueron las que marcaron los tiempos y las respuestas que se fueron danto ante la situación.
Las respuestas institucionales podrían catalogarse esquemáticamente en tres momentos. Una primera etapa, coincidente con el primer ciclo de aislamiento de 15 días, giró, dependiendo de los casos, en torno a la resolución de cuestiones relativas a la administración general y el trabajo remoto de los nodocentes, a las necesidades propias de los ingresantes y la apertura y gestión de aulas virtuales para aquellas carreras que no disponían de ellas.
La segunda etapa tuvo que ver con el afianzamiento de la situación de aislamiento. Cuando las comunicaciones oficiales y del Ministerio de Educación fueron ratificando que el horizonte de retorno se postergaba para después del receso invernal, se avanzó en un trabajo más coordinado con los profesores para atender la transmisión de conocimientos en formato virtual. A la par, se incorporaron los primeros protocolos y recomendaciones en este sentido, se empezó a complejizar el uso de herramientas y estrategias digitales para el dictado de asignaturas –de los usos básicos del aula virtual se pasó a la incorporación de guías de lectura, audios, videos, clases sincrónicas vía plataformas comunicacionales, etc.-, se fueron encauzando demandas más sustantivas de los estudiantes, y en particular, se fueron generando políticas destinadas a sostener las trayectorias y evitar la deserción apuntando a la contención y el seguimiento.
La última etapa, coincidente con el cierre de los cuatrimestres, tuvo como uno de los ejes centrales la acreditación y la evaluación de los conocimientos, el diseño de metodologías de examen para el cierre del cuatrimestre y todo lo relativo a las tareas administrativo-académicas que ello supone. La idea de evaluación también se vio conmovida por la pandemia. Es apresurado decir si esto abrirá una discusión sobre los modos de evaluación habituales en las universidades. Lo cierto es que la trayectoria de los estudiantes tuvo que ser acreditada y evaluada a partir de la concreción de diferentes actividades, lo que en algunos casos hizo que perdiera peso el tradicional examen. Cabe señalar que, en no pocas ocasiones, los profesores optaron por una readecuación de los contenidos de sus materias, por un recorte y/o por una reasignación de los mismos apuntando a su desarrollo en otras materias vinculadas o en la posibilidad de retomarlos en un segundo cuatrimestre. En todos los casos, la discusión académica no se detuvo. El riesgo de asimilar la enseñanza y el aprendizaje en línea con lo hecho en el contexto de emergencia siguió siendo algo a evitar. Aún hoy, el desafío sigue estando en encontrar los modos de integración entre lo presencial y lo virtual de forma tal que no se queden en la cáscara de la efectividad, sino que sirvan para expandir y sofisticar la relación con los conocimientos en juego.
Formación y mundo digital
El mayor obstáculo para pensar una articulación virtuosa entre lo digital y lo analógico presencial lo representan una parte de quienes forman el firmamento estelar de la educación telemática. No sólo porque se posicionan sobre una débil idea de saber, sino también porque con un lenguaje cargado de referencias al mundo de los negocios y del marketing, refieren a competencias y capacidades que no se definen como la consecuencia de una práctica de apropiación contextualizada de los conocimientos transmitidos. Livianamente sostienen que el “conocimiento puro” pertenece al pasado porque el acceso al conocimiento está abierto y se encuentra en todas partes. En línea con ello, suelen afirmar que no nos enfrentamos con el conocimiento como problema (entendiendo por ello su producción y transmisión –que es siempre institucional). Al estar dado, el problema resulta ser entonces de aplicación, generándose una falsa distinción entre saber y hacer. Al mismo tiempo, ese conocimiento al que remiten es una suerte de abstracción cuya universalidad no echa raíces en ninguna disciplina.
Por el contrario, creemos que para dominarlo es necesario adentrarse en la lógica disciplinar, conocer sus reglas, objetos, criterios, propiedades y modos de producción, tal y como han sido racional e históricamente construidos. Aquí reside la particularidad de la universidad, en la forma institucional de producir las disciplinas tanto como el ingreso a ellas y el uso de las mismas.
