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Mayo 2018

Fuente: https://www.urgente24.com/277619-falso-los-numeros-que-desmienten-a-vidal

El portal Chequeado.com informó que las declaraciones de María Eugenia Vidal respecto a que "nadie que nace en la pobreza en la Argentina hoy llega a la universidad" son falsas. Y lo argumentó con números: los datos muestran un crecimiento de personas de bajos ingresos que viven en el Conurbano y asisten a universidades nacionales.

"¿Es de equidad que durante años hayamos poblado la Provincia de Buenos Aires de universidades públicas cuando todos los que estamos acá sabemos que nadie que nace en la pobreza en la Argentina hoy llega a la universidad?”, preguntó ante los empresarios María Eugenia Vidal,en el marco de un almuerzo en el Rotary Club. Estas declaraciones generaron gran polémica, y la gobernadora bonaerense recibió numerosas críticas.

Ahora desde el portal Chequeado.com (sitio que se encarga de verificar los dichos de los funcionarios), informaron que lo que dijo Vidal es "Falso". Y lo argumentan con números: los datos muestran un crecimiento de personas de bajos ingresos que viven en el Conurbano y asisten a universidades nacionales.

La Provincia de Buenos Aires tiene 22 universidades nacionales públicas, de las cuales 10 fueron creadas en los últimos 15 años, todas durante las presidencias de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner.Del total de 22 universidades, 14 están ubicadas en el Conurbano bonaerense.

 

Un informe de la Universidad Pedagógica Nacional (UNIPE), en base a datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INdEC, sostiene que en 2015 había 315 mil personas que residían en el Gran Buenos Aires que asistían a universidades públicas, la mayoría a establecimientos ubicados en el Conurbano.

 

De esas 315 mil personas, casi el 12% pertenecían al quintil de menores ingresos, es decir, al 20% más pobre de la población del Conurbano. En número absolutos, había casi 38 mil alumnos del quintil más pobre en universidades nacionales. En el quintil de mayores ingresos, es decir, el 20% más rico, el número llegaba a 83 mil alumnos, el 26% del total.

Cabe destacar, para quienes no están familiarizados con la palabra, que "quintil" es un término utilizado en economía para caracterizar la distribución del ingreso de una población.

El quintil de ingreso se calcula ordenando la población desde el individuo más pobre al más adinerado, para luego dividirla en 5 partes de igual número de individuos; con esto se obtienen 5 quintiles ordenados por sus ingresos, donde el primer quintil (o Q1, I quintil) representa la porción de la población más pobre; el segundo quintil (Q2, II quintil), el siguiente nivel y así sucesivamente hasta el quinto quintil (Q5, V quintil), representante de la población más rica.

Volviendo al informe de UNIPE, en 2008 había casi 26 mil alumnos del quintil más pobre del Conurbano en universidades nacionales. Esto representa un 11,3% del total, porcentaje similar al de 2015.

Sin embargo, los dos quintiles de más bajos ingresos del Conurbano fueron los que más evolucionaron en la matrícula de universidades nacionales. En el período 2008-2015 la matrícula en universidades nacionales en el quintil más pobre del Conurbano creció un 47%, y el quintil siguiente (quintil 2), creció un 95%. Por otra parte, el quintil de más altos ingresos (quintil 5) creció un 21%, y el que le sigue en ingresos (quintil 4) creció un 28%.

“La participación de los jóvenes en la educación superior es claramente desigual en función del nivel socioeconómico del hogar. No obstante, en términos relativos respectos de la situación presente en otros países de América Latina, Argentina muestra un resultado más equitativo”, señala un trabajo de Ana García de Fanelli, investigadora del CEDES y el Conicet.

En relación a la evolución en la Provincia de Buenos Aires, Nancy Montes, docente e investigadora de Flacso, explicó a Chequeado que “si bien existe información que permitiría dar cuenta de un mayor acceso de estudiantes de sectores más desfavorecidos y de ámbitos territoriales que antes no accedían a la universidad, no se encuentra sistematizada y publicada para toda la jurisdicción”. Aunque aclaró que existen algunos ejemplos, como la Universidad Nacional de Moreno (UNM), que hace un relevamiento del perfil de los ingresantes.

