UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL

Noviembre 2020

Beneficiará a más de 1200 docentes de la provincia de Buenos Aires que recibirán formación permanente en Educación Secundaria, Gestión Escolar y Formación Profesional.

 

Unos 1270 docentes de la provincia de Buenos Aires recibirán formación permanente a través del profesorado de Educación Secundaria y Superior, la Diplomatura en Política Educativa y Gestión Escolar y la Diplomatura en Educación Permanente de Jóvenes y Adultos y Formación Profesional dictadas por la Universidad Pedagógica Nacional (UNIPE).

Durante la rúbrica, que estuvo a cargo del rector de la UNIPE, Adrián Cannellotto, y Roberto Baradel, de SUTEBA, se informó que el profesorado tiene una duración de dos años con una carga horaria de 1136 horas, en tanto la Diplomatura en Política Educativa y Gestión Escolar está dirigida principalmente a equipos técnicos intermedios de la gestión educativa institucional, supervisores y directores, de nivel de pregrado con una carga horaria de 200 horas durante un año.
“Desde sus inicios, la UNIPE viene trabajando con los sindicatos docentes tanto nacionales como provinciales. En este caso, estamos formando a 1270 docentes de la Provincia de Buenos Aires a través del convenio con SUTEBA”, expresó el rector.

“La formación permanente es uno de los ejes de la universidad. Cada una de estas formaciones apunta a problemas específicos. La educación de jóvenes y adultos en su vinculación con la formación profesional representa un desafío que tiene nuestro país, tanto en términos de justicia social cuanto en relación con las posibilidades de consolidar el desarrollo productivo nacional. La formación en gestión escolar y políticas educativas está orientada a quienes tienen a su cargo la conducción de las instituciones y enfrentan grandes cambios en una escuela que ya no será la misma después de la pandemia”, añadió.
    
Por último, la oferta formativa incluye también las diplomaturas de Educación de Jóvenes y Adultos y Formación Profesional que se proponen constituir una opción de formación de pregrado destinada a profesionales que se desempeñan en ese campo disciplinar, con una duración de dos cuatrimestres y una carga horaria de 260 horas.

 “El profesorado en Educación Secundaria y Superior viene a saldar una deuda y un compromiso, como lo vienen señalando los gremios, con aquellos profesionales que se desempeñan en el sistema educativo y que ahora acceden a una formación pedagógica que les permita no sólo completar los requerimientos del sistema educativo sino contar con herramientas para transformar sus prácticas”, concluyó Cannellotto.

Fuente: https://www.perfil.com/noticias/educacion/formacion-docente-una-nueva-propuesta-para-2021.phtml

La especialista Inés Dussel, una de sus compiladoras, brinda detalles sobre la segunda edición del libro Pensar la educación en tiempos de pandemia. Experiencias y problemáticas en iberoamérica (UNIPE y CLACSO).

 

La Universidad Pedagógica Nacional (UNIPE) continúa promoviendo la reflexión y la producción de conocimiento en torno a los desafíos del sistema educativo en el contexto de pandemia. En esta oportunidad, lo hace con una segunda edición del libro "Pensar la educación en tiempos de pandemia", incorporando nuevas miradas y ampliando a Iberoamérica la posibilidad de compartir experiencias. Se trata del segundo volumen, coeditado por UNIPE Editorial Universitaria y CLACSO, de una serie dedicada al estudio de los efectos de la emergencia sanitaria en el ámbito de la educación.

La publicación, compilada por Inés Dussel, Patricia Ferrante y Darío Pulfer, se propone trazar panoramas globales de las tendencias más significativas, de orden cuantitativo y cualitativo, desentrañar las configuraciones y dinámicas concretas de los sistemas educativos de algunos de los países de la región y considerar una serie de problemáticas específicas de las realidades educativas.

Elaborado casi en tiempo real, el material recupera los procesos que se fueron dando al interior de las comunidades educativas. Con respecto al diagnóstico y a los distintos aportes para pensar el 2021, desde el suplemento educación dialogamos con a doctora en educación y compiladora de la obra reseñada, Inés Dussel sobre los aprendizajes y problemáticas más presentes en los sistemas educativos y la importancia de actualizar la formación docente.

-Cuando se lee acerca del impacto de la pandemia en la educación suelen aparecer dos enfoques: aquellos que ponen el acento en los cambios forzados que la pandemia provocó y otros que marcan la oportunidad para acelerar la incorporación de innovaciones que ya eran necesarias. En relación a estos interrogantes, ¿Dónde podríamos colocar a “Pensar la educación"?

