Adriana Victoria Puiggrós
“Nací en una biblioteca”
Maestra, pedagoga, intelectual, militante. Adriana Victoria Puiggrós nació el 12 de septiembre de 1941 en la Ciudad de Buenos Aires, hija del conocido historiador Rodolfo Puiggrós y de Valentina Lapacó. Creció en un hogar letrado, en el que se alternaba la presencia de escritores, artistas plásticos y figuras del ámbito político y cultural argentino.
Cursó la primaria en la Escuela Nº1 Vicente Fidel López y en 1958 se recibió de maestra en la Escuela Normal Nº6, Vicente López y Planes. Quería ser pintora, y asistió desde muy chica a los talleres de Antonio Berni, amigo de su padre. Luego hizo un año de Arquitectura en la Universidad de Buenos Aires (UBA) hasta que comenzó a cursar Bellas Artes en la Universidad Nacional de La Plata. Dejó estos estudios cuando a los 19 años tuvo a su primer hijo, Pablo (1961), luego de casarse con el sociólogo Norberto Sessano. Con su segunda pareja, el ingeniero Pedro Joselevich, tuvo otros dos hijos, María (1970) y Federico (1971).
Durante la década del sesenta trabajó como maestra en las provincias de Jujuy y Buenos Aires, alcanzando cargos directivos en establecimientos públicos y privados. Su práctica docente la llevó a inscribirse en la carrera de Ciencias de la Educación de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Era una de las pocas estudiantes peronistas cuando comenzó a militar en el Frente de Acción Universitaria (FAU), junto a Ernesto Laclau, Blas Alberti, Ana Lía Payró, Félix Schuster, entre otros, ingresando en 1962 al Partido Socialista de la Izquierda Nacional orientado por Jorge Abelardo Ramos.
Combinando trabajo, estudio, maternidad y militancia, se graduó en 1968 como Profesora en Ciencias de la Educación. Desde entonces, comenzó a ocupar cargos docentes universitarios y a publicar artículos en revistas especializadas. En sus primeros textos se opuso a la reforma educativa que proponía la dictadura que gobernó entre 1966 y 1973, discutió con las miradas tecnocráticas, liberales y espiritualistas, y se concentró en el problema de la “deserción escolar” desde una perspectiva nacionalista popular, enriquecida con aportes teóricos diversos como los de Freire, Althusser, Pichon-Rivière y Chomsky, entre otros.
De la Izquierda Nacional pasó a integrar el Movimiento Revolucionario Peronista (MRP) conducido por Carlos “Pancho” Gaitán. Esa militancia política se complementaba con participación en ámbitos sindicales, como el Sindicato de Educadores Argentinos, la Agrupación Docente Eva Perón y la Agrupación de Docentes Universitarios Peronistas.
En 1973, con el regreso del peronismo al gobierno nacional, fue nombrada directora del departamento y de la carrera de Ciencias de la Educación de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA). Y en 1974, tras la sanción de una ley universitaria, asumió como decana normalizadora, reemplazando a Justino O´Farrell quien había presentado su renuncia. Durante ese período, la facultad fijó como prioridad la transformación de los contenidos y los métodos de enseñanza a los fines de “quebrar el proceso de colonización pedagógica y cultural”. Puiggrós encabezó la reforma del plan de estudios de la carrera y fue profesora titular de Pedagogía. El nuevo plan introdujo mayor contenido histórico, social y político, y novedades disciplinares como los aportes del psicoanálisis y la psicopedagogía.
Tras la muerte de Perón, la reforma universitaria impulsada por la izquierda peronista fue interrumpida y la Triple A ingresó con fuerza a las facultades. En septiembre de ese año Adriana Puiggrós debió renunciar tras el reemplazo del ministro de Educación Jorge Taiana por Oscar Ivanissevich y la intervención universitaria dictada por el gobierno de María Estela Martínez de Perón. Tras sufrir amenazas, y un atentado en su domicilio, se exilió en México como lo haría su padre un mes más tarde. Su hermano Sergio permaneció en el país.
Además de la situación traumática sufrida por la derrota política, la persecución y el exilio, en los años siguientes debió afrontar la pérdida de su hermano, asesinado en 1976 por la dictadura cívico-militar, y en 1980 la de su padre, que en ese momento se encontraba en Cuba, debido a una diabetes y otros problemas de salud que entonces arrastraba.
En esas condiciones adversas, de todos modos, los años del exilio mexicano fueron de despegue profesional y académico. Realizó estudios de posgrado y concursó cargos docentes en la UNAM, alcanzando una dedicación exclusiva como Profesora Titular. En la misma universidad se doctoró en Pedagogía con mención honorífica en 1983. Impulsó y dirigió el programa “Alternativas pedagógicas y prospectiva educativa en América Latina" (APPEAL), que luego continuaría en Argentina. Publicó sus primeros libros: Imperialismo y educación en América Latina en 1980 y La educación popular en América Latina en 1984.