Ahora bien, ¿por qué tiene que ser ésta la versión dominante del uso pedagógico y universitario de las tecnologías? ¿Por qué vamos a dejar que sea así? Al mismo tiempo que añoramos y valoramos todo lo que la presencialidad, el encuentro con los estudiantes, con los colegas y con la vida institucional hacen posible, ¿no podría ésta verse enriquecida por cierto desarrollo de la cultura digital? Tenemos el desafío de ir más allá de pensar lo digital en el registro de la modalidad a distancia. Tenemos que pensar de qué manera puede enriquecerse la presencialidad. Lo digital ya es parte de nuestra vida cotidiana. Quién puede negar que en el contacto con los otros, en el vínculo pedagógico que se crea en el aula analógica se juega una parte importantísima del sentido de la enseñanza universitaria. Nadie duda que todos ellos sean esenciales para experimentar la comunidad. Son modos de la transmisión que mantienen cohesionados a una comunidad y, por eso mismo, son formativos. Pero, así como el aula analógica no nos salvó de profesores que siempre actuaron como si los estudiantes fueran recipientes vacíos a los que llenar, la digitalización tampoco es nada en términos formativos sin la mediación de los profesores.
Por otra parte, ¿podemos estar seguros que esto pasará y que volveremos a la normalidad para hacer sin más lo que ya hacíamos? O incluso si eso ocurriera, ¿cómo afirmar que nada de la relación entre educación y tecnologías que experimentamos merezca ser rescatado? Si pensamos lo presencial y lo virtual como un todo orgánico, ¿no estamos acaso en condiciones de distinguir cuáles son las experiencias imprescindibles y cuáles de ellas pueden ser producidas y cuáles no gracias al aporte de la virtualidad?
Finalmente, ¿qué rol pueden tener nuestras universidades públicas en la era “antropomórfica de la técnica”, como la define Éric Sadin? En un mundo tecnoeconómico hecho de enormes volúmenes de datos manejados por un conjunto de corporaciones, donde la inteligencia artificial se extiende sobre todos los aspectos de la vida humana para modelizarla bajo lógicas mercantiles y utilitarias, lo que hagamos en términos formativos cuenta no sólo para pensar sino también para transformar esa realidad. ¿Por qué deberíamos rehuirle entonces a la posibilidad de pensar las potencialidades y señalar las limitaciones que nos ofrecen las tecnologías para la transmisión de conocimientos y la formación universitaria? O incluso, ¿por qué rehuirle también a la urgencia de entender y pensar cómo encauzar transformaciones que ya son parte de nuestra vida cotidiana?
*Rector de la Universidad Pedagógica Nacional (UNIPE)
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/291432-las-universidades-en-y-pos-pandemia
Por Adrián Cannellotto*
Desde el WhatsApp al Zoom, pasando por las aulas virtuales, una parte de la experiencia educativa universitaria en la pandemia estuvo atravesada por las tecnologías. Esa experiencia –que es a la vez un experimento de alcance mundial con final incierto- tiene la fragilidad de lo que se denominó la “educación remota de emergencia” y que, entrelazada con otras desigualdades, trajo aparejados los consabidos problemas de acceso, conectividad y uso de las herramientas tecnológicas, tensionando el derecho a la educación universitaria.
Tres momentos
Del lado de las instituciones, la desorientación de los primeros días, producto de la velocidad que impuso la emergencia, fue dando paso progresivamente a la reorganización de las condiciones administrativas y académicas. Nuevamente las respuestas fueron muy variadas. El tamaño de la universidad, su nivel de organización administrativa, la versatilidad tecnológica y pedagógica de sus profesores y las condiciones de su población estudiantil fueron las que marcaron los tiempos y las respuestas que se fueron danto ante la situación.
Las respuestas institucionales podrían catalogarse esquemáticamente en tres momentos. Una primera etapa, coincidente con el primer ciclo de aislamiento de 15 días, giró, dependiendo de los casos, en torno a la resolución de cuestiones relativas a la administración general y el trabajo remoto de los nodocentes, a las necesidades propias de los ingresantes y la apertura y gestión de aulas virtuales para aquellas carreras que no disponían de ellas.
