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Marzo 2020

La docente Verónica Cruz comenta que se encuentran llevando adelante el trabajo de formación con los recaudos necesarios para que sea un trabajo productivo, a partir de las distintas condiciones de partida de cada estudiante.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/opinion/la-escuela-cerrada-costos-pedagogicos-desiguales

Por: Emilio Tenti Fanfani*
La experiencia indica que todas las catástrofes, tanto las naturales, como las sociales ( el Covid-19 combina ambos factores) perjudica más a los desposeídos. Eso sucede con los terremotos, las inundaciones, las sequías o las crisis económicas y financieras. Los que más pierden son los que menos tienen. Esto pasa en el caso de la suspensión generalizada del servicio educativo en casi todo el mundo.


Esta experiencia inédita hace evidente realidades que en tiempos normales no se ven a primera vista:
. En la escuela las nuevas generaciones aprenden cosas que la familia no puede enseñar, porque no tiene los recursos necesarios para hacerlo, en primer lugar la competencia pedagógico/profesional y en segundo lugar el tiempo y otros recursos didácticos. Ojalá que la emergencia nos recuerde que hay cosas importantes que solo se pueden aprender en esas instituciones especializadas que llamamos escuelas, colegios o universidades.
. La emergencia también permite tomar conciencia que la escuela no solo enseña, sino que también cuida de los niños y adolescentes, función que en una etapa anterior del desarrollo de nuestras sociedades correspondía a la familia y en especial a las madres. Cuando la escuela suspende su funcionamiento, la mayoría los niños quedan "abandonados a su suerte", ya que la mayoría de las madres se han incorporado al mercado de trabajo. Este fenómeno es particularmente relevante en las familias de los sectores populares. Esta constatación debería servir para valorizar el papel multifuncional de la escuela en los procesos de reproducción social.


El reconocimiento social del valor de la escuela debería favorecer un plan de inversión en su estructura física con el fin de garantizar un piso común de calidad e higiene del edificio escolar, objetivo pendiente en el sistema educativo nacional. Al mismo tiempo habrá que aprovechar la ocasión para mejorar los mecanismos de comunicación entre los ministerios, las instituciones escolares y las familias para potenciar el diálogo y la interacción entre estas instancias. Lo que se tuvo que hacer por necesidad deberá potenciarse y mejorarse en tiempos normales.


La situación excepcional que vive el mundo obligó a las instituciones y agentes escolares a desarrollar una oferta de educación a distancia, la mayoría de las veces en forma apresurada y con recursos insuficientes e inadecuados. El Estado argentino, en sus diversas instancias, desde los ministerios de educación a las propias instituciones desplegó una serie de iniciativas tendientes a ofrecer oportunidades de aprendizaje a través del uso de las nuevas tecnologías de enseñanza con el fin de garantizar una cierta continuidad en el trabajo escolar.


La necesidad de actuar en forma rápida obligó a utilizar diversos recursos disponibles (plataformas, medios masivos de comunicación, interacción directa de los docentes con sus alumnos usando distintos dispositivos, etc.). En muchos casos las circunstancias obligaron a improvisar, ya que no había tiempo para programar, desarrollar y luego implementar programas específicos. Más allá de estos esfuerzos dignos de apreciación, las condiciones objetivas conspiran contra los intereses de aprendizaje de los sectores sociales más desfavorecidos.


Es probable que para estos sectores lo más oportuno sea ofrecer materiales (audiovisuales, impresos, etc.) de interés para adultos, niños y adolescentes con el fin de fomentar la lectura recreativa, desarrollar el gusto por la misma, así como la realización de juegos. En relación con esto, sería bueno divulgar las 10 cosas que el pedagogo italiano Francesco Tonucci sugiere hacer a los padres con sus hijos. Cosas simples (como cocinar juntos, explicar cómo funciona el sistema eléctrico de la casa, construir muñecas o pelotas de trapo, reconstruir la historia familiar revisando un álbum de fotografías, leer juntos un periódico o un cuento, etc.) que "educan" más allá del curriculum escolar cuyo cumplimiento tanto desvela a muchos pedagogos formalistas. La emergencia obliga a utilizar la imaginación para darle una dimensión educativa a múltiples objetos, procesos y experiencias que se pueden vivir en el interior del hogar o en el barrio (allí donde en verdad no existe una vivienda digna de ese nombre).