El libro trata de pensar ambas cuestiones, no creemos que sean contradictorias. Por un lado, no hay duda de que la pandemia impuso muchos cambios en los sistemas educativos. De hecho, tenemos una inmensa mayoría de sistemas educativos en Iberoamérica que tuvieron que cerrar sus edificios escolares. Este fue un año muy particular, como no se vivía desde hace mucho. Al mismo tiempo, el libro quiere contribuir con propuestas e ideas respecto a la necesidad de aprovechar esta situación para poder repensar aspectos del sistema educativo. Esa aceleración no quiere decir necesariamente abrazar acríticamente la digitalización de la educación, sino poder pensar aspectos como la vinculación de las familias y de los estudiantes con las escuelas, el trabajo pedagógico que tienen que hacer las escuelas, por ejemplo, la importancia de mandar tareas -como si eso fuera lo único que se hace-, y también las dificultades para evaluar en este contexto. De nuevo, aquí aparece una discusión muy relevante respecto de si la escuela únicamente es un aparato de clasificación o promoción, o si la enseñanza incluye, pero no se reduce a la evaluación.

Estas son algunas de las reflexiones que abordamos, apegadas a contextos nacionales específicos con sus desafíos y sus deudas pendientes, con sus problemas y tradiciones históricas que, en muchos casos, se hacen mucho más difícil no abordarlos en este contexto porque se vuelven más presentes como, por ejemplo, la cuestión de las desigualdades.

-Todo este año la UNIPE viene generando reflexiones y estudios casi en tiempo real. Llegando al fin del ciclo lectivo, ¿Esta segunda edición de "Pensar...” tiene el objetivo de preparar a las autoridades y a los docentes para enfrentar el 2021 con más herramientas?

El tener buenos diagnósticos nos permite actuar mejor con lo que viene. Más allá de que lo que viene es tan impredecible como lo que pasó todo este año que no estaba en ningún plan, y hubo que adaptarse a eso. En este sentido, el recorrido de 2020 nos pone en mejores condiciones para pensar el 2021. Sabemos que el 2021 seguirá siendo difícil. Es importante decir que las escuelas no cerraron, sino que cerraron los edificios escolares. La escuela siguió trabajando con los docentes enseñando y los estudiantes demandando la actividad de las escuelas. No es un año perdido, fue un año difícil pero donde también pudimos ver y aprender otras cuestiones.

-En esta dirección, ¿Consideran que será necesario actualizar o complementar los contenidos de la formación docente en relación a los desafíos planteados?

Sí, hay que pensar en actualizar y reformular, incluso, los contenidos de la formación docente. Hasta hace poco, en muchos sistemas educativos, un estudiante de formación docente podía recibir su diploma sin haber tenido una experiencia virtual, sin haberla tomado como objeto de estudio, y está claro que eso no puede seguir así. Este es un contenido que tiene que estar, tiene que haber más conversaciones sobre cómo la experiencia virtual atraviesa el conjunto del curriculum, las distintas disciplinas y contenidos con los que se trabaja. Pero la única discusión no es sobre la digitalización, sino que tenemos que pensar qué dice esto sobre nuestras formas de trabajo pedagógicas, sobre la importancia de ciertas prácticas de lectura y escritura, y ciertas formas de trabajo colectivas en el aula. Por ejemplo, hemos visto que se recurrió al WhatsApp y se organizó una comunicación radial y no grupal.

Nos damos cuenta de que es muy importante para el trabajo pedagógico esa conversación entre los estudiantes, esa coconstrucción o producción colectiva de conocimientos, ver como lo hacen otras, otros. Poder apoyarse en esta conversación de múltiples direcciones que pasa en el aula, es un aspecto que vamos a revalorizar cuando volvamos a lo presencial. Me parece que ahí hay mucho para pensar respecto a las pedagogías que pudimos ver este año, en el que tuvimos que trabajar en condiciones muy distintas. Es importante que en la formación pedagógica quede claro esa dimensión técnica y de los soportes y artefactos, los libros de textos, los pupitres, el pizarrón, que en la escuela permiten ciertas interacciones y las plataformas digitales permiten otras.

Por eso es importante aprender de todo esto que pasó, para poder tener una formación mucho más plural y flexible que pueda trabajar en distintos contextos planteados para la formación docente en los año que siguen y, en este sentido, seguramente este año sea una bisagra para repensar muchos de los contenidos de la formación.

Fuente: https://www.perfil.com/noticias/educacion/aportes-para-pensar-la-educacion-que-viene.phtml

El titular del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación bonaerense ( Suteba) Roberto Baradel y el rector de la Universidad Pedagógica Nacional (Unipe) Adrián Cannellotto acordaron desarrollar un convenio de cooperación y formación para 1.300 docentes de ese gremio.