La segunda etapa tuvo que ver con el afianzamiento de la situación de aislamiento. Cuando las comunicaciones oficiales y del Ministerio de Educación fueron ratificando que el horizonte de retorno se postergaba para después del receso invernal, se avanzó en un trabajo más coordinado con los profesores para atender la transmisión de conocimientos en formato virtual. A la par, se incorporaron los primeros protocolos y recomendaciones en este sentido, se empezó a complejizar el uso de herramientas y estrategias digitales para el dictado de asignaturas –de los usos básicos del aula virtual se pasó a la incorporación de guías de lectura, audios, videos, clases sincrónicas vía plataformas comunicacionales, etc.-, se fueron encauzando demandas más sustantivas de los estudiantes, y en particular, se fueron generando políticas destinadas a sostener las trayectorias y evitar la deserción apuntando a la contención y el seguimiento.
La última etapa, coincidente con el cierre de los cuatrimestres, tuvo como uno de los ejes centrales la acreditación y la evaluación de los conocimientos, el diseño de metodologías de examen para el cierre del cuatrimestre y todo lo relativo a las tareas administrativo-académicas que ello supone. La idea de evaluación también se vio conmovida por la pandemia. Es apresurado decir si esto abrirá una discusión sobre los modos de evaluación habituales en las universidades. Lo cierto es que la trayectoria de los estudiantes tuvo que ser acreditada y evaluada a partir de la concreción de diferentes actividades, lo que en algunos casos hizo que perdiera peso el tradicional examen. Cabe señalar que, en no pocas ocasiones, los profesores optaron por una readecuación de los contenidos de sus materias, por un recorte y/o por una reasignación de los mismos apuntando a su desarrollo en otras materias vinculadas o en la posibilidad de retomarlos en un segundo cuatrimestre. En todos los casos, la discusión académica no se detuvo. El riesgo de asimilar la enseñanza y el aprendizaje en línea con lo hecho en el contexto de emergencia siguió siendo algo a evitar. Aún hoy, el desafío sigue estando en encontrar los modos de integración entre lo presencial y lo virtual de forma tal que no se queden en la cáscara de la efectividad, sino que sirvan para expandir y sofisticar la relación con los conocimientos en juego.
Formación y mundo digital
El mayor obstáculo para pensar una articulación virtuosa entre lo digital y lo analógico presencial lo representan una parte de quienes forman el firmamento estelar de la educación telemática. No sólo porque se posicionan sobre una débil idea de saber, sino también porque con un lenguaje cargado de referencias al mundo de los negocios y del marketing, refieren a competencias y capacidades que no se definen como la consecuencia de una práctica de apropiación contextualizada de los conocimientos transmitidos. Livianamente sostienen que el “conocimiento puro” pertenece al pasado porque el acceso al conocimiento está abierto y se encuentra en todas partes. En línea con ello, suelen afirmar que no nos enfrentamos con el conocimiento como problema (entendiendo por ello su producción y transmisión –que es siempre institucional). Al estar dado, el problema resulta ser entonces de aplicación, generándose una falsa distinción entre saber y hacer. Al mismo tiempo, ese conocimiento al que remiten es una suerte de abstracción cuya universalidad no echa raíces en ninguna disciplina.
Por el contrario, creemos que para dominarlo es necesario adentrarse en la lógica disciplinar, conocer sus reglas, objetos, criterios, propiedades y modos de producción, tal y como han sido racional e históricamente construidos. Aquí reside la particularidad de la universidad, en la forma institucional de producir las disciplinas tanto como el ingreso a ellas y el uso de las mismas.
Ahora bien, ¿por qué tiene que ser ésta la versión dominante del uso pedagógico y universitario de las tecnologías? ¿Por qué vamos a dejar que sea así? Al mismo tiempo que añoramos y valoramos todo lo que la presencialidad, el encuentro con los estudiantes, con los colegas y con la vida institucional hacen posible, ¿no podría ésta verse enriquecida por cierto desarrollo de la cultura digital? Tenemos el desafío de ir más allá de pensar lo digital en el registro de la modalidad a distancia. Tenemos que pensar de qué manera puede enriquecerse la presencialidad. Lo digital ya es parte de nuestra vida cotidiana. Quién puede negar que en el contacto con los otros, en el vínculo pedagógico que se crea en el aula analógica se juega una parte importantísima del sentido de la enseñanza universitaria. Nadie duda que todos ellos sean esenciales para experimentar la comunidad. Son modos de la transmisión que mantienen cohesionados a una comunidad y, por eso mismo, son formativos. Pero, así como el aula analógica no nos salvó de profesores que siempre actuaron como si los estudiantes fueran recipientes vacíos a los que llenar, la digitalización tampoco es nada en términos formativos sin la mediación de los profesores.