El tiempo que vivimos nos debe inducir a reflexionar porqué las nuevas generaciones se sienten más atraídas por los ambientes virtuales que por los reales. ¿Por qué nos cuesta tanto que nos atiendan en la casa y en las aulas y dejen de lado su celular? La actual obligación de recurrir a la realidad virtual debería convertirse en una oportunidad para aprovechar sus potencialidades en el plano de la realidad, tan propicia para la creación, la modelación, la transformación, capacidad que muchas veces no tiene la realidad escolar preacondicionada, regulada, programada para recorrer un camino con etapas preestablecidas de desarrollo de determinadas competencias evaluables. En este sentido la emergencia puede ser una oportunidad para repensar la realidad escolar con sus tiempos y espacios fragmentados entre aulas, grados, materias, horarios preestablecidos, etc. etc. Estos son momentos en que ciertas transformaciones que en tiempos normales tardan mucho tiempo en concretarse, se pueden precipitar por la fuerza de la necesidad. Pasada la emergencia, habrá que analizar qué pudimos aprender de la improvisación, qué cosas debemos perfeccionar, qué cosas retener, qué cosas rescatar y cómo articular la realidad espacio-temporal de la escuela con las posibilidades que ofrece la realidad virtual.


Más allá de lo que se hace y pueda hacer en estas circunstancias y la creatividad desplegada por padres de familia, maestros y niños, es preciso ser realistas. Una vez más, los más perjudicados son los sectores desposeídos, ya que en su caso se conjugan dos pobrezas, la pobreza de la oferta de educación a distancia y la pobreza de los necesarios recursos familiares, de diverso tipo como el espacio habitacional precario, el hacinamiento, los ambientes insalubres e inseguros, la pobreza o ausencia de equipamientos tecnológicos, la conectividad a internet, el nivel clima educativo del hogar, la presencia de los adultos y su disponibilidad de tiempo para acompañar las actividades escolares de los niños y adolescentes, etc.
El sistema escolar también tiene sus amplias zonas de pobreza. Según un informe reciente del Banco Mundial que usa datos del programa PISA (2018), poco más de la mitad de los sistemas educativos encuestados dijeron que la mayoría de los estudiantes de 15 años están en una escuela sin una plataforma efectiva de apoyo de aprendizaje en línea. Este es el caso en todos los países participantes de América Latina y el Caribe. Por otra parte también existen limitaciones por parte de los docentes, ya que en la Argentina en opinión de los directores sólo el 55% de los docentes tienen "recursos profesionales efectivos para aprender cómo usar dispositivos digitales".


El mismo informe del Banco Mundial reconoce que existe una fuerte asociación entre los recursos tecnológicos y humanos del sistema escolar y el nivel socioeconómico de los alumnos. Esto implica que quienes más perderán en materia de aprendizaje serán los que ocupan las posiciones más desfavorecidas en las distribuciones de recursos sociales estratégicos tales como la propiedad, el ingreso, el poder y el conocimiento. Desde ya habrá reflexionar sobre el tiempo de post-emergencia y redefinir las políticas educativas tendientes a fortalecer la escuela pública para dejarla en mejores condiciones para contrarrestar la fuerza de las inercias que tienden a reproducir las desigualdades sociales de todo tipo que presenta la sociedad argentina actual.

*Profesor e investigador de la UNIPE, Universidad Pedagógica Nacional.

 

Escúchame entre el ruido

prensa Viernes, 24 Abril 2020 00:15

Fuente: https://laagenda.buenosaires.gob.ar/post/

por Pablo Díaz Marenghi
Un regalo del Diablo, 2 Minutos, Valentín Alsina y la reinvención del punk argentino, de Walter Lezcano (Vademecum)

“Con Valentin Alsina el conurbano bonaerense, finalmente, se paró de manos sin pedir la legitimidad de nadie” escribe Walter Lezcano en su flamante libro sobre el disco debut de 2 Minutos. Lanzado en 1994, significó uno de los puntales de una nueva oleada de bandas punks que emergieron al calor del avance neoliberal en la Argentina. El escritor, poeta y periodista nacido en Goya, Corrientes, supo recorrer dichos suelos conurbanos al criarse en San Francisco Solano, al sur del Gran Buenos Aires. En dichas inmediaciones surgieron varios grupos de pibes que se coparon con el punk y empezaron a hacer sus primeras composiciones: Flema, Expulsados, Sin Ley y los comandados por Walter “Mosca” Velázquez. En este ensayo, el autor piensa la relación entre arte y territorio (¿una condición necesaria pero no suficiente para forjar una obra?) y reivindica el lugar que ocupó este disco y esta banda a la hora de abrirle camino a lo que la prensa y la opinión pública bautizarían como “Rock barrial”. Datos, contexto y voces autorizadas trazan un recorrido analítico que despeja algunas dudas y, también, siembra otras.

