Anthony Giddens. Consecuencias de la modernidad. Madrid, Alianza, 1997 

 

Confianza

 

Para Giddens, los mecanismos de desanclaje de la sociedad descansan sobre la nocion de fiabilidad. La fiabilidad está implicada de manera fundamental en las instituciones de la modernidad.

Confianza y fiabilidad están claramente relacionadas con la fe. No es lo mismo que la fe; es lo que deriva de la fe. La fiabilidad no depende de un conocimiento exhaustivo de los sistemas expertos o de las señales simbólicas,  sino en la fe, apoyada por supuesto en cierto elemento pragmático que descansa en el hecho que la experiencia muestra que los sistemas funcionan como deben funcionar.

Pero hay una diferencia entre confianza y fiabilidad. Mientras ésta última presupone conocimiento de las circunstancias de riesgo, la confianza no considera las alternativas.

 

Naturaleza reflexiva de la modernidad

 

Giddens se pregunta por la relación entre modernidad y reflexión. En las sociedades tradicionales, donde la cultura es fundamentalmente oral, la reflexividad está ausente en gran medida. El surgimiento de la escritura amplió el campo de la reflexividad, pero en las sociedades tradicionales, la reflexión está limitada a la reinterpretación de la tradición. Además, como la alfabetización es patrimonio de unos pocos, la rutina de la mayoría permanece atada a la vieja tradición.

En el contexto de la modernidad, la reflexión es “... introducida en misma base del sistema de reproducción de tal manera que pensamiento y acción son constantemente refractados el uno sobre el otro” (...) “La reflexión de la vida social moderna consiste en el hecho de que las prácticas sociales son examinadas constantemente y reformadas a la luz de nueva información sobre esas mismas prácticas, que de esa manera alteran su carácter constituyente.” (46)

 

Conocimiento e incertidumbre

 

La naturaleza reflexiva de la modernidad es muy “inquietante”, porque la esperanza que la razón daría mayores certidumbres que la tradición, resultó erronea. “Nos encontramos en un mundo totalmente constituido a través del conocimiento aplicado reflexivamente, pero en donde al mismo tiempo nunca podemos estar seguros de que no será revisado algún elemento dado de ese conocimiento.” (...) “Bajo las condiciones de modernidad, ningún conocimiento es conocimiento en el antiguo sentido del mismo, donde ‘saber’ es tener certeza, y esto se aplica por igual a las ciencias naturales y a las ciencias sociales.” (47).

Las ciencias sociales, desde este punto de vista, están mucho más que las naturales, asociadas a la modernidad. Ellas brindan conocimientos sobre las prácticas sociales y, a su vez, las modifican. La economía, por ejemplo, no sería la misma si no fuera porque los miembros de la población conocen los conceptos claves de la economía. El matrimonio y la familia tampoco serían lo que son si no hubieran sido tan psicologizados o sociologizados. En este sentido, “La modernidad es en sí misma profunda e intrínsecamente sociológica”. (50).

 

Conocimiento y control de la vida social

 

A partir de esta relación entre ciencias sociales y modernidad, G sostiene que “...es falsa la tesis de que a más conocimiento sobre la vida social (incluso si ese conocimiento está tan bien apuntalado empíricamente como sea posible) equivale a un mayor control sobre nuestro destino. Esto es verdad (discutiblemente) en el mundo físico, pero no en el universo de los acontecimientos sociales” (50).” Esta tesis sería cierta si hubiera efectivamente separación entre vida social real y conocimiento sobre la misma o si fuera posible que el conocimiento alimentace permanentemente el comportamiento social, aumentando así los niveles de “racionalidad” de la conducta humana. Pero hay cuatro factores que relativizan la existencia de estas dos condiciones:

 

  1. la apropiación diferencial del conocimiento. El conocimiento, en consecuencia, puede ser aprovechado diferentemente según las posiciones de poder.
  2. los valores. Los cambios en los conocimientos mantienen una relación variable con el cambio en la orientación de valores.
  3. el impacto de consecuencias no previstas. Ninguna cantidad de conocimientos sobre la vida social puede cubrir todas las alternativas de acción social.
  4. el conocimiento contribuye a la inestabilidad. Cuanto más conocemos de la vida social, más contribuimos a su carácter inestable. “La cuestión no radica en que no exista un mundo social estable para ser conocido, sino que el conocimiento de ese mundo contribuye a su carácter cambiante e inestable” (51).