El estudio de la UNM concluye que la proporción de los ingresantes que trabajan es del 44%, un 47,2% de los inscriptos no posee cobertura médica y un 61,6% de los estudiantes tienen padres que no han terminado el secundario y para las madres, la proporción es un poco menor: 55,9%.

Chequeado realizó en 2016 un relevamiento por 11 universidades nacionales. Además de la UNM, seis de ellas están ubicadas en el Conurbano bonaerense:

-En la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV) el 72% de los egresados era primera generación de universitarios de su familia

-En la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ), ubicada en Florencio Varela, el 85% de los estudiantes eran primera generación,

-En la Universidad Nacional General Sarmiento (UNGS), ubicada en Malvinas Argentinas, el 75% de los graduados tenía un padre y el 70% una madre que había finalizado el secundario como máximo nivel educativo, mientras el 86% tenía un padre y 92% una madre sin el nivel universitario completo.

-En la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM) un 80% de los casos llegaba al secundario completo como tope, y un 94,2% no poseía estudios universitarios finalizados.

-En la Universidad Nacional de San Martín (UNSaM), eligiendo de los dos padres al que hubiera alcanzado el mayor nivel educativo, en 2015 el 52% no había estudiado más allá de la secundaria, y el 78% no había completado la universidad.

-En la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTref) un 74% de los alumnos era “primera generación” universitaria.

Compartimos el #61 de la cuarta entrega del año del Le Monde Diplomatique (edición Cono Sur), Suplemento "La Educación en debate". 

En éste número: "La universidad, hoy", tendremos las opiniones de Alejandro Finocchiaro (Ministro de Educación de la Nación), Gabriela Diker (Rectora de la UNGS), Mario Lozano (Director General del CIN), 

Alberto Kornblihtt (Profesor e investigador), Carlos de Feo (Gremialista), Samir Mohuanna (Estudiante).

Recuerden que pueden descargar el número completo, de manera gratuita, a través del siguiente link:

http://editorial.unipe.edu.ar/la-educacion-en-debate/numeros-58-al-67-ano-2018/item/85-la-universidad-hoy

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/118613-los-miles-de-estudiantes-que-vidal-no-ve

Los números del sistema universitario desmienten a la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, quien cuestionó la creación de universidades públicas en el conurbano “porque todos sabemos que nadie que nace en la pobreza llega a la universidad”. De hecho, fue justamente con la puesta en marcha de esas casas de estudios en las últimas décadas que pudieron ingresar al sistema educativo superior alumnos que son la primera generación de universitarios en sus familias. Un estudio del Observatorio Educativo de la Universidad Pedagógica Nacional (Unipe) muestra que entre 2008 y 2015 la representación de los dos quintiles de más bajos ingresos en la universidad pública creció ampliamente por sobre el promedio: los prejuicios contenidos en la mirada de Vidal invisibilizan a más de 41 mil nuevos estudiantes del conurbano bonaerense provenientes de sectores populares.

El relevamiento del Observatorio Educativo de la Unipe desmonta tanto el exabrupto de la gobernadora como el que había expresado pocos años antes Mauricio Macri (“¿qué es esto de universidades por todos lados?”). El informe indica que, si bien los estudiantes que provienen de los sectores populares están subrepresentados en la matrícula universitaria, lejos se encuentran de no formar parte del sistema educativo superior e incluso su participación logró crecer en los últimos años. 

El estudio se basa en datos de la Encuesta Permanente de Hogares (Indec) y destaca que para 2015 en el Gran Buenos Aires el 31 por ciento del total de estudiantes universitarios pertenecía al 40 por ciento más pobre de la sociedad, con un total de 99 mil personas. El informe señala que, si se observa el panorama a partir de 2008, cuando inicia la última oleada de creación de universidades nacionales en partidos del Gran Buenos Aires (las anteriores fueron en el interior), sobresalen tres fenómenos. 

En primer lugar, el total de personas que asisten a universidades públicas creció un 39 por ciento entre 2008 y 2015. La matrícula tuvo un “significativo” aumento, que superó ampliamente el ritmo de crecimiento de la población argentina (menor al 2 por ciento anual).