“Mi voz es un regalo del Diablo” afirma el Mosca y le da título al libro. En sus páginas se intercalan voces como las de los músicos y el ex manager de la banda, con las de Amilcar Gilabert (histórico ingeniero de sonido), periodistas y escritores (Lala Toutonian, Luis Hitoshi Díaz, Mariana Enríquez y Juan Diego Incardona) que enriquecen el contexto para pensar cómo y por qué nació este disco. Así se cuentan los comienzos del punk en la Argentina –con los Violadores a la cabeza, pero también Los Baraja, Alerta Roja y Cadáveres de Niños– y allí el autor encuentra un primer antecedente de la periferia bonaerense: el baterista Sergio Gramática, oriundo de Bernal, y su intercambio epistolar con Hari B, considerado el primer punkie argentino.

El escritor plantea que lo que pegó fuerte en el país fue la tradición inglesa combativa, con The Clash como insignia, casi como un emergente del agotamiento de la canción de protesta. Más adelante, en los noventa, podría trazarse un paralelismo entre aquel no future que escupían los Sex Pistols con el no future del despilfarre noventista y sus esquirlas, aún calientes, visibles en el conurbano. Los estallidos de la periferia se volvían canción en temas como “Odio laburar” o “Novedades” que integrarían el primer LP de 2 Minutos. Luego terminarían siendo los primeros argentinos en tocar en el mítico CBGB. En palabras del autor: “la furia, la inconsciencia, la resistencia y el poder inconformista del punk como estandarte de reestructuración de existencias y vidas olvidadas por el Estado y el sistema social”.

Es cierto que, tal vez, para el lector avezado el libro no arroja grandes revelaciones sobre la historia del punk argentino. Tal vez su fuerte radique en las preguntas que va desperdigando y deja abiertas para que el futuro las responda. Por ejemplo: ¿Qué onda el sur del conurbano? Del mismo modo que afloraron bandas punkies de pibes laburantes también aparecieron, al calor noventista, los alternos como Babasónicos, Tía Newton, El Otro Yo, Peligrosos Gorriones, Adicta y Copiloto Pilato. También echa luz sobre un contexto descripto por Enríquez e Incardona: la ominosidad del riachuelo, la fiereza de la cana y el deambular de la barriada como una suerte de flaneurs tercermundistas que pasaban largas noches demorados en comisarías por tomar una birra en la esquina. También nos habla de la idea de movimiento, de escena, como algo pujante, que se reconvierte todo el tiempo. Algo que ahora se ve en el feminismo, el trap y el freestyle. En medio de todas esas nuevas olas, el punk, el rock y otros géneros que explotaron durante el siglo pasado aún luchan por acomodarse.

El recorrido temporal del libro finaliza con la tragedia de Cromañón en 2004 (a la cual Lezcano le dedicó una novela, Luces calientes,en Tusquets) y arroja otra pregunta : si aquello fue la crónica de una muerte anunciada por jóvenes desprotegidos, desamparados, llenos de excesos que encontraron en el rock a su único placebo catalizador. Sea lo que sea, el Mosca, que bautizó a su banda por un tema de Depeche Mode demostrando su modo de ser ecléctico e iconoclasta a la hora de vivir la música, dejó un mandato que el autor de este libro se encarga de reproducir y diseminar: pase lo que pase, hay que seguir.

Charly García 1983, acerca de Clics Modernos, de Oscar Conde (UNIPE Editorial Universitaria)

A priori, el pensamiento en torno a este trabajo de Oscar Conde podría ser el siguiente: ¿otro libro más sobre Charly García? ¿Hay algo nuevo para aportar? Lo cierto es que el artista, uno de los pesos más pesados del rock argentino y de la música popular en su conjunto, engloba un cúmulo de discursos que se vislumbra inagotable. Este académico –que ha producido sendos análisis sobre las poéticas del tango, el rock y el lunfardo– da un salto de calidad dentro de la bibliografía rockera promedio ya que salta las vallas de las biografías y los chismes para concentrarse en el aspecto más rico del pianista de bigote bicolor: su obra.