 

Confianza y reanclaje

 

Giddens introduce el concepto de reanclaje para referirse al proceso de reapropiación o a la disposición a poner en relación los elementos disociados. La credibilidad es un aspecto fundamental del funcionamiento de las instituciones. En condiciones de modernidad, la credibilidad se ejerce sobre sistemas abstractos. Pero en una situación de ampliación de la globalización, “... nadie puede eximirse completamente de los sistemas abstractos implicados en las instituciones modernas. Esto resulta obvio en lo referente a fenómenos tales como  el riesgo de guerra nuclear o de catástrofe ecológica. Pero también es verdad, y más acusadamente, en todo lo referente a importantes aspectos del vivir cotidiano, tal como es vivido por la mayoría de la población. En los entornos premodernos, las personas, tanto en teoría como en la práctica, podían hacer oídos sordos a los pronunciamientos de sacerdotes, sabios o hechiceros y continuar con las rutinas de la actividad cotidiana. Pero no puede suceder lo mismo por lo que se refiere al conocimiento experto en el mundo moderno. Por esta razón los contactos con expertos o con sus representantes o delegados, en la forma de encuentros en los puntos de acceso, son peculiarmente lógicos en las sociedades modernas.” (85).

 

Puntos de acceso: “Los puntos de acceso son los puntos de conexión entre las personas profanas o los colectivos, y los representantes de los sistemas abstractos. Son los lugares más vulnerables de los sistemas abstractos, pero también son el cruce sobre el que se mantiene o puede ser construída la fiabilidad.” (88). Las actitudes de fiabilidad o de falta de fiabilidad pueden sufrir modificaciones importantes por la experiencia en los puntos de acceso. “El hecho de que los puntos de acceso sean puntos de tensión entre el escepticismo lego y la experiencia profesional, los convierte en cauces reconocidos de vulnerabilidad de los sistemas abstractos” (90).

 

Fiabilidad y seguridad ontológica

 

Giddens reconoce que la fiabilidad se construye desde la infancia, a través del proceso de socialización familiar. “El origen de la seguridad que siente la mayoría de la gente, la mayoría del tiempo, en relación a esos posibles auto-interrogantes, hay que encontrarlos en ciertas experiencias características de la infancia.” (93). La importancia de la madre, del regreso del cuidador, etc. son señaladas por Giddens. Pero también sería posible sostener que en la medida que los procesos de socialización primaria tienden a trasladarse a otras instituciones y figuras adultas, la importancia social de estas nuevas instituciones aumenta. No existe aun una conciencia clara acerca del impacto de los cambios en la socialización sobre los niveles básicos de confianza de las personas.

 

Confianza y riesgo en la sociedad tradicional y en la moderna

 

En las culturas premodernas predominan cuatro ámbitos de confianza. El primero es el sistema de parentesco. Independientemente de los afectos o conflictos que se perciban en el seno de la familia, los vínculos de parentesco ofrecen un tejido de proteccion y de confianza muy importante.  El segundo es la comunidad local. La localización de las relaciones es una condicion importante de estabilidad y confianza. El tercer es la cosmología religiosa. Las creencias religiosas constituyen un marco de referencia que da explicaciones a los acontecimientos y, ensa medida, brinda seguridad.  El cuarto contexto es la tradición. A diferencia de la religión, la tradición brinda confianza no porque da un marco de referencia sino porque asegura una manera de hacer las cosas en relación al tiempo: siempre se han hecho así.

En las culturas premodernas, los riesgos estaban vinculados a los peligros del mundo físico, a la frecuencia de la violencia urbana, a la influencia dual de la religión que promueve miedos existenciales y brinda confianza para soportarlos.

En las culturas modernas, en cambio, estos cuatro órdenes de confianza no tienen la misma importancia. Las relaciones de parentesco tienden a ser reemplazadas por relaciones de amistad, la comunidad local por sistemas abstractos y la cosmología religiosa y la tradición por una orientación al futuro, como medio de conectar el pasado y el presente.

En la sociedad moderna, el riesgo asume un significado y una presencia muy importante. Existe un proceso de globalización del riesgo en el sentido de la intensidad (tanto por la envergadura del peligro - guerra nuclear - como por la cantidad de sucesos contingentes que afectan a todos), así como mayor conciencia del riesgo. Desde este punto de vista, habría un fenómeno mediante el cual se eliminarían las barreras entre los privilegiados y no privilegiados. “La intensidad global de ciertas clases de riesgo trasciende todos los diferenciales sociales y económicos”.(121).

 

Capitalismo e industrialismo

 

Existe  la tendencia a considerar el capitalismo como un tipo de capitalismo y a la inversa. Ambos son, sin embargo, ‘agrupamientos organizativos’ diferentes. “El capitalismo es un sistema de producción de mercancías centrado en la relación entre la propiedad privada de capital y una mano de obra asalariada desposeída de propiedad, siendo esta relación la que configura el eje principal del sistema de clases.” (60)... “Por otro lado, la característica principal del industrialismo es la utilización de fuentes inanimadas de energía material en la producción de artículos, asociada al papel central de la maquinaria en el proceso de producción” (61)

 

 

35-JCT Consensos

Material inédito

Título del archivo Word: "Giddens 3"

Fecha del archivo: 3 de marzo de 1999