Respecto a profesorados se estableció una dinámica donde se cursará durante dos años una carga de 1.136 horas en tanto que la diplomatura, en política educativa y gestión escolar, estará orientada a equipos técnicos intermedios institucionales, supervisores y directores de nivel de pregrado y tendrá 200 horas durante un año, descataron desde esa universidad a BAE Negocios.

La oferta de capacitación y formación profesional será una opción de pregrado se extenderá durante dos cuatrimestres y tendrá una carga de 260 horas.

"La Unipe trabaja desde siempre con los sindicatos docentes nacionales y provinciales. En este caso. La formación permanente es uno de sus ejes", aseguró Cannellotto a este diario.

En el marco docente el rector consideró que "la formación profesional es un desafío para el país en términos de justicia social y de posibilidades de consolidación del desarrollo productivo nacional".

Respecto a los tiempos en pandemia y sobre gestión escolar y políticas educativas la tarea contemplará a quienes tienen a cargo la conducción de las instituciones y enfrentan grandes cambios, "en una escuela que ya no será la misma después del coronavirus".

A criterio de Cannellotto el profesorado en educación secundaria y superior "saldará una deuda y un compromiso pendiente con los profesionales del sistema educativo que ahora accederán a la capacitación pedagógica. Ello les permitirá completar los requerimientos del sistema educativo y tener herramientas para transformar sus prácticas", resumió el titular de la Unipe.

La firma del convenio será este lunes en la sede de la Unipe en el marco de la dinámica establecida para 1.270 docentes afiliados al gremio Suteba a través de un profesorado universitario de educación secundaria y superior, una diplomatura en política educativa y gestión escolar y otra en educación permanente de jóvenes y adultos y de formación profesional.

Fuente: https://www.baenegocios.com/politica/Acuerdo-del-Suteba-y-la-Universidad-Pedagogica-para-la-formacion-docente-20201220-0136.html

El titular del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación bonaerense (Suteba), Roberto Baradel, y el rector de la Universidad Pedagógica Nacional (Unipe), Adrián Cannellotto, firmarán el próximo lunes un convenio de cooperación y formación continua de casi 1.300 docentes de la organización gremial, informó hoy esa casa de altos estudios.

El acuerdo será rubricado a las 18 del lunes en la sede de la Unipe, en Piedras al 1.000 de la ciudad de Buenos Aires, según informó la universidad en un comunicado de prensa.

La Unipe ofrecerá formación permanente a 1.270 docentes afiliados al gremio Suteba a través de un profesorado universitario de educación secundaria y superior, una diplomatura en política educativa y gestión escolar y otra en educación permanente de jóvenes y adultos y de formación profesional.

El profesorado se cursará durante dos años, con una carga de 1.136 horas, en tanto que la diplomatura en política educativa y gestión escolar estará orientada a equipos técnicos intermedios institucionales, supervisores y directores de nivel de pregrado y tendrá una carga de 200 horas durante un año.

La oferta de capacitación de educación de jóvenes y adultos y de formación profesional será una opción de pregrado para profesionales de ese área, se extenderá durante dos cuatrimestres y tendrá una carga de 260 horas, indicó la universidad.

"La Unipe trabaja desde siempre con los sindicatos docentes nacionales y provinciales. En este caso, formará a 1.270 trabajadores de la educación bonaerenses a través de ese convenio. La formación permanente es uno de sus ejes", aseguró Cannellotto.

El rector explicó que "la formación profesional es un desafío para el país en términos de justicia social y de posibilidades de consolidación del desarrollo productivo nacional".

También sostuvo que la capacitación en gestión escolar y políticas educativas contemplará a quienes tienen a cargo la conducción de las instituciones y enfrentan grandes cambios, "en una escuela que ya no será la misma después de la pandemia de coronavirus".

El rector afirmó que el profesorado en educación secundaria y superior "saldará una deuda y un compromiso pendiente -como señalan los gremios- con los profesionales del sistema educativo que ahora accederán a la capacitación pedagógica".

"Ello les permitirá completar los requerimientos del sistema educativo y tener herramientas para transformar sus prácticas", concluyó Cannellotto.

Fuente: https://www.aplanus.com.ar/2020/12/suteba-firma-convenio-para-capacitar.html?m=1

El titular del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación bonaerense (Suteba), Roberto Baradel, y el rector de la Universidad Pedagógica Nacional (Unipe), Adrián Cannellotto, firmarán el próximo lunes un convenio de cooperación y formación continua de casi 1.300 docentes de la organización gremial, informó hoy esa casa de altos estudios.