Conde recurre al análisis de letras y, así, encuentra a la soledad como el gran hilo conductor que atraviesa la obra de García: “la del adolescente que asume solo su condición y se enfrenta al mundo, la del joven que se alza contra un sistema siniestro, la del hombre que fracasa en el altar del amor y decide rendirse tributo a sí mismo para siempre”, afirma. Conde sigue a Charly por diferentes etapas: su comienzo hippie, su tránsito al rock sinfónico/progresivo y su decadencia noventista, en donde se consolidó como la súper estrella del rock nacional. Irreverencia y megalomanía serían las dos cabezas de este lungo bifrone que osciló, en los últimos tiempos, entre chispazos de genialidad y despilfarres en su vida privada. De los suplementos culturales a la prensa amarillista sin escalas.

El foco de este libro –prohibido olvidar– está en Clics modernos (1983), aquella obra cumbre del músico que significó un antes y un después dentro del rock vernáculo. Explica Conde que aquello que durante muchos años fue música contemplativa (para ver y escuchar) comenzó, con este disco, el tránsito hacia algo que podía ser bailable (con Los Twists y Virus como lugartenientes de la nueva movida ochentosa). Esto, por supuesto, sería visto con resquemor por los rockeros clásicos y, hoy en día, consagraría a esta obra como de avanzada para la época. Allí se dio la amalgama precisa entre el rock y el pop. Además exhibió a un autor que se reía de todo (“él se cansó de hacer canciones de protesta y se vendió a Fiorucci”, referencia a un episodio personal que se cuenta en el libro) y apela, también, a las esquirlas de la represión.

Conde analiza la ambivalencia como rasgo recurrente del rockero. Algo que tuvo su pico en los noventas. Allí el personaje se devoró al artista: pasó de tocar para Carlos Menem en la quinta presidencial de Olivos, en pleno apogeo de la pizza y el champagne, a la vez que brilló en el MTV Unplugged (el primero para un hispanoparlante). Sin olvidar el episodio de su salto al vacío desde un noveno piso en un hotel mendocino que pasó a la historia. Conde sentencia: “No cabe duda que Charly García es, con razón o sin ella, el máximo exponente del rock argentino, aun con su ánimo cambiante, su yoísmo poético exacerbado y esa necesidad imperiosa de llamar la atención en los ámbitos extra musicales. Y eso lo deja muy solo”.

Television, Marquee Moon, de Bryan Waterman (Colección 33 ⅓, Dobra Robota – Walden)

Si uno traza un recorrido a través de la historia de la música occidental y se encarga de recomponer cada una de las piezas del rompecabezas, llegará el momento en el que se encuentre con un nombre ineludible de la década del setenta, híper citado, imitado, homenajeado y copiado en las décadas posteriores. Television encaja con aquello que la crítica especializada suele bautizar como banda de culto y su disco debut, Marquee Moon (1977), se ha ganado un lugar en los anaqueles de aquellas obras que han sido consideradas un verdadero cimbronazo en los modos de hacer y escuchar rock and roll. Por su tratamiento de guitarras en estéreo, por haber sido uno de los estandartes de la escena punk neoyorquina del CBGB y por haber generado una sinestesia entre el glamour, lo sucio, el glitter y la crudeza, fueron un eslabón clave dentro de la música alternativa. Bryan Waterman, con un lenguaje académico y ensayístico, se encarga de analizar por qué y de qué modo surgió este particular sonido en aquel contexto underground casi pútrido que, luego, se convirtió en leyenda.
Katie Ledecky

Aturdido en una metáfora eléctrica: así se sentía todo aquel que pisara el CBGB –mítico local donde se consagraron Los Ramones, Blondie y Patti Smith– durante un concierto de la banda comandada por Tom Verlaine. En un principio, Waterman se encarga de resaltar que este joven con anhelos literarios (al igual que otro músico que fue su claro referente, Lou Reed) tuvo como lugarteniente necesario a Richard Hell. Este también era un amante de las letras: toma su apodo de Una temporada en el infierno, del poeta Arthur Rimbaud. El autor de este libro lo reivindica y, también, comenta cómo Verlaine decidió expulsarlo de la banda. Reconstruye el cúmulo de influencias que dio origen a este cóctel corrosivo: la movida camp y glitter (ironía, composiciones absurdas, androginia, New York Dolls como principal ejemplo), riffs machacantes, influencia de poetas beatniks como Allen Ginsberg, The Velvet Underground, los situacionistas, la bohemia del downtown neoyorkino, los dadaistas, el Bob Dylan eléctrico, las drogas y el reviente. También algo que comenzó el artista pop Andy Warhol. En palabras de Waterman: “Rompió las barreras entre la alta y la baja cultura, llevó el under al mainstream, convirtió la vida en arte performativo”.