Por otra parte, ¿podemos estar seguros que esto pasará y que volveremos a la normalidad para hacer sin más lo que ya hacíamos? O incluso si eso ocurriera, ¿cómo afirmar que nada de la relación entre educación y tecnologías que experimentamos merezca ser rescatado? Si pensamos lo presencial y lo virtual como un todo orgánico, ¿no estamos acaso en condiciones de distinguir cuáles son las experiencias imprescindibles y cuáles de ellas pueden ser producidas y cuáles no gracias al aporte de la virtualidad?
Finalmente, ¿qué rol pueden tener nuestras universidades públicas en la era “antropomórfica de la técnica”, como la define Éric Sadin? En un mundo tecnoeconómico hecho de enormes volúmenes de datos manejados por un conjunto de corporaciones, donde la inteligencia artificial se extiende sobre todos los aspectos de la vida humana para modelizarla bajo lógicas mercantiles y utilitarias, lo que hagamos en términos formativos cuenta no sólo para pensar sino también para transformar esa realidad. ¿Por qué deberíamos rehuirle entonces a la posibilidad de pensar las potencialidades y señalar las limitaciones que nos ofrecen las tecnologías para la transmisión de conocimientos y la formación universitaria? O incluso, ¿por qué rehuirle también a la urgencia de entender y pensar cómo encauzar transformaciones que ya son parte de nuestra vida cotidiana?
*Rector de la Universidad Pedagógica Nacional
Fuente: https://www.perfil.com/noticias/educacion/lo-digital-como-parte-de-nuestra-vida-cotidiana.phtml
Canal Encuentro celebra el día de las maestras y los maestros, este 11 de septiembre, con producciones y estrenos especiales para homenajearlas/os en una jornada muy particular. Se estrenará “Gracias, maestros/as”, un microprograma producido por el canal –que se emitirá intercalado en la programación durante todo el día– dedicado a las/los docentes para mostrar el rol fundamental que tuvieron, y tienen, durante esta pandemia en todas sus formas.
En el marco de la tercera temporada del ciclo No ficción III, el canal estrenará el documental Darnos la palabra. Conversaciones entre maestras y maestros, un diálogo entre diferentes generaciones de docentes, profesores y maestros de Córdoba, Rosario, Viedma, San Miguel del Monte, Chalala, Cañuelas y Purmamarca. Una idea original e investigación de Patricia Redondo y Estanislao Antelo, con dirección audiovisual de Leandro Koch y Celeste Rojas Múgica.
“El filme tuvo como principal intención, desde sus inicios, poner en diálogo a diferentes generaciones de enseñantes que ya no se cruzan en los patios escolares, todas ellas con sus singularidades, pero también con sus semejanzas”, reconoció la pedagoga Patricia Redondo, a cargo de la iniciativa. El documental se configuró, de este modo, como una propuesta de investigación de carácter exploratorio, por fuera del canon de la clásica investigación académica, y fue realizado por FLACSO Argentina
También se proyectarán los capítulos “Domingo Faustino Sarmiento”, “Paulo Freire” y “Gabriela Mistral”, de la serie Maestros de América Latina, que narra la vida de pedagogos trascendentales para la educación del continente y fue realizada por el Laboratorio de Medios Audiovisuales de la Universidad Pedagógica (UNIPE), para la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Cultura y la Educación (OEI), la UNIPE y Canal Encuentro.
Sin idealizaciones simplificadoras, el programa intenta acercar a los docentes, pero también al público en general, las propuestas de estos pedagogos latinoamericanos de una manera amena y atractiva. El ciclo busca renovar el debate sobre las pedagogías latinoamericanas desde un abordaje profundamente humano, y sin renunciar a la complejidad y las contradicciones propias de personalidades que, desde diferentes perspectivas, se comprometieron activamente con la causa de la Patria Grande.