El titular del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación bonaerense (Suteba), Roberto Baradel, y el rector de la Universidad Pedagógica Nacional (Unipe), Adrián Cannellotto, firmarán el próximo lunes un convenio de cooperación y formación continua de casi 1.300 docentes de la organización gremial, informó hoy esa casa de altos estudios.

El acuerdo será rubricado a las 18 del lunes en la sede de la Unipe, en Piedras al 1.000 de la ciudad de Buenos Aires, según informó la universidad en un comunicado de prensa.

La Unipe ofrecerá formación permanente a 1.270 docentes afiliados al gremio Suteba a través de un profesorado universitario de educación secundaria y superior, una diplomatura en política educativa y gestión escolar y otra en educación permanente de jóvenes y adultos y de formación profesional.

El profesorado se cursará durante dos años, con una carga de 1.136 horas, en tanto que la diplomatura en política educativa y gestión escolar estará orientada a equipos técnicos intermedios institucionales, supervisores y directores de nivel de pregrado y tendrá una carga de 200 horas durante un año.

La oferta de capacitación de educación de jóvenes y adultos y de formación profesional será una opción de pregrado para profesionales de ese área, se extenderá durante dos cuatrimestres y tendrá una carga de 260 horas, indicó la universidad.

"La Unipe trabaja desde siempre con los sindicatos docentes nacionales y provinciales. En este caso, formará a 1.270 trabajadores de la educación bonaerenses a través de ese convenio. La formación permanente es uno de sus ejes", aseguró Cannellotto.

El rector explicó que "la formación profesional es un desafío para el país en términos de justicia social y de posibilidades de consolidación del desarrollo productivo nacional".

También sostuvo que la capacitación en gestión escolar y políticas educativas contemplará a quienes tienen a cargo la conducción de las instituciones y enfrentan grandes cambios, "en una escuela que ya no será la misma después de la pandemia de coronavirus".

El rector afirmó que el profesorado en educación secundaria y superior "saldará una deuda y un compromiso pendiente -como señalan los gremios- con los profesionales del sistema educativo que ahora accederán a la capacitación pedagógica".

"Ello les permitirá completar los requerimientos del sistema educativo y tener herramientas para transformar sus prácticas", concluyó Cannellotto.

Fuente: https://www.noticiasde.com.ar/gremiales/baradel-y-rector-de-la-unipe-firmaran-acuerdo-para-formar-a-casi-1300-docentes-bonaerenses-193482

El titular del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación bonaerense (Suteba), Roberto Baradel, y el rector de la Universidad Pedagógica Nacional (Unipe), Adrián Cannellotto, firmarán el próximo lunes un convenio de cooperación y formación continua de casi 1.300 docentes de la organización gremial, informó hoy esa casa de altos estudios.

El acuerdo será rubricado a las 18 del lunes en la sede de la Unipe, en Piedras al 1.000 de la ciudad de Buenos Aires, según informó la universidad en un comunicado de prensa.

La Unipe ofrecerá formación permanente a 1.270 docentes afiliados al gremio Suteba a través de un profesorado universitario de educación secundaria y superior, una diplomatura en política educativa y gestión escolar y otra en educación permanente de jóvenes y adultos y de formación profesional.

El profesorado se cursará durante dos años, con una carga de 1.136 horas, en tanto que la diplomatura en política educativa y gestión escolar estará orientada a equipos técnicos intermedios institucionales, supervisores y directores de nivel de pregrado y tendrá una carga de 200 horas durante un año.

La oferta de capacitación de educación de jóvenes y adultos y de formación profesional será una opción de pregrado para profesionales de ese área, se extenderá durante dos cuatrimestres y tendrá una carga de 260 horas, indicó la universidad.

"La Unipe trabaja desde siempre con los sindicatos docentes nacionales y provinciales. En este caso, formará a 1.270 trabajadores de la educación bonaerenses a través de ese convenio. La formación permanente es uno de sus ejes", aseguró Cannellotto.

El rector explicó que "la formación profesional es un desafío para el país en términos de justicia social y de posibilidades de consolidación del desarrollo productivo nacional".

También sostuvo que la capacitación en gestión escolar y políticas educativas contemplará a quienes tienen a cargo la conducción de las instituciones y enfrentan grandes cambios, "en una escuela que ya no será la misma después de la pandemia de coronavirus".

El rector afirmó que el profesorado en educación secundaria y superior "saldará una deuda y un compromiso pendiente -como señalan los gremios- con los profesionales del sistema educativo que ahora accederán a la capacitación pedagógica".