Así los Television se consolidaban como banda y llegarían a grabar un disco mitológico que, con el tiempo, recibió la valoración que mereció siempre. Así lo describe el autor del libro: “la música es repetitiva, agitada, como el sonido de maquinaria y engranajes. La guitarra principal avanza por el canal derecho como una sierra eléctrica cortando el pavimento. Termina con el precepto revolucionario del punk: quemar todo y empezar de nuevo”.

Este libro es algo más que el análisis de un disco. Aunque, por momentos, el tono ensayístico se diluye un poco y se deja pervertir por el mero periodismo de recolección de datos, prioriza el intento de comprender a una banda, una escena, un tiempo y un contexto. Describe la imagen y la estética muy cuidada del grupo –ropa rota, crestas, algo que serviría de inspiración para Malcom McClaren y los Sex Pistols en Inglaterra–, los ametrallamientos mediáticos de Hell vs Verlaine y el imaginario que supieron construir: “Es un disco nocturno, ambientado mayormente de puertas afuera”, afirma Waterman.

Reconstruye sus influencias: “La energía de la banda proviene claramente de ‘Sister Ray’ de The Velvet Underground o del lado más frenético de The 13th Floor Elevators. Si bien conservaban rasgos psicodélicos, como sugerían frecuentemente los críticos, también mezclaban el sonido de San Francisco con ‘Talk Talk’, el hit pesado y cargado de testosterona de The Music Machine, o con ‘Psychotic Reaction’ de Count Five”. Y resalta el ingreso clave de Richard Lloyd, quien termina de cerrar el funcionamiento sonoro del grupo. Esa dupla de guitarras será de las más relevantes del rock occidental de fines de los setenta, influyendo a artistas como U2, Sonic Youth, R.E.M., Echo and the Bunnymen, Siouxsie and The Banshees, y, más acá en el tiempo, Pavement, Primal Scream, The Strokes y los Yeah Yeah Yeahs, entre otros.

Sobre el nombre de la banda, Waterman da una clave que funciona como síntesis, como metáfora suprema de todo lo que representa la búsqueda de Verlaine y compañía: “‘Es tan molesto que no molesta’ dijo Loyd (…) ¿Qué mejor símbolo de una época que el medio que amenazaba con absorber a todos los demás?”.

 

 

Daniela Lojo , estudiante de la Especialización en Educación, Políticas Públicas y Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, cuenta de que manera se lleva adelante la cursada mediada por los espacios virtuales de enseñanza. También se refiere a los espacios de intercambio con docentes y compañeros de cursada ideados para esta situación particular.

El rector de la UNIPE, Adrián cannellotto agradece a la comunidad UNIPE por el trabajo realizado para poder sostener la vida universitaria, destacando que fueron esfuerzos que hicieron posible que se puedan transitar la cuarentena de la mejor manera posible en cuanto a lo institucional.
Remarco también que se presta especial atención a los escenarios que se van armando de manera de poder elaborar cursos de acción, comunicarlos a tiempo y contar con los recursos necesarios para llevarlos adelante.
Agregó a su vez, entre otras cosas, que "hay un ojo puesto en las realidades individuales y sus contextos familiares, sociales y económicos".

Fuente: https://www.clarin.com/revista-enie/ideas/oscar-conde

El poeta y ensayista confiesa que al principio de la cuarentena “perdió el rumbo”, pero que luego se acostrumbró y volvió a su ritmo habitual de producción intelectual. “Sé que de esta prueba saldremos mejores”, promete.