11 DE SEPTIEMBRE. GRILLA DE PROGRAMACIÓN
Durante todo el día, se emite intercalado en la programación: Microprograma Gracias, maestros/as
16:00 horas: Maestros de América Latina. “Gabriela Mistral”
18:00 horas: Maestros de América Latina. “Paulo Freire”
20:30 horas: Maestros de América Latina. “Domingo Faustino Sarmiento”
22:00 horas: Ciclo No ficción III – Darnos la palabra. Conversaciones entre maestras y maestros
Fuente: https://www.sobretiza.com.ar/2020/09/10/canal-encuentro-celebra-a-las-maestras-y-los-maestros-con-producciones-especiales/
El coronavirus puso al mundo entero, y a la Argentina en particular, patas para arriba. En este episodio nos preguntamos: ¿cómo será la nueva normalidad? ¿Podrá el IFE convertirse en ingreso universal?
¿Cómo se transformará el Estado en la pospandemia y cómo se lo imagina la derecha? ¿Podrá Latinoámerica unirse frente a la crisis socioeconómica ?
Responden: Daniel Arroyo, Carlos Heller, Alejandro Grimson, Iván Petrella, Natalia Zuazo, Maristella Svampa y Jorge Taiana. Conducción: Noelia Barral Grigera. Idea: Adrián Cannellotto y José Natanson. Guión e investigación periodística: Diego Rosemberg. Producción periodística: Luciana Garbarino, Noelia Barral Grigera, Diego Rosemberg. Operación Técnica: Mauro Eyo. Ilustración de cubierta: Ariana Jenik.
La Dirección de Educación Técnica de la Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires publicó la primera parte de una serie de materiales docentes realizados por profesores de la Universidad Pedagógica Nacional. Ir al Sitio
Se trata de una serie de cuadernillos para la resolución de problemas con apoyo del pensamiento computacional dirigidos al primer ciclo de la educación secundaria técnica. Son actividades para realizar en el hogar en el marco de propuestas educativas para que las y los jóvenes continúen aprendiendo con el acompañamiento de sus docentes.
En esta oportunidad, desde el espacio UNIPE Saberes Digitales, los profesores Fernando Bordignón y Alejandro Iglesias desarrollaron los siguientes cuadernillos de estudio:
Abstracción I. "En la búsqueda de lo importante” Ver Cuadernillo
Abstracción II. "En la búsqueda de lo importante” Ver Cuadernillo
Pensamiento algorítmico I."Eureka! tengo una solución” Ver Cuadernillo
Pensamiento algorítmico II."Eureka! tengo una solución” Ver Cuadernillo
Pensamiento lógico I. “¡Elemental, querido Watson!” Ver Cuadernillo
Pensamiento lógico II. “¡Elemental, querido Watson!” Ver Cuadernillo
Profesor/a en Informática
Carrera de Grado
Presencial
4 años académicos
Sedes CABA / PILAR
Horario de cursada: lunes a viernes, turno mañana
El ingreso es directo con certificación del nivel secundario acreditada, y/o estar comprendido en el artículo 7° de la Ley de Educación Superior N° 24521 y su modificación artículo 4° de la Ley 27204.
General
Generar profesores en informática con una formación de calidad en el ámbito de la Universidad Pública para cubrir las demandas de los sistemas educativos jurisdiccionales a fin de garantizar el derecho a la educación de los jóvenes y adultos.
Específicos
Compartimos el #84 con la séptima entrega del año del Le Monde Diplomatique (Edición Cono Sur), Suplemento "La educación en debate".
En este número: “Los docentes en modo remoto", tendremos las opiniones de: Patricia Ferrante, Docente e Investigadora de UNIPE y del Área de Comunicación y Cultura de FLACSO Argentina. Con la colaboración de Nora Solari, Paula Jure y Ariel Benasayag; Claudia Bracchi, Subsecretaria de Educación de la Provincia de Buenos Aires; Sonia Alesso, Gremialista; y Diego Rosemberg, Periodista, editor de La educación en debate y coordinador de ANCCOM.
Recuerden que pueden descargar el número completo, de manera gratuita, a través del siguiente LINK