"Ello les permitirá completar los requerimientos del sistema educativo y tener herramientas para transformar sus prácticas", concluyó Cannellotto. (Télam)

Fuente: https://www.grupolaprovincia.com/gremiales/baradel-y-rector-de-la-unipe-firmaran-acuerdo-para-formar-a-casi-1300-docentes-bonaerenses-629757

La política educativa en la pospandemia

prensa Lunes, 14 Diciembre 2020 08:05

Una vez superada la emergencia, la discusión pública se ordenará alrededor de los siguientes escenarios típicos: el restaurador, el tecnocrático mercantilista y el progresista igualitarista.

Por Emilio Tenti Fanfani (*)

Es difícil imaginar qué cuestiones estarán presentes en la agenda de la pospandemia, más aun cuando el futuro está lleno de incertidumbres y amenazas. Sin embargo, vale la pena hacer un ejercicio de reflexión “prospectiva”. En forma muy esquemática, podemos decir que, una vez superada la emergencia, la discusión pública se ordenará alrededor de los siguientes escenarios típicos: el restaurador, el tecnocrático mercantilista y el progresista igualitarista.

El escenario restaurador

La pospandemia puede convertirse en una especie de restauración o reconstrucción de los sistemas escolares tal como existían antes de esta emergencia. Esto es lo que normalmente sucede con la reconstrucción de las infraestructuras urbanas que son patrimonio cultural de la humanidad destruidas por los terremotos. La catedral de Notre Dame, parcialmente derruida por un incendio, necesita ser reconstruida y no “rediseñada” o “modernizada”. En el ámbito educativo, la realidad juega a favor de los conservadores porque a muchos les cuesta imaginar que se pueda enseñar y aprender con otros dispositivos, con otros recursos, en otros tiempos y espacios distintos de los de la escuela que todos conocemos.

Ya los primeros sociólogos de la educación se sorprendían de las inercias conservadoras que caracterizan a las instituciones educativas. En el primer tercio del siglo XX, el sociólogo francés Maurice Halbwachs observó que los sistemas educativos “tienen una vida propia, una evolución que es relativamente autónoma, en cuyo transcurso conservan rasgos de su antigua estructura” (1). La experiencia indica que en el siglo XX sucedieron guerras, epidemias, crisis económicas profundas, etc., pero los sistemas escolares resistieron esas catástrofes sociales y lograron conservar sus propios moldes institucionales. Uno puede legítimamente preguntarse si no sucederá lo mismo en el tiempo de la pospandemia del Covid-19.

El rediseño del sistema

La inercia de las realidades sociales no es una fatalidad. El paréntesis forzado y la búsqueda de soluciones de emergencia nos dan una oportunidad para construir otra institución escolar, con otros formatos, diferentes marcos espaciales y temporales, nuevos recursos comunicativos, etc. Más allá de la divergencia en cuanto a las explicaciones, la mayoría considera que las escuelas, en general, no funcionan bien, es decir, no incluyen a todos y en muchos casos producen desigualdades en los aprendizajes que colaboran con la reproducción de las distancias sociales.

Es verdad que existen muchas buenas instituciones escolares, pero parecieran ser como islas felices en un archipiélago bastante triste. Es verdad que el problema no es de individuos o instituciones singulares, sino sistémico. En el campo reformista de la escuela se enfrentan dos proyectos típicos: el primero es el tecnocrático mercantilista y el segundo es el humanista igualitarista. ¿En qué se diferencian?

El proyecto tecnocrático mercantilista

El proyecto tecnocrático mercantilista pretende aprovechar lo que en su propia jerga se denomina “la ventana de oportunidad” para romper con la educación predominantemente presencial reemplazando esta modalidad por la introducción masiva de las tecnologías de la información y la comunicación. Extremando el argumento, podría decirse que postula un sistema con menos docentes y más tecnología de la información y la comunicación aplicada en los procesos de enseñanza-aprendizaje (2).