El día que empezó este encierro forzoso perdí el rumbo. Me refiero a la desintegración abrupta de la rutina de horarios pautados y obligaciones laborales. Me llevo mal con el ocio y no me aburro nunca, pero por cuatro días estuve en cualquiera, despertándome tarde, almorzando a las 4, trasnochando. ¿Haciendo qué? Leyendo y escuchando malas noticias y dándole de comer a la intranquilidad y a la incertidumbre. Pero para alguien que tiene como lema la frase del pintor griego Apeles –transmitida por Plinio el Viejo– nulla dies sine línea (“ningún día sin una pincelada”), al final me rehice y a la quinta mañana amanecí a las 6, como casi siempre desde hace añares. (...)

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/259873-editoriales-universitarias-distanciamiento-social

Ante la alteración de las actividades académicas, los sellos apuestan a ampliar su posicionamiento en Internet, liberan contenidos e invitan a publicar obras y artículos fuera del papel.

Por Juan José Relmucao

En una decisión que acompaña el momento histórico que vive la comunidad educativa, varias editoriales universitarias decidieron ofrecer en descarga gratuita todo o parte de los libros de sus catálogos. La iniciativa no sólo busca ayudar a pasar el tiempo en cuarentena, sino que también moderniza el acceso y las prácticas de lectura del alumnado y la sociedad en general; pone en valor la producción de textos académicos y literarios de las casas de estudios y difunde un hábito que seguramente llegue para quedarse. (...)

Fuente: https://www.infopico.com/2020/04/14/el-ministerio-de-educacion-de-la-pampa-comparte-un-libro-de-matematica-para-ensenar-en-las-escuelas-secundarias/

El Ministerio de Educación de La Pampa comparte materiales para la enseñanza de Matemática en las escuelas secundarias. En este caso, se trata del libro “Las funciones, el álgebra escolar y la geometría en entornos tecnológicos. Asuntos didácticos para pensar la enseñanza”.

Este material surge a partir de la experiencia formativa para docentes de matemática de la educación secundaria que se realizó en 2018 y 2019, en el marco del programa provincial “X + Matemática”.

De este modo, es preciso indicar que el material fue elaborado por especialistas de la Universidad Pedagógica Nacional y con el apoyo del Consejo Federal de Inversiones (CFI).

La publicación pretende dar continuidad, ampliar y profundizar los saberes abordados en el trayecto formativo, incluyendo nuevas temáticas.

Según explicaron desde la cartera provincial “en estas propuestas, la clase de matemática es concebida como un lugar de producción y valoración del trabajo docente y de los estudiantes, por lo que además de actividades, se comparten producciones de estudiantes y conclusiones a las que se pueden llegar a partir de ellas”.

Fuente: https://www.rosario3.com/educacion/La-escuela-cerrada-costos-pedagogicos-desiguales-20200413-0061.html

La experiencia indica que todas las emergencias, tanto las naturales, como las sociales (el COVID 19 combina ambos factores) perjudica más a los desposeídos. Eso sucede con los terremotos, las inundaciones, las sequías o las crisis económicas y financieras. Los que más pierden son los que menos tienen. Esto pasa en el caso de la suspensión generalizada del servicio educativo en casi todo el mundo. (...)

Fuente: http://www.laarena.com.ar/la_pampa-comparten-material-2107684-163.html

El ministerio de Educación de la provincia compartió el libro «Las funciones, el álgebra escolar y la geometría en entornos tecnológicos. Asuntos didácticos para pensar la enseñanza». El material surge a partir de la experiencia formativa para docentes de matemática de la educación secundaria que se realizó en 2018 y 2019, en el marco del programa provincial «X + Matemática».
El material fue elaborado por especialistas de la Universidad Pedagógica Nacional y con el apoyo del Consejo Federal de Inversiones (CFI). La publicación pretende dar continuidad, ampliar y profundizar los saberes abordados en el trayecto formativo, incluyendo nuevas temáticas.
Según explicaron desde la cartera provincial, «en estas propuestas, la clase de matemática es concebida como un lugar de producción y valoración del trabajo docente y de los y las estudiantes, por lo que además de actividades, se comparten producciones de estudiantes y conclusiones a las que se pueden llegar a partir de ellas».
También detallaron que el libro incluye 4 capítulos: «La enseñanza de la geometría y el uso del programa geogebra»; «Introducción a la noción de función a partir del trabajo con gráficos cartesianos: dependencia y variabilidad»; «Las funciones lineales: una oportunidad para potenciar el vínculo entre lo funcional y lo algebraico» y «La coordinación entre diferentes registros de representación de la función cuadrática: una propuesta para fortalecer el trabajo algebraico». (...)