A su vez, participó de ámbitos de reflexión y debate sobre la experiencia de los años setenta entre intelectuales argentinos que compartían el exilio mexicano, como los que nucleaba la revista Controversia, y se nutrió de nuevas perspectivas teóricas como las de Ernesto Laclau. En México también se separó y formó una nueva pareja con el periodista y politólogo Jorge Bernetti. La vida en aquel país, que caracterizó como su “otro hogar”, constituyó sin dudas un parteaguas en su itinerario biográfico.
Volvió al país en 1984 con el reestablecimiento de la democracia. Ingresó como investigadora al CONICET y al Instituto de Sociología (UBA). Su reinserción en la Facultad de Filosofía y Letras fue resistida, hasta que obtuvo por concurso el cargo de Profesora Titular de Historia de la Educación Argentina y Latinoamericana. Fue profesora invitada de numerosas instituciones de educación superior del país y del exterior. Entre otras importantes obras publicó, en 1986, Democracia y autoritarismo en la educación argentina y latinoamericana y, en 1990, Sujetos, disciplina y currículum en los orígenes del sistema educativo argentino, primer tomo de una importante colección que mencionaremos más adelante.
A partir de entonces, se consagró como referente del campo de historia de la educación con una profusa producción de libros, capítulos de libros y artículos, sin dejar de lado contribuciones con el sector público para la planificación y ejecución de políticas educativas. Recibió numerosos premios y distinciones, entre ellas varios doctorados Honoris Causa.[i] Formó a varias generaciones de investigadores en historia de la educación.
Su militancia política la llevó a ser elegida Diputada en la Convención Nacional Constituyente de 1994 y diputada nacional en 1998. A partir de 2001 pasó a ocupar cargos públicos a escala nacional y provincial, destacándose como directora general de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires entre 2005 y 2007. Entre 2007 y 2015 volvió a desempeñarse como diputada nacional. Fue secretaria de educación nacional entre 2019 y 2020.
El nombre de Adriana Puiggrós está indefectiblemente unido a la historiografía educativa argentina y latinoamericana, y resultaría infructuoso intentar sintetizar sus aportes a ese campo de estudios. El contenido de este sitio web, del cual estas líneas son solo una presentación, y la propia producción escrita por la protagonista, pueden dar muestras más acabadas de lo que aquí apenas podemos esbozar. Pero no queremos dejar de mencionar su importante rol como impulsora de programas, proyectos, colecciones de libros, revistas e instituciones. Entre estas últimas, mencionemos la propia Universidad Pedagógica, primero provincial y luego nacional, y la Sociedad Argentina de Investigación y Enseñanza en Historia de la Educación.
Desde la imprescindible colección titulada Historia de la Educación en Argentina y publicada en nueve tomos por editorial Galerna desde los años noventa, hasta los dos volúmenes publicados por UNIPE en 2023 bajo el título Corrientes Educativas en la Historia Argentina (codirigida con Darío Pulfer), insistió en la organización de producciones colectivas con pretensiones de lograr ciertas síntesis historiográficas. Pero nunca dejó de lado en su trayectoria una voluntad de intervención pública, política e intelectual, por lo que no solo se ocupó de realizar aportes significativos al conocimiento de la historia de la educación, sino también a la transformación misma de esa historia.
Sergio Friedemann
Universidad Pedagógica Nacional
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas
Universidad de Buenos Aires
Fuentes utilizadas
Carli, Sandra (2023). Educación y política, la génesis del pensamiento crítico sobre América Latina: Adriana Puiggrós. En La universidad como espacio biográfico. Itinerarios académicos, intelectuales y políticos en humanidades y ciencias sociales. Buenos Aires: Prometeo.
Friedemann, Sergio (2024). El nacionalismo popular pedagógico en las décadas de 1960 y 1970. En A. Puiggrós & D. Pulfer (Eds.), Corrientes educativas en la historia argentina. Tendencias, interpretaciones y debates. Tomo II Tradiciones, herencias y novedades desde la segunda mitad del siglo XX hasta la actualidad. Buenos Aires: UNIPE: Editorial universitaria.
Puiggrós, Adriana (2010). Rodolfo Puiggrós. Retrato familiar de un intelectual militante. Buenos Aires: Taurus.
Entrevistas
Antonio Camou y Marcelo Prati. Entrevista a Adriana Puiggrós. La planificación no es contraria a la democracia: donde hay desigualdad hay que planificar. Cuestiones de Sociología, 8, 2012.
Nicolás Arata, María Luz Ayuso y Gabriela Díaz Villa. Entrevista a Adriana Puiggrós. La trama común. Memorias sobre la carrera de Ciencias de la Educación. Facultad de Filosofía y Letras, 2009.
Sergio Friedemann. Comunicaciones personales con Adriana Puiggrós, 2023-2024.
Sergio Friedemann y Hernán Amar. Entrevista a Adriana Puiggrós, 2025.
Política, gestión y las marcas en el cuerpo. Entrevista a Adriana Puiggrós. Espacios de Crítica y producción, 50, 2014.
1. Universidad Nacional de La Plata (2016), Universidad Nacional de Tucumán (2019), Universidad Nacional del Pilar (República del Paraguay, 2020), Universidad Nacional de Río Cuarto (2020), Universidad Nacional de Cuyo (2022), Universidad Pedagógica Nacional (2024).