Hace por lo menos un cuarto de siglo que se comenzó a soñar con el fin de la escuela tal como la conocemos, por formas más “eficientes y baratas” de proveer educación. En el año 1995, el analista y consultor Lewis J. Perelman (3) lanzó una especie de manifiesto en forma de carta pública a los ejecutivos de las grandes empresas norteamericanas donde los exhortaba a presionar al poder político para reemplazar el sistema escolar por la educación mediada por tecnologías de la información y la comunicación. Vale la pena reproducir algunos párrafos de este texto que tiene la cualidad de llamar a las cosas por su nombre y sin utilizar eufemismos. Allí decía: “Las escuelas constituyen uno de los principales obstáculos al crecimiento de este nuevo sector [las TIC], pero también para toda la economía mundial. Para destrabar el embotellamiento de la era del saber, y para liberar un mercado anual que, sólo en los Estados Unidos, no bajaría de los 450 mil millones de dólares, existe una sola solución: reemplazar el imperio burocrático de las instituciones pedagógicas por una industria comercial de punta”, que el autor identifica como “el nuevo megasector de las multimedia y la telemática”. Además, no dudaba en afirmar: “La educación es el último gran bastión de la economía socialista. La escuela y la universidad son casi tan productivas e innovadoras como los koljoses soviéticos”. Perelman lo decía claramente: “Esta estrategia se beneficia con el motor del liberalismo”. Para seducir a los gerentes, señalaba que “poner en marcha el sector […] será la llave maestra de una nueva era”. Al mismo tiempo que “permitirá abrir los diques de una expansión económica internacional y generar miles de millones de dólares de volumen de negocios y beneficios adicionales para sus accionistas”. La finalidad mercantil de la estrategia es explícita y no se oculta detrás de los eufemismos.

Pocos años antes (1992), el mismo autor había escrito un libro con un título provocador, que en castellano se leería así: Se acabó la escuela: hiperaprendizaje, la nueva tecnología y el fin de la educación (4), donde desmiente lo que él denomina algunos de los mitos más comunes sobre las escuelas y el aprendizaje, entre los cuales citaba los siguientes: el que afirma que “la gente aprende mejor en las escuelas” y que “la escolarización es buena para la socialización”.

Ante propuestas tan radicales, no es de extrañar que diversas encuestas a muestras representativas de docentes de varios países de América Latina realizadas entre los años 2000 y 2006 mostraran que casi un cuarto de los docentes temía que la introducción de tecnologías de la información en la enseñanza amenazara sus fuentes de trabajo en las aulas.

Es preciso recordar que el gran cambio que permitió educar a más niños y adolescentes con menos maestros fue la tecnología de la escuela graduada, que reemplazó el viejo modelo de la transmisión cultural mediante el mecanismo de un tutor por alumno. A partir de esta gran transformación, se sucedieron muchísimas innovaciones en materia de tecnologías de la información y la comunicación, como la masificación de la producción editorial, que multiplicó el número de textos escritos, la radiofonía, la televisión, sin que ninguna de estas tecnologías redujera la ratio profesor-alumno. Son pocos los que pregonan de modo explícito la sustitución de docentes por tecnologías, pero la emergencia de la pandemia, como suelen decir los tecnócratas, “abre ventanas de oportunidad” a una escuela con menos docentes.

El desarrollo de las tecnologías en el marco de la globalización favorece la búsqueda de “soluciones globales” a los problemas del aprendizaje. El objetivo último es la construcción de un mercado mundial de la educación donde reine la competencia entre diversos prestadores. Pero este objetivo de máxima viene acompañado de objetivos para el corto y mediano plazo, tales como la introducción de la lógica de la competencia en el interior de los espacios nacionales y la instauración generalizada de dispositivos de evaluación. La competencia y la libre elección de establecimiento necesitan del mecanismo de la evaluación estandarizada de rendimientos que produce rankings y determina ganadores y perdedores, tanto en el nivel de las instituciones educativas como en el de los aprendices y los maestros.

En Estados Unidos la obsesión por el rendimiento escolar impulsa el consumo masivo de medicamentos para combatir el “trastorno de déficit de atención con hiperactividad”. La exacerbada competencia escolar también se expresa en un aumento significativo del consumo de Ritalin, con el fin de prevenir depresiones leves, abatimiento, etc., producto de las tensiones generadas por las evaluaciones escolares que determinan procesos de selección/exclusión tanto en el ámbito escolar como en el social. En síntesis, la lógica de la competencia no solo produce desigualdad, sino también sufrimiento generalizado.

El modelo igualitario

Las pretensiones de los portavoces del modelo tecnocrático mercantilista son contrarrestadas por los que tienen interés en concebir la educación y el conocimiento como un bien público, cuyo acceso no puede estar determinado por el poder adquisitivo de las personas o por una ideológica concepción del mérito. Desde esta perspectiva, el conocimiento sirve no solo para insertarse en el mundo del trabajo y favorecer el crecimiento económico, sino que es un componente necesario para actuar en todos los ámbitos de vida de las personas.

Para apropiarse del conocimiento y la cultura, se necesita la intervención de agentes humanos especializados (los docentes, los directivos) que interactúan cuerpo a cuerpo con alumnos y familias en un espacio social estructurado.

