Jerome Bruner. La educación, puerta de la cultura (traduc. de Félix Díaz). Madrid, Visor, 1997.

(La traducción es pésima. Título del original: The Culture of Education)

Metacurrículo, metaaprendizaje,etc.

 

“Pero, como señaló hace mucho el más grande lingüista de nuestro siglo, Roman Jakobson, el don metalingüistico, la capacidad de ‘volvernos hacia’ nuestro propio lenguaje para examinar y trascender sus límites, está al alcance de todo el mundo. (...) Las implicaciones pedagógicas de los que antecede son impactantemente obvias. Puesto que los límites de nuestras predisposiciones mentales inherentes se pueden trascender recurriendo a sistemas simbólicos más poderosos, una función de la educación es equipar a los seres humanos con los sistemas simbólicos que se necesitan para hacerlo. Y si los límites impuestos por los idiomas que usamos se expanden incrementando nuestra ‘conciencia lingüística’, entonces otra función de la pedagogía es cultuvar esa conciencia. Puede que no tengamos éxito en trascender todos los límites impuestos en ambos casos, pero seguro que podemos aceptar el objetivo más modesto de mejorar a través de ello la capacidad humana para construir significados y realidades. En suma, entonces, ‘el pensamiento sobre el pensamiento’ debe ser un ingrediente principal de cualquier práctica capacitadora de la educación” (37-8) 

“La pedagogía moderna se mueve cada vez más hacia la posición de que la niña debería ser coonciente de sus propios procesos de pensamiento y de que es crucial tanto para el teórico pedagógico como para la maestra ayudarla a hacerse más metacognitiva; a ser tan conciente de cómo desarrolla su aprendizaje y pensamiento como lo es de la materia temática que est á estudiando. No basta con conseguir habilidad y acumular conocimiento. Se puede ayudar a la aprendiz a conseguir un dominio total reflexionando también sobre como está desarrollando su trabajo y cómo su planteamiento puede mejorarse. Equiparla con una buena teoría de la mente - o una teoría del funcionamiento mental - forma parte de ayudarla a hacerlo” (82)

           

Aprendizaje en común

 

JB analiza el proceso de aprendizaje y la importancia de lo metacognitivo no solo en relación al aprendizaje de nociones científicas sino también de patrones culturales y pautas de comportamiento. La escuela es un lugar donde tienen lugar prácticas sociales. Siguiendo en esto a Bourdieu, JB concibe la escuela como un lugar donde opera un ‘mercado de distinciones’. Excluir a alguien de un juego, por ejemplo, puede ser premiado con la distinción de ser considerado ‘miembro’ de la pandilla que excluye. En este sentido, JB agrega que “... la cuestión no es sólo la práctica, sino también la conciencia de lo que se está haciendo cuando se practica esta forma de intercambio. Si no nos damos cuenta de qué y por qué y cómo entramos en semejantes prácticas discriminatorias, estamos cultivando una falta de conciencia que, al final, reduce nuestra propia humanidad y estimula la división cultural incluso cuando no se pretende” (98)

“Consecuentemente, concibo las escuelas y los centros preescolares como si sirvieran una función renovada dentro de nuestras sociedades en cambio. Esto implica construir culturas escolares que operen como comunidades mutuas de aprendices implicados conjuntamente en la resolución de problemas y contribuyendo todos al proceso de educarse unos a otros. Tales grupos no sólo ofrecen un lugar para la instrucción, sino también un foco de atención a la identidad y al trabajo mutuo. Que esas escuelas sean un lugar para la praxis (más que la proclamación) de la mutualidad cultural; lo cual significa un aumento en la conciencia que los niños tienen de lo que están haciendo, cómo lo están haciendo y porqué. (...) En tales culturas escolares... ser innatamente bueno en algo implica, entre otras cosas, ayudar a otros a mejorar en ese aspecto” (100).

(Ha habido mucha discusión sobre estos temas, particularmente a partir de los trabajos de Seeley Brown sobre la inteligencia distribuida). “El quid de la idea es que es un grave error ubicar la inteligencia en una sola cabeza. Existe además no sólo en tu entorno particular de libros, diccionarios y notas, sino también en las cabezas y los hábitos de los amigos con quienes interactúas, e incluso en lo que has llegado socialmente a dar por supuesto. En el capítulo anterior mencioné el hallazgo de Harriet Zuckerman de que las probabilidades de ganar un Premio Nobel aumentan enormemente sólo por el hecho de haber trabajado en el laboratorio de alguien que ya ha ganado uno. Y, obviamente, esto no pasa sólo porque la asociación te ‘empuja’ un poco o te hace más visible. También tiene que ver con haberte incorporado a una comunidad cuya inteligencia extendida compartes. Es ese sutil ‘compartir’ lo que constituye la inteligencia distribuida. Al entrar en semejante comunidad, no sólo has entrado en una serie de convenciones de praxis, sino también en una forma de ejercer la inteligencia.” (172)

 

8 JCT-Cognitivo

Material inédito

Originales y notas

Título del archivo Word: "JBrunner".

Fecha del archivo: 19 de febrero de 2010.