Y si este crecimiento se mira dividiendo a la sociedad por quintiles de ingreso (en cinco grupos que contienen cada uno un 20 por ciento de la sociedad, siendo el quintil 5 el del 20 por ciento más rico y el quintil 1 el del 20 por ciento más pobre) se ve que ese incremento fue más intenso en los quintiles de ingresos más bajos. Entre 2008 y 2015, la cantidad de estudiantes de bajos ingresos en el total de inscriptos al sistema universitario creció un 47 por ciento para el quintil 1 y un 95 por ciento para el quintil 2. Eso implicó más de 41 mil nuevos estudiantes universitarios en el conurbano bonaerense de hogares de sectores populares. Como referencia, el quintil 2 representa a sectores clase media-baja, cuyos ingresos superan por poco la canasta básica. 

En el mismo lapso y en la misma región, los quintiles más altos, el 4 y el 5, crecieron un 28 y un 21 por ciento, respectivamente, en la matrícula universitaria.

Hijos de trabajadores

En la misma línea, el estudio de las doctoras en Antropología Social Laura Colabella y Patricia Vargas muestra el impacto social de la creación de la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ), en el partido bonaerense de Florencio Varela. En su trabajo describen el origen social de los estudiantes de la UNAJ, creada en 2009. “Una abrumadora mayoría (de los alumnos) son hijos de antiguos trabajadores rurales de la caña de azúcar, el algodón, el tabaco y la yerba mate, migrantes internos o de países limítrofes, y obreros urbanos, metalúrgicos, de la construcción, de las fuerzas de seguridad, de Gendarmería, Policía, Prefectura y Fuerzas Armadas; y que, en muy buena medida, se iniciaron en el mundo del trabajo en la niñez, mientras sus madres suelen ser amas de casa o empleadas domésticas”.

Pero la política de creación de universidades no sólo hizo crecer el acceso de los sectores bajos y medio-bajos a la universidad, sino también a todos los grupos sociales, incluidos los estratos más ricos. Según el estudio de la Unipe, en los quintiles 4 y 5 la cantidad de estudiantes se incrementó más del 20 por ciento. El informe indica que “esto probablemente expresa cómo la nueva oferta académica del territorio se transformó, no solo en una puerta de ingreso para nuevos sectores a la universidad, sino también en una oportunidad transversal para los distintos grupos sociales que eligen asistir a las universidades públicas”. 

El estudio concluye que el sistema de educación superior cuenta con “gran vitalidad, con ofertas que se despliegan en sentido vertical (presencia de posgrados) y horizontal (tipos de carreras, diversidad de territorios) y con un dinamismo en la demanda que atraviesa a las distintas clases sociales”. 

Además, pronostica que esa demanda probablemente siga en aumento por diversos factores “ya que, si bien las proyecciones de población no marcan un crecimiento demográfico futuro, tanto el desarrollo de la obligatoriedad del nivel secundario como las aspiraciones de movilidad social ascendente, la renovada demanda de calificaciones laborales, y el paradigma de educación para toda la vida seguirán perfilando crecientes niveles de acceso a la educación superior”.

Uno de los coautores del estudio, el sociólogo Leandro Bottinelli, observó que estos datos liquidan otro mito, el que dice que la universidad es un gasto “pro ricos”. “Es la idea de que la universidad pública es un simple subsidio del Estado a los más ricos, que serían los únicos que la usan. Pero las estadísticas muestran que cada vez más jóvenes de otros sectores sociales acceden, por lo que es una inversión cada vez más progresiva”.

En referencia a la propuesta de Vidal de que sería mejor apostar a la educación inicial, Bottinelli dijo a PáginaI12: “No debería aplicarse la lógica de la frazada corta. Esa era una recomendación típica del Banco Mundial de los años 90: privatizar la educación superior e invertir esos recursos en educación inicial. Por suerte, Argentina no recorrió ese camino. Hizo las dos cosas: logró expandir la educación inicial e invirtió en educación universitaria. Es real que la inversión en el nivel inicial mejora mucho la trayectoria de los estudiantes, pero usarlo como argumento para no invertir en universidades es un absurdo”.

Informe: Inés Fornassero.