Todas las tecnologías de la información y la comunicación deben ser concebidas como recursos o herramientas en manos del maestro y los aprendices y no como estrategias para deshumanizar la pedagogía. Es al docente a quien le corresponde decidir cuándo y cómo las usa. Es obvio que todas las tecnologías son bienvenidas, desde la clásica lección hasta la tutoría, la tiza, el pizarrón, y las más sofisticadas y novedosas tecnologías de la comunicación y la información socialmente disponibles. Es más, educar siempre fue una tarea compleja y difícil, pero lo es más en las condiciones actuales del desarrollo de las sociedades. Pero más difícil aun es educar y lograr que todos los miembros de las nuevas generaciones logren una serie de objetivos culturales básicos a los cuales tienen derecho. Por esta razón no se puede más que desarrollar permanentemente nuevos recursos pedagógicos, dada la renovación permanente de desafíos que los docentes deben enfrentar y resolver en las aulas. Es más, una educación para la igualdad requiere más y mejores recursos humanos y más recursos tecnológicos.

Un sistema escolar basado en el derecho al conocimiento y la justicia social incorpora en su programa no solo el análisis de las múltiples desigualdades y discriminaciones (económico-sociales, de género, políticas, de respeto y reconocimiento) sino que ofrece orientaciones para elegir entre las diversas explicaciones y justificaciones que se dan a estos fenómenos. Entre otras cosas debe discutir los principales relatos que interpretan y al mismo tiempo justifican las desigualdades, transformándolas en “desigualdades justas”. Entre estas últimas, está la ideología del mérito, la cual se sostiene en dos columnas principales: la ideología biologicista de los dones naturales (la inteligencia) y la ideología del trabajo y el esfuerzo individual.

Esta concepción, aunque objetivamente errada, goza de amplia aceptación en las sociedades actuales. Sin esta creencia sería difícil explicar las extremas desigualdades que caracterizan a las sociedades contemporáneas, más aun cuando, lejos de ocultarse, estas son conocidas y exhibidas públicamente sin ningún pudor. La meritocracia permite dormir tranquilos a los ricos y culpabiliza a los pobres. De modo que una escuela democrática e igualitarista debe mostrar cuáles son los mecanismos estructurales objetivos que explican el origen de la riqueza y su reproducción ampliada en el tiempo tales como la apropiación, muchas veces violenta, de bienes públicos o comunitarios (como la tierra de las poblaciones originarias de América Latina, por ejemplo), las leyes de herencia, la política fiscal, el uso de recursos públicos para fines privados mediante la corrupción, la obtención de monopolios y prebendas por parte del aparato jurídico del Estado, etc. Pero también debe estudiar la lógica de las luchas por la interpretación legítima de las desigualdades existentes que, por lo general, ofrecen explicaciones individualistas basadas la mayoría en el mito del self made man, típico del empresario capitalista exitoso.

Así como los ganadores merecen los premios, los perdedores merecen la derrota y las exclusiones. Una escuela democrática no puede soslayar la discusión de estas representaciones si quiere contribuir a construir una sociedad menos desigual y más justa. Es preciso no olvidar que la inteligencia no es un don natural y que el interés por la cultura y la disposición al esfuerzo tienen un origen en determinadas condiciones sociales de existencia.

Una vez definido el sentido de la escuela del siglo XXI, será preciso rediseñar su estructura pedagógica e institucional. Una pedagogía para la igualdad en el aprendizaje de conocimientos básicos para todos debe evitar cualquier forma de estandarización que imponga los mismos ritmos, tiempos de aprendizaje para aprendices iguales en dignidad, pero diversos en función de una serie de características sociales, de género, cultura, edad, territorios, biografías, etc. La misma diversidad se presenta en el campo de los sentimientos, tales como el sentido de justicia, la envidia, la solidaridad, la amistad, los celos, la vergüenza, el dolor, etc. Pero todos deben desarrollar un “mapa cognitivo” y un “mapa de sentimientos” que les permitan orientarse en la vida. Una escuela humanista y para la igualdad es más intensiva en recursos humanos altamente calificados y al mismo tiempo más intensiva en tecnologías pedagógicas de diverso tipo.

El escenario tecnocrático mercantil tiene sus propias bases sociales de apoyo. Se trata de actores poderosos que provienen del campo de la industria de la tecnología, las empresas educativas transnacionales, gran parte de los economistas de la educación que trabajan en los bancos internacionales y los expertos e intelectuales orgánicos de estas fuerzas sociales reunidos en fundaciones privadas.

Cabe preguntarse quiénes tienen interés efectivo en una escuela verdaderamente pública, es decir, no mercantil e igualitarista. Entre otros actores colectivos, podemos mencionar: a) a los que “vivimos” de la escuela pública: los docentes, directivos institucionales, funcionarios de los diversos niveles del sistema escolar y sus organizaciones representativas; b) a los que sólo pueden acceder al capital cultural más complejo mediante una oferta de educación pública (los pobres, excluidos, subordinados, informales, desempleados, peones rurales, pequeños comerciantes cuyas voces se expresan en el campo sindical y en los movimientos sociales); c) a los intelectuales que asumen los valores de la igualdad y la equidad, y todos aquellos ciudadanos de cualquier condición social que por diversas razones (culturales, religiosas, etc.) son solidarios con los excluidos y desposeídos de la sociedad nacional. Es en este ancho espacio social donde deben establecerse las alianzas necesarias tanto para definir un proyecto educativo igualitario, como para generar la fuerza política necesaria para llevarlo a cabo.

1. Maurice Halbwachs, “Introducción al libro de Emile Durkheim”, L’évolution pédagogique en France, París, Alcan, 1938.

2. El 3 de agosto de 2017, el diario La Nación publicó una columna del periodista Daniel Santa Cruz, con un título a modo de pregunta (que en verdad sugiere una afirmación): “El futuro de la escuela. ¿Más tecnología y menos docentes?”.

3. Lewis J. Perelman, “La escuela actual es tan productiva como un Kolkhoze”, Courrier Internacional, Nº 255, 21 al 27 de septiembre de 1995 (versión traducida por E. Tenti Fanfani).

4. Lewis J. Perelman, School’s Out: Hyperlearning, the New Technology, and the End of Education, Nueva York, William Morrow & Co, 1992.

*Profesor titular de la Universidad Pedagógica Nacional (UNIPE).

La nota pertenece al suplemento de UNIPE en Le Monde diplomatique, edición Cono Sur.

Fuente: https://www.telam.com.ar/notas/202012/538289-la-politica-educativa-en-la-pospandemia.html

A 50 años de su primera edición, UNIPE Editorial reeditó “Educación y sociedad en la Argentina” de Juan Carlos Tedesco, obra pionera en los estudios de historia de la educación que puede descargarse de manera gratuita.

 

Mientras se suceden los debates sobre cómo enfrentar los desafíos de la era digital al interior del sistema educativo, en tiempos de virtualidad y pensando en la nueva normalidad que afrontará la escuela y la universidad de cara a los próximos ciclos lectivos, uno de los aportes más significativos que han hecho los avances tecnológicos en relación con el saber es facilitar la divulgación de conocimiento.

¿Cuál es el recorrido de un libro editado hace 50 años y agotado en su distribución? Seguramente hoy forme parte de las bibliotecas de educadores, docentes o instituciones del país junto a otros tantos clásicos, pero tal vez muchos de los que hoy se forman en la docencia no tengan acceso a esas publicaciones. Es el caso de la obra de Juan Carlos Tedesco “Educación y Sociedad en la Argentina 1880-1955”, que inició su vida en el mundo de las lecturas en 1970 publicado por la editorial Pannedille.

“Nuestro objetivo es ponerlo a disposición del gran público y de quienes se forman para la docencia”, explica el director de la colección Ideas en la educación argentina de la Editorial de la Universidad Pedagógica Nacional, Darío Pulfer, en relación a la decisión de presentar una edición homenaje de la obra de Tedesco al cumplirse 50 años de su primera publicación.

Vale destacar que desde la UNIPE se anunció que se podrá acceder al libro en formato digital a través de editorial.unipe.edu.ar y con descarga gratuita. “Educación y Sociedad Argentina" se suma a la colección dirigida por Pulfer dentro de la serie “Materiales para la comprensión del sistema educativo”. “Así, UNIPE Editorial universitaria pone a disposición de manera abierta un material imprescindible para quienes se desenvuelven en el sector educativo o se están preparando para ello”, agrega Pulfer.

Sobre la obra

“Educación y Sociedad en la Argentina 1880-1955” de Juan Carlos Tedesco es un clásico que está cumpliendo 50 años. La obra que se reedita, pionera en los estudios de historia de la educación enmarcados en una perspectiva de diálogo con las ciencias sociales, incorpora materiales que fueron agregados en sucesivas ediciones hasta llegar a la actual, en la que se trasciende temporalmente al primer peronismo.

Como valor adicional, se incluye un significativo número de prólogos que dan cuenta desde lo testimonial y lo analítico de diversas facetas de la figura de Tedesco, así como de ejes, polémicas y aportes contenidos en la obra. La polifonía de voces brinda claves de lectura para una aproximación crítica al texto fuente, más allá del trato de «clásico» que se le otorga.

Fuente: https://www.perfil.com/noticias/educacion/el-universo-digital-y-la-vuelta-de-los-clasicos.phtml